Paseo taurino en Las Ventas - Guillermo Navarro. Miles de personas reivindicar reivindican igualdad y libertad para los aficionados y profesionales taurinos |
Clamor por la tauromaquia en Las Ventas:
«Nunca pudieron con la fuerza de un pueblo»
ABC / MADRID 21/06/2020 21:31h
Miles de aficionados y profesionales taurinos se congregaron ayer en la explanada de Las Ventas para reivindicar la tauromaquia como cultura y exigir el mismo trato que al resto de artes. En una iniciativa lanzada por la plataforma Somos Cultura, el pueblo salió a la calle para pedir libertad y respeto para los aficionados y profesionales taurinos, que exigen que cese la marginación al sector. «Pretendemos llegar a todos los rincones del mundo», comenzó diciendo el periodista David Casas, que recordó que esta convocatoria tuvo que ser aplazada del pasado domingo a este. Recordó que en España se celebran más de quince mil festejos populares y tomaron las palabra dos niños en medio de la presencia de toreros como César Rincón, Curro Vázquez, Toñete, Emilio de Justo, David Mora, Gonzalo Caballero o Miguel Abellán. Este último señaló en medio de los aplausos: «Queremos vivir en un país libre, que nunca os diga nadie que no podéis, que nunca os diga un poder político que no podéis acudir a una plaza de toros. Sois libres y tenéis que seguir siéndolo. Solo los pueblos deciden qué es cultura. Os aliento a que defendáis una España libre, una tauromaquia libre. ¡Viva España! ¡Viva Madrid! ¡Viva la tauromaquia!»
Dos niños expresaron con este texto su amor a la Fiesta:
«Mis padres me llevaron a los toros desde que yo era pequeñito.
Creo que mis primeros olés los escuché cuando estaba en la tripita de mi mamá.
Desde entonces he ido a la plaza de toros, a las habitaciones de los toreros cuando se visten de luces, en los coches de cuadrillas. También he estado en las fincas viendo tentaderos y conociendo como vive el toro bravo.
Nunca nadie me va a Prohibir mi afición por la tauromaquia porque la tauromaquia es cultura, es tradición, es historia, compañerismo, respeto, lucha, esfuerzo, triunfo, gloria y también es muerte como representa la estatua de Yiyo, un torero del que mi padre me habla mucho cuando venimos a jugar a Las Ventas porque era su torero favorito.
Como para mí lo eran Iván Fandiño y Víctor Barrio porque aunque me veáis muy pequeño me acuerdo perfectamente de ellos.
Los niños de hoy somos el futuro. Somos la cultura de nuestros abuelos y la de nuestros padres. Y queremos ser la cultura del mañana.
¡Viva la tauromaquia! ¡Viva España!».
Y este:
«Los niños de hoy tomaremos el relevo de nuestros padres y abuelos y seremos los encargados de llenar plazas como esta que está a mi espalda.
Los menores de hoy somos el futuro.
Seremos en un futuro cercano los toreros, los ganaderos, los aficionados, los médicos, los periodistas del mañana.
Nadie tiene derecho a arrebatarnos el futuro. Nuestra libertad de continuar con nuestra cultura. Nadie tiene derecho de impedirnos honrar la educación de nuestros padres. Nadie tiene el Derecho de decidir por nosotros. Y nosotros hemos decidido amar a la tauromaquia. Crecer como personas dentro del respeto, de la tolerancia, de la igualdad de oportunidades a través del sacrificio que tiene el toreo».
Ortega Cano y su hija Gloria Camila
FOTO - Guillermo Navarro
Miguel Abellán leyó el siguiente manifiesto:
«La ley que regula a la Tauromaquia como Patrimonio Cultural en España se aprobó en el Senado el 12 de noviembre de 2013 aunque todo el proceso empieza en marzo de 2011, cuando comienzan a recogerse las más de 580.000 firmas que llegaron al Ministerio de Cultura en forma de Iniciativa Legislativa Popular.
Una de las claves de esa ley es el cambio de denominación de la fiesta de los toros a Tauromaquia, que deja de ser considerada sólo en términos de ocio o espectáculo para considerar que su que carácter cultural es indiscutible y debe, en base a la misma ley, ser preservada como un tesoro propio de nuestro país, rico en culturas distintas.
La Tauromaquia como manifestación cultural es la seña de identidad de nuestra tierra, Madrid, y por ello está íntimamente relacionada con la evolución de nuestra historia, arte y tradiciones. Es el pueblo quien determina libremente cuál es su cultura y el que la protege.
Es cierto que a día de hoy la Tauromaquia se enfrenta al sello de espectáculo caduco tendente a la desaparición en la sociedad de la globalización que atravesamos. Por tanto, es clave que todos trabajemos en potenciar la dimensión internacional del sector y en la importancia económica que la industria proyecta, no sólo en Madrid capital y en su Comunidad, sino para toda España. Es necesario ejecutar líneas de acción que pasen por la importancia del espectáculo y que pongan el acento en su capacidad de generar riqueza y empleo.
La Cultura es creatividad y arte, pero también es tradición popular, arraigo a la tierra, señas de identidad propia que están en el contenido de nuestros encierros, toros en las calles y en cada una de las ganaderías de bravo de esta tierra.
Madrid es y será siempre tierra de toros y de toreros, más allá de expresiones políticas de cualquier signo y más allá de coyunturas tan tristes como la que vivimos actualmente, porque mientras el toro bravo embista y haya un ser humano capaz de crear arte con esas embestidas, habrá otro que se emocione viéndolo».
Gonzalo Caballero leyó este manifiesto:
«Somos la gente del toro,
Cultura de un pueblo libre que celebra la vida alrededor de un animal mitológico, con ritos milenarios que nuestra cultura latina ha sabido preservar.
Somos el mundo del toro, somos brutos y sabios, del sol y la sombra, de derechas y de izquierdas. Somos de la calle, de la cuerda y de la plaza.
Somos la cultura con la que un pueblo se expresa alrededor de la tradición del toro, cultura que heredamos de nuestros abuelos y transmitiremos a nuestros nietos.
Somos la cultura universal que mantenemos viva en un lazo de hermandad pueblos del Perú, de Venezuela, Ecuador, Colombia, Portugal, Francia, México y España.
Reyes y papas han querido prohibirnos en el pasado, les molestaba una cultura que no podían controlar. Pero nunca pudieron con la fuerza de un pueblo.
Nuevos poderosos, en nuevos tribunales de inquisición, pretenden de nuevo prohibirnos.
Pero tampoco podrán, porque la cultura no se censura, la cultura no se puede limitar, la cultura no se puede reprimir.
La cultura es riqueza, diversidad, rebeldía, conflicto y creatividad.
Pero la cultura es, sobre todo y por encima de todo, libre y nos hace libres.
¡Viva el toro!»
Cerró las intervenciones el periodista Carlos Ruiz Villasuso:
«Somos progreso y Cultura, porque somos la gente de la tierra trabajada a mano y con el alma del sudor. En la tierra del campo nace este mundo que arraiga, que sostiene, que lucha contra la España abandonada. Venimos de y somos la España que da de comer a la otra España urbana, y también la España que alimenta el alma con su Cultura. No vamos a mendigar. Exigimos dignidad, respeto y libertad. Todos juntos, viva siempre España y viva la tauromaquia».
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