martes, 21 de abril de 2020

RECORDAR A FABITO GRISOLÍA ES RESALTAR LAS VIRTUDES DE LA AMISTAD Y AFICIÓN POR EL TORO BRAVO Por EL VITO

Fabio Grisolía
Por Víctor José López
EL VITO

La noticia de la muerte de Fabito  Grisolía,  provocó en la forzada tranquilidad de la cuarentena sanitaria un soplo huracanado de recuerdos de la ganadería que el joven ganadero defendió por años. 

Actividad y entrega, hasta que una dura enfermedad pulmonar le arrinconara en  un hospital de la calurosa La Fría, en tierras tórridas, lejos del frío páramo en los montes de Jají, donde esta la ganadería de La Carbonera. Su ganadería, que fue fundada en 1975, por su padre don Fabio Grisolía Guillén.

Don Fabio fue un ganadero que entusiasmado  con la cría del toro bravo que crecía en Venezuela, se trazó como meta de vida la creación de una gran ganaderñia. Fue un ganadero guiado por Jerónimo Pimentel, el torero de Cenicientos, un criador que cambió la ruta de la cría del lechero por el toro bravo. Pimentel es aquel madrileño que escribió páginas importantes sobre las arenas de Las Ventas de Madrid,  y luego que sembraría importantes ganaderías en las cárcavas de la Sierra Andina de Sudamérica. Y precisamente en la montaña emeritense fue donde Fabito atendió la forja de un hierro de bravo en su templanza hasta convertirla en una de las más importantes ganaderías americanas.
La precaria salud de Fabito, y la ausencia de don Fabio, dieron al traste aquel proyecto que  reunió en una trenza de ilusiones los colores de encopetadas divisas colombianas, primero, y españolas más tarde, convirtiéndolas en importante vacada.

La arrancada de la formación de la ganadería fue estrambótica, así calificada por la virulencia como apareció en el firmamento de la fiesta de los toros en Venezuela: 46 vacas y dos toros de D. Benjamín Rocha Gómez; 32 vacas y un toro dedos Gutiérrez; 56 vacas y un toro de Las Mercedes, como base en el inicio.
En 1976 y 1978 le agregó sangre de saltillo mexicano con un toro de Piedras Negras (1975) y dos toros de Reyes Huerta (1976/1978), uno de ellos  había sido indultado por el matador de toros tovareño Nerio Ramírez en el Nuevo Circo de Caracas.
Más tarde agregaría La Carbonera sangre española procedente de 27 vacas y tres toros de Dionisio Rodríguez, reses de origen Santa Coloma  enclavada en Villavieja de Yeltes, Salamanca. Ligada esta ganadería salmantina a la historia dolorosa de César Girón, porque fue Dionisio Rodríguez el gañán que le ofreció al gran torero venezolano pagarle con la bravura de una vaca en un tentadero, el pasar toda una noche cargando marranos para el matadero. Palabra que no cumplió, pero que Girón jamás olvidó.
También española la procedencia de las 29 vacas de Marcos Núñez y dos sementales de esta ganadería andaluza formada con ganado de la Real Casa de Portugal anunciada como del Duque de Braganza, y formada con ganado vazqueño de Curro Chica.
En Vida Grisolía Guillén agregó vacas colombianas de Fuentelapeña, procedencia Samuel Flores y de Ernesto Gutiérrez, un toro de Murube de La Esperanza.

Recuerdo muchas de las tardes importante de La Carbonera, pero nada como aquella Feria de Caracas en 1984, cuando La Carbonera salvó la temporada porque en Venezuela no había tgoros para Caracas. Fabito envió dos de las tres corridas, que se lidiaron en el Nuevo Circo ya que ninguna ganadería nacional, con la excepción de Tarapío,  por aquellas fechas tenía toros aptos para ser lidiados en el Nuevo Circo. Fueron las corridas de 12 y14 de octubre las que con triunfos importantes para Eloy Cavazos , 5 orejas, Morenito de Maracay, dos orejas, Niño de la Capea, una oreja, salvaron la tarde de lo que sería la última temporada de Feria de Caracas. 
Los toros de Tarapío también colaboraron con el éxico de la Empresa Sonorodven, pues le sirvieron en bandeja el triunfo a El Capea y a Miguel Espinosa  Armillita, quienes abrieron la Puerta Grande del Viejo Circo caraqueño.

El debut de La Carbonera en corrida de toros fue el 25 de febrero de 1979. Ya había logrado su antigüedad el 7 de febrero de 1978 con la novillada en la que se anunciaron Pedro Jesús Cordovéz, Héctor Jiménez y el mexicano Pepe Arriaga. No fue fácil para La Carbonera abrirse paso en su tierra, por el conflicto que existía entre las distintas empresas que organizaban las temporadas de Carnaval en la Monumental Román Eduardo Sandia. La mencionada fecha del25 de febrero de 1979 con el cartel de Antonio José Galán, Carlos Rodríguez El Mito y Bernardo Valencia vistió de presencia la divisa celeste y rosa con un gran triunfo del maracayero Carlos Rodríguez que le cortó las dos orejas a  El Morichal, toro con 460 kilos de peso que fue premiado con la vuelta al ruedo a sus despojos mortales.
La gran tarde que recordamos, entre muchas con toros de La Carbonera, fue la del 15 de febrero 1983. Sexto festejo de la Feria del Sol, en el que actuaron  el rejoneador Javier Rodríguez, los matadores de toros Curro Girón, Niño de la Capea (2 orejas y vuelta al ruedo al toro Sonajero, 98 con 475 kilos de peso),  José Antonio Campuzano (grave cornada), Bernardo Valencia (una oreja), Tomás Campuzano (gran faena) y Vicente Ruiz El Soro.
Aquella inolvidable tarde  los bravos toros de La Carbonera fueron magistralmente  picados por los varilargueros españoles a la orden de El Capea, Juan García, y el picador de Tomás Campuzano. Tan extraordinaria actuación de estos varilargueros, gracias a la bravura y espectacularidad de los toros de La Carbonera, ambos jaboneros, que el público de pie le exigía con grandes ovaciones dieran la vuelta al ruedo de la Plaza Monumental.

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