Lusitanos, parque temático y monumento al agradecimiento al toreo a caballo |
Ubicado en el municipio Campo Elías, conocido como Ejido, en las cercanías del sector Pozo Hondo, en la recta que precede dicho poblado, el cual se convierte en el último tramo de lo es que es ya la ciudad de Mérida, se encuentra un lugar en el que se respira aroma a toreo desde su propia entrada. Ha sido trabajado bajo la premisa de rendirle pleitesía al arte del rejoneo, ese mismo que gran parte de la familia responsable de su levantamiento profesa respeto y devoción. Por algo han desfilado cuatro rejoneadores con alternativa por la misma, además de un matador de toros, y si seguimos podemos contar con un aficionado práctico de lujo, en fin, un núcleo familiar que se ha criado a la vera por la afición al toro bravo como elemento en conjunto.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
Ubicado en el municipio Campo Elías, conocido como Ejido, en las cercanías del sector Pozo Hondo, en la recta que precede dicho poblado, el cual se convierte en el último tramo de lo es que es ya la ciudad de Mérida, se encuentra un lugar en el que se respira aroma a toreo desde su propia entrada. Ha sido trabajado bajo la premisa de rendirle pleitesía al arte del rejoneo, ese mismo que gran parte de la familia responsable de su levantamiento profesa respeto y devoción. Por algo han desfilado cuatro rejoneadores con alternativa por la misma, además de un matador de toros, y si seguimos podemos contar con un aficionado práctico de lujo, en fin, un núcleo familiar que se ha criado a la vera por la afición al toro bravo como elemento en conjunto.
Javier Rodríguez, con el grado de Matador de Toros y estelar rejoneador |
Es LUSITANO’S el sitio al que hago referencia, y a la familia Rodríguez Jáuregui en concreto, la misma que fundará el recordado hombre de letras ejidense Don Augusto Rodríguez Aranguren, quien forjaría la esencia de lo que es hoy en día una de las dinastías toreras más importantes del país. Los hechos están a la vista: dieron vida al rejoneo en el país, llevaron a su plenitud el gran acontecimiento taurino emeritense que supone la Feria del Sol por espacio de tres lustros, y en la actualidad, siguiendo su vera empresarial, se han abocado desde poco más de dos lustros al gran parque temático que representa LUSITANO’S, así como su empresa base como es el de la distribución de gas doméstico e industrial.
José Luis Rodríguez, exitoso empresario, criador de reses bravas y de caballos toreros es el motor de una familia desbordante en afición |
LUSITANO’S es un sitio que con el pasar de los años ha ganado en personalidad. Lo que en su momento fue el Cortijo Campo Pequeño, donde José Luis Rodríguez Jáuregui consideró idóneo hacer el sitio de referencia del rejoneo en Mérida, y que sirviera de “laboratorio” para lo que fue posteriormente la trayectoria artística de su hijo, del mismo nombre.
A la salida de su paso como empresarios de la Feria del Sol en el 2013, hubo de reinventarse toda la ilusión y anhelo de mantener el gran esfuerzo que implicó la traída de caballos lusitanos puros y en especial, mantener la pasión por el rejoneo en Venezuela, y que mejor que hacer de este sitio, Campo Pequeño, en lo que se ha convertido en un parque temático que rinde honor al toreo a caballo: LUSITANO’S.
Para tal efecto, en el marco de la pasada Feria del Sol, tuvimos la ocasión de nuevo de conocer las instalaciones, el cual no pisábamos desde hacía 11 años. Diversas vicisitudes nos había alejado de este rincón y en especial contacto con los Rodríguez Jáuregui, que no vienen al caso, hasta que llegado el momento, la cordura, el entendimiento, y en especial el dialogo han permitido de nuevo dar revista a un sitio el cual ví sus cimientos e incluso lo que aún era un proyecto.
SE RINDE HONOR A UNA FAMILIA DEDICADA Y AMANTE AL TORO Y AL CABALLO
Nos recibe en el Portón de entrada Augusto Rodríguez y vaya sorpresa también, Javier Rodríguez, quienes nos presentan lo que ha sido el poco a poco ir armando el puzzle de instalaciones donde se tiene un ruedo de tienta de gran solera y nombre propio, como el de Don Augusto Rodríguez Aranguren, su padre, quien seguro, orgulloso estaría de ver lo que la afición y la disciplina han logrado construir sus hijos.
Una panadería, un restaurant, una sala de eventos y exposiciones –como la que se estaba llevando a cabo al momento de nuestra visita- así como en un futuro posada, son el conjunto y el marco que engloba poco más de 5 mil metros cuadrados LUSITANO’S, con especial y llamativo énfasis en el ruedo y picadero donde se prepara y entrena la cuadra de caballos lusitanos que vienen a ser la segunda generación, la del relevo de aquellos primeros que se trajeron a finales de los ‘90, donde están a punto y siempre innovando en su espectáculo los rejoneadores José Luis y Rafa Rodríguez, en especial este último responsable del espectáculo ecuestre Romaní, todo un recital musical de pasión y reverencia al caballo torero, ese que con su sangre y elasticidad vence las embestidas del toro bravo.
Javier y Augusto nos muestran lo que se ha convertido para ellos y todos los toreros de la familia en un sitio muy especial. Se trata del Museo de la Dinastía Rodríguez Jáuregui, donde se recrea con mucha precisión lo que han sido y alcanzado cada uno de ellos, comenzando por Javier, siguiendo luego sus hermanos Otto (+), José Luis, Augusto; y ya después la siguiente generación, aquella que encabeza el matador Otto Rodríguez Lemus, y los rejoneadores José Luis Rodríguez Agostini, Luis Augusto Rodríguez Lemus, Francisco Javier Rodríguez Cordido, Rafael Augusto Rodríguez Garcés y Willie Molina.
Cada uno de ellos tiene su huella e historia en plazas venezolanas y europeas, las mismas que han pisado con la dignidad y el respeto que implica burlar las embestidas del cornúpeta bravío en eras de la consecución de arte y espectáculo.
UN MILAGRO QUE SOLO LO PUEDE LA AFICIÓN…
Distendido dialogo el que sostiene un relajado Javier Rodríguez, para quien la ocasión le ilusiona, pues el Lunes de Carnaval, por la noche, estaría actuando junto a su hijo y sobrinos en un festejo muy especial. Se trata de poner en escena lo que han sido cerca de medio siglo de andar por los ruedos del mundo, que a final de cuenta han sido la universidad de la vida para todos ellos.
«Nadie imaginaba en aquel momento, a finales de los ’70 se estaría gestando una de las dinastías taurinas más importantes del país. Para ello estaba la afición de toda la familia por echar adelante, primero el proyecto de hacerme rejoneador, algo impensable, y en especial, hacer escuela y afición en el país por el toreo a la jineta, una apuesta que hoy en día parece mentira, pero que el tiempo y la dedicación han convertido en realidad», señala nostálgico al ver y repasar las distintas fichas biográficas de cada uno de los toreros de la familia colocada en su museo particular taurino.
El propio Augusto Rodríguez recuerda como para aquellos años a Javier le tocaba pechar con lo que muchos ganaderos del momento consideraban sus desechos de camada para echárselos en rejones al “Centauro Ejidense” por las distintas plazas del país, una vez arribado del periplo de formación en Portugal, de la mano de José Samuel Lupí. «Más de una vez, abriendo cartel, nos tocaba el toro más destartalado, y con ellos se triunfaba, o por lo menos se dejaba escuela de buen rejoneo, que la postre generó en que con el pasar del tiempo muchas ferias del país necesariamente colocaran en su programación la actuación del único rejoneador venezolano del momento. Eso era para sentirse orgulloso».
Y no es en vano señalar que por más de dos décadas Javier Rodríguez consecutivamente tuviera su cita en el marco ferial del Sol, lo que vino ser la “chispa” para que a comienzos del presente siglo irrumpieran paulatinamente la tropa de caballeros a la jineta antes mencionados, todos con su personalidad y sentido de responsabilidad por un apellido y especialmente un arte pioneros en el país, como es el rejoneo.
LA VISIÓN DE UN EMPRENDEDOR
Entra en la conversación José Luis Rodríguez Jáuregui, el artífice de todo lo que implica LUSITANO’S, con la rememoración del hecho, que para tal efecto, todo lo que alberga dichas instalaciones son y han sido planteadas para el público en general con el único propósito de mantener vigentes el sentir como taurino y amantes al caballo lusitano en un ruedo. De allí que se disponga de un redondel en LUSITANO’S donde además del rejoneo se torea a pie con la presencia, de innumerables figuras del toreo que a lo largo de estos años y en especial los Rodríguez Jáuregui como empresa taurina, se dieron cita por Mérida. La buena comida y una extraordinaria atención hacen de LUSITANO’S un sitio que todo aquel que gusta del buen sentido del toreo en Venezuela debe de visitar.
No queda allí este proyecto explica José Luis. En miras de expansión se tiene la apertura de una posada, así como la realización de numerosos eventos de corte artístico, siempre con la categoría y distinción de un sitio que ha marcado la pauta los últimos años para un público selecto en la ciudad emeritense.
LA PAMPLONADA, TODO UN ÉXITO SU REALIZACIÓN
En punto del mediodía, una corta manga de aproximadamente 150 metros serviría para que, previa entonación del tradicional cantico a San Fermín y el respectivo “chupinazo” se diera rienda suelta a las vaquillas dispuesta este pasado Lunes de Carnaval para lo que fue una experiencia única. Numerosos jóvenes y no tanto, con su pañuelito rojo al cuello corrieron el lote de seis vaquillas que atravesaron la Calle Castilla hasta el ruedo, donde serían entoriladas, y luego desafiadas por los forcados que hicieron seis pegas de gran mérito ante la admiración y beneplácito de las cerca de 700 personas que se dieron cita, ante el abrazador sol de mediodía.
La experiencia fue la primera, pero no la única, tal y como señala José Luis Rodríguez Jáuregui, una prueba para en venideras ediciones mejorar e incluso darle rango de acontecimiento que se convierta en fijo de la programación ferial. Es que la sensación y la experiencia son únicas ya de por sí para quien se atreve desafiar la embestida de una res brava.
Y POR LA NOCHE, EL GRAN REENCUENTRO Y “ROMANÍ”
En punto de las nueve de las noches, clarines y timbales de la Banda “Antonio Valero” de la Mesa de Ejido, tras la procesión de la Cofradía de la Virgen del Rocío y reconocimiento a destacados aficionados que han partido a la eternidad, como el caso de Don Julián Varona, Dr. Zelín Peña e Ing. Oliverio Picón, dieron partida a lo que fue el gran festival del reencuentro le pudiéramos llamar, pues en ella actuaron toda la saga taurina que en los últimos años ha hecho presencia por ruedos nacionales, como fue el caso de las especiales lidias de Javier Rodríguez, Luis Augusto y Francisco Javier ante un utrero de Campo Pequeño, así como José Luis, Rafael Augusto y Willie Molina ante una res de El Trébol, para cierre de lujo con la actuación del matador Otto Rodríguez y Augusto Rodríguez con su respectivo novillo, lo que marcó el preludio a una gran noche, donde se reuniría gran parte de la verdadera familia taurina merideña.
La presentación del exótico espectáculo Romaní, con la presencia del rejoneador Rafael Augusto Rodríguez y la bailadora de flamenco Anny Shöen marcaron la nota de cierre, donde el flamenco, el rejoneo y la atrevida coreografía que enmarca dicho espectáculo conforman un compendio de mucha plasticidad artística para sus protagonistas que encandila al espectador.
Todo esto embarga LUSITANO’S, un sitio que vale la pena visitar. No solo por época ferial, sino también cuando la ocasión así lo amerita. No hay ni tienen desperdicio alguno…
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