Con Joselito el Gallo alternó en 16 ocasiones, siendo la última la del día 15 de mayo en Madrid.
BELMONTE, ÚLTIMA TEMPORADA CON JOSELITO
José María Sánchez Martínez-Rivero
Marzo de 2020, y en Collado Villalba-Madrid
Comenzó Juan Belmonte la temporada de 1920 el día 5 de abril en Madrid y la terminó el 8 de septiembre en Murcia.
Toreó un total de 68 corridas de toros de las 102 contratadas perdiendo las restantes por percances o suspensiones.
Con Joselito el Gallo alternó en 16 ocasiones, siendo la última la del día 15 de mayo en Madrid.
En esta corrida Belmonte actuó con Joselito y Sánchez Mejías con ganado de - en principio-, Albaserrada. Al no presentar los toros el trapío idóneo, para la plaza de Madrid, fueron sustituidos por otros de Carmen de Federico que no gustaron al público para la calidad de los diestros que los debían lidiar. La corrida transcurrió entre protestas airadas de los espectadores. El respetable se puso en contra de los toreros y, sobre todo, de Joselito que tenía ya al público de Madrid en contra.
En resumen, la corrida fue un baile de corrales y el resultado artístico un desastre.
Joselito estaba contratado, al día siguiente, 16 de mayo, para actuar en Talavera de la Reina ante toros de la viuda de Ortega.
Belmonte lo sabía, pero no comentó nada con el diestro de Gelves.
Sí hablaron durante la corrida, que los públicos se estaban hartando de verles con esa suficiencia ante los toros y que había que desaparecer de Madrid por un tiempo. Como sabemos esto sería definitivo para Joselito, pues, al día siguiente caía herido, mortalmente, ante las astas del toro Bailaor de Ortega.
Sigamos con Belmonte. Juan estaba en su casa de Madrid la noche que se enteró de la tragedia de Talavera. Vivía en un piso de la calle Espalter.
El torero de Triana tenía que torear en Madrid esa tarde del 16 de mayo; pero la corrida fue suspendida. Descansaba en su casa en amigable tertulia con sus amigos,Luís de Tapia, Fernando Gillis, Serrano y algún otro.
Por motivos profesionales, Antoñito Conde, su mozo de espadas, regresó al domicilio procedente de Telefónica; había puesto una conferencia al empresario de la plaza de Zaragoza donde Belmonte debía torear el 23 de mayo.
Al dar cuenta a su maestro de las gestiones que realizó, llegó intensamente pálido y Juan le dijo:
Algo grande te pasa Antoñito.
- No es nada.
- ¡Algo es!
- Pues mira, sí es. En Teléfonos ha habido un parte para Rafael el Gallo diciendo que se vaya inmediatamente para Talavera con Mascarell –su médico-, porque Joselito está gravísimo. Le ha cogido el quinto toro.
Esta conversación relatada por Antonio de la Villa en su libro Belmonte, en1928, nos introduce en el sentimiento experimentado por Juan:
- Belmonte perdió el color y bajó la cabeza; pero reaccionó en seguida, y desde su misma casa celebró conferencia con Talavera, llamando a un amigo suyo, que le dio exacta cuenta de lo que había ocurrido. En aquellos momentos, Joselito, había dejado de existir.
- Todo el día siguiente Juan, para aislarse de la curiosidad y del visiteo, lo pasó encerrado, solo, en su cuarto, pretextando que estaba fuera de Madrid. Y aquella misma noche, con ese dolor grande, dolor de corazón, que en los hombres de gran entendimiento no se traduce ni en la cara ni en los ojos, Juan recibió a un gran amigo suyo, periodista que escribía en La Libertad, y le hizo la triste confesión de lo que para él suponía la muerte del mejor compañero y uno de los mejores amigos que había tenido en la profesión.
Para el día 18 de mayo, Belmonte estaba anunciado en Madrid con una seria corrida de Arcadio Albarrán, al lado de Fortuna y Varelito. Sus íntimos le dijeron a Juan que procedía la suspensión por el luctuoso hecho acaecido en Talavera.
- ¡Eso nunca! - dijo Belmonte-, torearé que ese es mi oficio. Además, retroceder en estos momentos sería una locura.
En su interior reinaba la idea de que él no era un cobarde y que no tenía miedo de morir en la plaza ya que su amigo, su gran amigo, había culminado su carrera cayendo en el ruedo. Y la toreó.
Transcurridos los años y cuando se le preguntaba por la muerte de Joselito solía decir:
- ¡En Talavera, en Talavera fue donde me ganó la partida!
Oscura sombra sin llama
que pulsa en su corazón
el vacío de la nada.
José Bergamín.
Al buen aficionado jerezano Luís Miguel Cortés.
Marzo de 2020, y en Collado Villalba.
José María Sánchez Martínez-Rivero.
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