Su presencia en la temporada estaba avalada por diversos triunfos en varias plazas de provincia, y no desaprovechó ningún momento para mostrar su oficio, y esa forma tan característica de brindar espectáculo. Y ahora, con algunos puestos vacantes en la parte restante de la campaña, es muy probable que su nombre aparezca en otro cartel, lo que será una clara reivindicación de que los contratos hay que ganarlos en la plaza, delante del toro.
La corrida de Pozohondo le faltó fondo de bravura y fuerza. Sin embargo, hay que apuntar sus magníficas hechuras en el encaste Llaguno, así como la nobleza de la mayoría de los ejemplares que se lidiaron, amén de la calidad que tuvo el segundo.
De esta guisa, es notorio el avance que Ana María Rivero y Ramiro Alatorre han tenido en el trabajo genético realizado en los últimos años, pues ya comienzan a ver con más claridad el rumbo que pretenden andar en esta dificilísima labor de la crianza del toro bravo.
Y si es verdad que el quinto y el sexto vinieron a emborronar el juego del resto del encierro, al final los toreros anduvieron a gusto y disfrutaron distintos pasajes de la tarde, siendo el segundo, de Jerónimo, el que más calidad apuntó de los seis toros que, por cierto, llevaron nombres de ejemplares de Torrecilla, dedicados a la memoria de don Julián Llaguno González, ese gran ganadero zacatecano.
El primero de la tarde era largo y alto, y Uriel le dio una lidia impecable, tratando de sacar el máximo provecho a una embestida a media altura. La definición del toro desde su salida le permitió al torero tlaxcalteca cincelar una faena de un excelente nivel técnico y estético en el que también primó la diversidad de suertes. Y tras colocar una estocada eficaz, le tumbó la primera oreja de la tarde.
El cuarto no acabó de entregarse y fue un tanto incierto, pero eso no le impidió a Urielvolver enseñar su pirotecnia capotera desde el saludo, ya que lo recibió con un lance denominado "La tacita de plata", romántica evocación de la plaza Jorge "El Ranchero" Aguilar. Y de ahí al "tres en uno" con las banderillas, cuando cuajó un tercio de esos que ponen al publico de pie, luego de clavar el par monumental, un par al violín y un cuarte, en menos de diez segundos, lo que le valió dar una aclamada vuelta al ruedo.
Luego la faena discurrió entre ciertos altibajos, porque le toro no rompía a embestir, y cuando daba la impresión de que el entusiasmo que había despertado en el tercio de banderillas se había diluido, se echó literalmente encima del morrillo para cobrar una estocada entera, un tanto trasera, en la que sufrió una fuerte voltereta, por fortuna sin consecuencias. Esta forma de dar el pecho, y parte del muslo derecho, en le momento de la reunión, le granjeó este susto, pero también un final muy vibrante que trajo aparejado el corte de dos orejas.
El triunfo de El Zapata, en cuanto a número de trofeos se refiere, viene a equipararse con el que obtuvo Joselito Adame el pasado 1 de diciembre, siendo así los dos más abultados de la temporada. Ahora vamos a ver cómo mueve ficha para contratarse en una futura comparecencia. Los argumentos ahí están, a la vista de todo mundo… y son irrefutables.
Jerónimo tuvo en las manos al mejor toro de la corrida, el segundo. Y si bien es cierto que le dio unos naturales de trazo largo, templado y sabroso, y otros redondos con calidad, al conjunto del trasteo le faltó la redondez que pide un toro de esta condición.
La gente, receptiva a su sentimiento mexicano, le coreó fuerte los muletazos, y no le protestaron la concesión de una oreja un tanto benévola si atendemos a que la estocada fue baja, y en una plaza de esta jerarquía tendría que haber una mayor exigencia a la hora de entregar un trofeo con una estocada de dicha naturaleza. No obstante, y a favor suyo, habría que apuntar que nadie le protestó el trofeo en la vuelta al ruedo, que dio radiante, feliz, porque más allá de esta mácula, había dejado muy buenas sensaciones sobre la arena.
El quinto no tuvo un pase. Así fue. Y aunque Jerónimo intentó dejarla la muleta retrasada y provocarle la embestida, con este toro no había nada por hacer, así que abrevió y por lo menos le quedó la satisfacción de disfrutar con el cariño que le dispensó la gente.
A pesar de que torea muy poco (en 2019 tan sólo sumó 11 paseíllos), Antonio Mendoza dejó entrever que es un torero de valor sereno y cabeza despejada, digno de ser tomado en cuenta para otras plazas.
Al tercer toro de la tarde le hizo una faena interesante, porque cuando el de Pozohondo comenzó a menguar en su acometida, el moreliano le pisó el terreno con una enorme seguridad, como de hecho había sido el valiente comienzo del trasteo mediante unos asentados estatuarios. Luego que acortó la distancia le dio dosantinas a placer, ya cuando la gente, que estuvo atenta a su labor, se había entregado en una meritoria faena. Lo malo fue que no estuvo fino con la espada y dejó escapar un triunfo de ley.
El sexto tampoco dio demasiadas opciones, pues más que embestir solamente pasaba, y aunque la gente estuvo esperando a Mendoza, éste apenas y consiguió enseñar otra vez su sólido valor, ese que sirve para seguir abriendo más puertas.
A mitad de la corrida se dieron a conocer los carteles de la parte complementaria de la Temporada Grande 2019-2020, y hay sorpresas tan agradables -e intersantes- como el mano a mano de rejones del próximo domingo en el que actuarán Diego Ventura y Emiliano Gamero, con toros de Los Encinos. Así que esto no ha hecho sino volver a empezar, y ahí están siete corridas más por delante.
Ciudad de México.- Plaza México.
Decimosegunda corrida de la Temporada Grande.
Menos de un cuarto de entrada (unas 7 mil personas), en tarde soleada y agradable.
Toros de Pozohondo, bien presentados, varios armoniosos de hechuras, nobles en su conjunto, de los que destacó el 2o. por su clase. Pesos: 551, 533, 534, 510, 479 y 482 kilos.
Uriel Moreno "El Zapata" (caña y oro): Oreja y dos orejas.
Jerónimo (tabaco rubio y oro): Oreja y silencio tras aviso.
Antonio Mendoza (azul marino y plata): Vuelta y silencio. Incidencias: El Zapata dio una vuelta al ruedo el concluir el tercio de banderillas del 4o. toro. Sobresalió en banderillas Cristhian Sánchez, que saludó en el 5o.
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