domingo, 19 de enero de 2020

JUAN BAUTISTA: " TALANTE VUELVE PARA COMPETIR"

 

Juan Bautista, en el tentadero de la finca Zahariche de la ganaderia de Miura. GOGO LOBATO 
¿Qué hace un empresario por el bien de la Fiesta además de ganarse la vida?
Al empresario hay que pedirle que tenga tanta pasión como el que más y que ponga la imaginación necesaria para seducir a distintos tipos de aficionados. Eso y que construya una empresa sana, que funcione y que pague con seriedad, incluso teniendo en cuenta los factores que no puede controlar. 
¿De qué depende cerrar el cartel que uno tiene en la cabeza?
El cartel que tienes en la cabeza nunca cuaja. Hay que estar pendiente de las oportunidades. En mi caso, esas oportunidades surgen mucho del contacto directo que tengo con los toreros y con los ganaderos. Creo que ningún otro empresario tiene esa experiencia de haber toreado 20 años. Así salen oportunidades como la reaparición de Talavante. 
¿Y qué entiende usted de los toreros que otros empresarios no entiendan?
Acabo de recibir un mensaje de Rafaelillo, que también reaparecerá en Arles: «Entre toreros nos entendemos». Hemos sido compañeros de miedos, de alegrías, de viajes... He toreado con Espartaco y César Rincón, y también con Roca Rey, que es 30 años más joven. Sé que el torero piensa a veces que su triunfo no es suficientemente valorado. Es que es tan fuerte la sensación de ponerse ante el toro que es difícil sentirse valorado. El empresario tiene que hacer sus cálculos para ser realista y generoso y tiene que tener buena memoria. 
¿Se sintió bien tratado por los empresarios cuando era torero?
Ha habido de todo. No siempre. Como todo el mundo, supongo. 
A veces se dice que los problemas de la Fiesta se deben a que faltan buenos empresarios, gente más inconformista.
Yo creo que ese empresario clásico que gestiona una feria desde fuera, que pasa dos semanas en la ciudad y ya no vuelve hasta el año siguiente... Eso no hace bien. El empresario debe conocer a su público, debe estar en sus tertulias, escuchar lo que opinan. Igual que los toreros deben ser accesibles.El público francés se queja de eso a veces, de los toreros españoles que vienen, torean y se van.
¿Se deprimió después de la retirada?
No, porque fue una decisión natural y que estaba muy meditada; y porque pasé a otra cosa inmediatamente: otra cosa, aunque está ligada a los toros.
¿Ha acabado muy machacado? ¿Con dolores o lesiones crónicas?
He sido muy poco castigado por los toros. Tengo los dolores propios de una preparación física intensa y prolongada.
¿Ha engordado desde que se retiró?
He cogido tres kilos. Dejé el ejercicio por completo.
Hoy vi unas imágenes de un tenista que fallaba tres puntos y hablaba solo y le gritaba a la raqueta. ¿A usted le pasaban cosas así?
La gente que me conoce sabía inmediatamente cuándo no estaba con confianza... El torero depende de su estado de confianza. Hay momentos en los que sale todo y el toro medio parece bueno y matas con cualquier pinchazo. Pero la temporada es larga y es raro estar así seis meses. Entonces llegan los días malos y te obsesionas con que te han dado una espada que no entra. O que el capote está mal hecho, aunque sea como todos. 
¿Hay psicólogos en este mundo?
Yo hice un intento con la sofrología pero no encajé del todo. Tengo colegas con psicólogos muy cercanos, gente con la que hablan todos los días de corrida.
¿Cómo salió lo del regreso de Talavante?
Lo curioso es que lo propuso él. He sido de las pocas personas de los toros con las que Alejandro ha mantenido el contacto. Vino a mi despedida y me planteó la idea. Y yo me sentí muy honrado. Yo creo que vuelve para competir, aunque no hará temporadas tan extensas.

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