lunes, 23 de diciembre de 2019

MACÍAS, AL MÁS PURO DRAMA SILVETI / por Pla Ventura



..el diestro hidrocálido, cosido a cornadas como pocos diestros en el mundo merece el más cálido respeto por parte de la afición, no ya de México, más bien de todo el mundo porque si queríamos encontrar un hombre ejemplar dentro de la profesión de torero, Arturo Macías es el referente más emblemático al respecto.

Macías, al más puro drama Silveti

El ejemplo que nos está dando Arturo Macías en calidad de torero es realmente estremecedor. Pienso que, pocos como Macías, han pagado una alta cuota de dolor como él ha contribuido. Analizado su caso uno no sabe qué pensar; si se trata de mala suerte, mal fario o un capricho del destino para enloquecer al diestro. Ante el hecho de sus cornadas, en calidad de aficionado me inclino en que este diestro pisa terrenos tan inverosímiles que, el toro, como se demuestra, le tiene siempre a merced. Sin duda alguna, si tuviera imitadores al respecto, los hospitales estarían siempre llenos de toreros heridos.

Digo todo esto porque el diestro hidrocálido, cosido a cornadas como pocos diestros en el mundo merece el más cálido respeto por parte de la afición, no ya de México, más bien de todo el mundo porque si queríamos encontrar un hombre ejemplar dentro de la profesión de torero, Arturo Macías es el referente más emblemático al respecto.

A veces, lo digo convencido, cuesta creer si Macías es un hombre de este mundo o un tipo de otra galaxia capaz de enloquecernos a todos los mortales que jamás podríamos soportar esos envites tan duros que la vida le ha dado. Una cosa está claro, nadie como él ama su profesión puesto que, la gran mayoría de los hombres que se visten de torero, ante sus circunstancias, todos hubieran abandonado.

En su momento, si alguien dignificó la profesión y todos los riesgos que esta comporta, no fue otro que David Silveti al que, como se comprueba, Arturo Macías quiere emular en su grandeza por aquello de combatir el dolor como lo hiciera Silveti. Como vemos, se trata de dos mexicanos singulares que ante el dolor se revolvieron con rabia, con pasión, con denodado esfuerzo con una sola finalidad, seguir pisando los ruedos. Quiera Dios que de una vez por todas le sonría la fortuna y, para su reaparación en La México, como tantas veces hiciera, de nuevo salga de la plaza en olor de multitud.

Me duele en el alma que Macías esté cosido a cornadas; no las merece porque se trata de un profesional admirable, de un hombre que ha pisado terrenos increíbles; un tipo arrebatador donde los haya que, como sabemos, apenas le queda sangre en las venas de todo la que ha derramado por los ruedos del mundo, de forma muy concreta en España que, en su última temporada regó varios ruedos con su sangre azteca. Por si fuera poco, el pasado mes de septiembre acudió a Madrid para enfrentarse a los toros durísimos en el llamado desafío ganadero y, no es que se llevara una cruel cornada, que se la llevó; pero lo triste es que le acompañó una durísima lesión en su pierna que, cuatro meses después, Macías sigue recuperándose.

Duele el dolor, nada más lógico; pero duele mucho más a todo aquel que se sienta aficionado al comprobar que, como siempre dije, las cornadas siempre se las llevan los mismos y, Macías, para su desdicha, tiene el cuerpo lacerado por “mil” cornadas y, como ahora, con una terrible lesión de la que se está recuperando, pero por lo que hemos podido saber, para volver a torear tendrá que utilizar una férula artificial que le ayude a sostener su pierna.

Es triste todo lo que digo porque Macías no es ningún gracioso; más bien se trata de un torero valeroso que, por conseguir el triunfo jamás le importó perder su sangre por los boquetes de sus heridas. Su campaña del 2010 en España fue el paradigma de todo lo que digo puesto que, Arturo, enfrentándose a las ganaderías más duras de nuestras dehesas, además de la admiración de los aficionados, se llevó para Méxicocuatro cornadas, durísimo bagaje para un hombre honrado que, como sabemos, en su país ha competido junto a los más grandes, José Tomás entre otros, saliendo triunfador absoluto de dichos envites.

Me cuentan que, la recuperación de Macías, además de dolorosa es muy lenta, cosa lógica por otra parte dada la terrible lesión que se trajo desde Madrid. Sin duda alguna se necesita un corazón a prueba de bombas para acudir, como así lo hizo, a Las Ventas en aquella corrida septembrina que, como era previsible, solo podría darle muchos problemas y sinsabores y, llegado el caso, como así sucedió, una cornada gravísima.

Es cierto que, si de ilusión se trata, Arturo Macías la tiene toda con la finalidad de poder reaparecer en la segunda parte de la temporada grande en La México. Esa es la palabra, ¡ilusión! Porque de lo contrario quizás Macías no tendría fuerzas suficientes para afrontar ese durísimo lance que la vida le ha deparado, un destino macabro al que le pedimos a Dios que le cambie por completo. Por cierto, recordémosles a los aficionados que, sin duda alguna, Macías es el torero que más veces ha salido por la puerta grande de La México en los últimos años, al margen de sus incontestables triunfos por todos los estados mexicanos.

Mucha suerte para Arturo Macías en su nuevo periplo artístico. Le conocimos en España, le seguimos por distintas plazas de toros en su momento y, ni la más mínima objeción podemos ponerle. ¿Qué objeción se le puede poner a un hombre que está dispuesto a morir cada tarde? Por cierto, y ahí queda la pregunta. ¿Conoce usted muchos casos como Arturo Macías? La respuesta la llevarán prendida en el corazón todos aquellos aficionados que, ataviados de la sensibilidad suficiente, sabrán darnos la respuesta correcta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario