miércoles, 13 de noviembre de 2019

JAVIER CARDOZO UN TORERO INFATIGABLE Por Víctor Ramírez “Vitico”


  


Javier Cardozo es un matador de toros venezolano que nunca ha dejado de luchar por su sueño de ser torero, es decir de tener un puesto digno dentro de la fiesta, bien sea en Venezuela o en Perú, país que se ha convertido en su hogar desde hace ya muchos años. Allí ha encontrado cobijo y contratos, torea muchos festejos a lo largo del año el rubio torero en esas plazas que le han servido para curtirse, forjarse y vivir.
Cardozo es un buen torero que nació de aquella época en la que se echaba adelante la fiesta con novilladas en las principales plazas de Venezuela donde los que triunfaban tenían un espacio para darse a conocer, carteles para destacar y sitios para pedir paso. 
Hoy día, cuando la situación de nuestro país es tan grave, los toreros nacionales deben buscar en otros horizontes lo que aquí no tienen, Javier Cardozo es uno de ellos, en silencio, pero con constancia sigue su marcha a buen paso y sin desmayar, como todo buen guerrero.

LA CLAVE ES EL TORO
SIN  EL TORO LA FIESTA ES MOJIGANGA

La situación de la fiesta brava en Venezuela es crítica, no es desde luego el descubrimiento del siglo, porque es una cuestión tan evidente que solo decirlo es casi una memez, pero si es necesario recordar que no por el hecho de que hay crisis se deban pasar por alto elementos de suma importancia para devolverle el antiguo esplendor que tuvo en Venezuela la tauromaquia.
El toro, es sin duda el elemento clave para salvar la fiesta en nuestro país, el Rey debe serlo siempre, pues es el toro el que da y quita, el que da la grandeza al espectáculo, tan vilipendiado y acosado en estos tiempos.
El tremendo esfuerzo que hacen las empresas en los sitios donde aún se dan festejos en Venezuela debe ser apoyado por todos los estamentos que hacen vida en la fiesta, y sin duda el toro es decisivo. Las ganaderías acusan como no podía ser menos los estragos de la crisis, negarlo sería un ejercicio de cinismo, pero también es de recibo que en nuestras plazas se lidien animales bien presentados, con edad, peso y trapío, cónsonos a la categoría de cada plaza. 
La ilusión que todos los que hacen vida en la tauromaquia venezolana es que la fiesta vuelva a ser brillante, hermosa y esplendorosa, que sea referente para el mundo. En ese titánico empeño se debe trabajar, con el toro como punta de lanza. Es el primer paso para tener futuro.

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