CAROLINA BARQUERO
La corrida de toros de Toros y Ciudad 2019, fue entretenida, agradable y con variadas emociones; que pasaron de la indiferencia, la angustia, la alegría y hasta la rabia. El triunfador definitivo fue el caleño Paco Perlaza.
Se lidió un encierro de la ganadería de Ernesto Gutierrez de buena presentación, aunque no pareja en fenotipo. El comportamiento variado, con movilidad, casta; algunos más que otros y destacándose él lidiando en segundo lugar que fue premiado con el indulto.
El director de lidia Pepe Manrique se encontró quizás con uno de los toros que menos movilidad y emoción tuvo el encierro. La faena fue corta y con poca emoción porque no se logró el entendimiento mutuo, voluntad hubo por parte del bogotano. Silencio.
La mejor faena de la corrida estuvo a cargo del matador de toros vallecaucano, Paco Perlaza que entregó el alma en el redondel… de su propia boca aceptó que hubiese querido torear con más técnica pero lo que quiso fue seguir su corazón y torear como este se lo pedía. El toro fue bravo, encastado y con transmisión; esto acompañado de la ligazón de las tandas en redondo por los dos pitones, destacando más el derecho. Se le otorgó el indulto al toro que aunque muy bueno fue de modesta pelea en el caballo. Dos orejas simbólicas.
El tercer toro le correspondió a Curro Martín, que vio la otra cara de la moneda; con un toro de un gran fenotipo, que ejercía expectativas desde el sorteo y que tuvo mucha casta; pero el temor o desconfianza se apoderó del torero y no pudo encontrarse con el toro y no hubo un orden claro para la lidia. Sonaron los tres avisos tras varios intentos fallidos de muerte.
La ciudad de Cartagena nos regaló al cuarto torero de la tarde, César Manotas; quien dejó un buen sabor entre la afición de Manizales. Era un toro exigente, la faena comenzó en un buen nivel, con calma y limpieza, sin embargo por momentos el toro trató de tomar el mando sobre el torero; pero pudo más la emotividad del torero que aunque disminuyó la limpieza, la gente no se desconectó. Al entrar a matar recibió un fuerte golpe en la cabeza y quedó sin estabilidad, lo trasladaron a la enfermería y tras una rápida revisión, salió al ruedo y mató al toro. Saludo desde el tercio.
En su tierra vino a torear, Camilo Pinilla, al que se le ve una evolución desde su última presentación en esta plaza. Su afincamiento en tierras mexicanas han marcado un avance en su forma de torear y en especial en el tercio de muerte donde fue muy acertado en las colocaciones. El toro no fue fácil, fue de los menos encastaditos y se fue quedando parado. Palmas.
Cerró la noche la matadora de toros Rocío Morelli, quien generó alegría y ansiedad en los tendidos de la plaza, por la expectativa de ver a una mujer vestida de luces. Con el capote tuvo una buena bienvenida a su astado que iba a altas velocidades y ella lo logró dominar; con la muleta hubo buen inicio con tandas por la derecha, faltando remates a esas tandas. Infortunadamente el tercio de muerte no fue sobresaliente, angustia por no poder pasaportarlo. Palmas tras dos avisos.
Al finalizar el festejo en el ruedo se dieron los siguientes premios:
Wilson Chaparro, mejor subalterno.
Paco Perlaza, matador triunfador.
Mejor estocada (premio desierto)
Novillada desierta (premio desierto)
Mejor ganadería, Ernesto Gutierrez
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