SEBASTIÁN IBELLES estupenda faena a un gran novillo de Huichapan
El regreso del novillero mexicano con picadores Sebastián Ibelles al serial de novilladas que se lleva a cabo en la plaza Arroyo de la Ciudad de México (donde en su anterior comparecencia había cortado una oreja a un ejemplar de Medina Ibarra), tuvo un primer capitulo de alto nivel, dado que el novillo lidiado como segundo, fue un astado de esos que desde que salen de toriles le piden “el carnet” al torero. Se trató de un ejemplar de Huichapan, dehesa hidalguense de donde procedió el encierro.
Firme en todo momento, Ibelles lo lidió con cabeza y conocimiento, con paciencia y talento, para lograr las meritorias tandas con la muleta. Debido a que lo despachó entre fallas con el acero, perdió la oreja.
Eso lo llevó a anunciar un burel de regalo de la misma casa de crianza, propiedad de don Adolfo Lugo Verduzco. La fortuna lo premió al encontrarse con el estupendo “Gorrión” y logró cuajarlo de principio a fin. Lució con el capote y se recreó con la muleta. Inició a instrumentar su labor con una serie de pases por bajo que tuvo el sello del buen gusto. La faena creció en intensidad y temple. Fue una expresión personal que hizo vibrar a los aficionados. Esa acción fue un golpe de moral para Sebastián quien se inspiró para redondear un trasteo que le abrirá las puertas de otros carteles. Luego de rematar de estocada y recibir los dos merecidos apéndices, recorrió el anillo al lado de criador de este novillo que había merecido los honores del arrastre lento.
Sebastián Ibelles alternó con Juan Pedro Herrera, que cortó una oreja, pero sufrió una extensa cornada (trayectorias de 25 y 15 centímetros); otra para Ramón Jiménez; y Joel Delgado “El Panita"; ovación. Se registraron tres cuartos de entrada.
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