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DE LUZ Y
SOMBRA
Por Carlos Castañeda Gómez del Campo ***
22 de agosto, 2019
El mito de la lucha entre la luz y la oscuridad es transcultural. En la mitología Mexica se representa por el enfrentamiento entre Tezcatlipoca, quien, aprovechando la oscuridad provocada por un eclipse, invoca a los espíritus del inframundo a emerger a la tierra por la boca de un volcán y Quetzalcóatl quien al final se impone en contra el mal. El eclipse y el volcán en erupción son dos símbolos de esta historia. Ambos son tan solo un momento. Oscurecen y destruyen antes de que reaparezca la luz de vida.
Así, ayer (21 de agosto en Bilbao) vimos la representación perfecta de la lucha que se ha desencadenado en la evolución de la bravura. Vivimos dos tardes en una. La primera, los tres toros iniciales, llenos de esa nobleza ruta y meta de quienes buscan cruzar el río y los segundos tres, pletóricos de la casta origen de esta fiesta.
La casta del toro bravo.
Léase como es. Fue una tarde que describe como un Velázquez la dicotomía de la
tauromaquia actual. Que mutó del blanco y negro, al color. Que permitió ver la
esencia de cada actuante y dejó ver que la esperada alteración de los símbolos
de la fiesta de los toros es aún lejana. Gozamos una tarde para el público,
admiramos toros para ganaderos y toreros para toreros. Eso solo lo permite la
conjunción entre la bravura en todos sus matices y la sinceridad en la
expresión de cada diestro. Ayer vimos en su madurez plena el poder que dan más
de dos décadas al frente del batallón de los de luces, vimos que la entrega sin
cálculo resulta en piezas artísticas inigualables cuando la exigencia se
conjuga con formas perfectas. También vimos que nadie puede ser lo que no es,
más si lo que sí es en origen vale. Tarde sin falsedades ni amaneramientos.
Tarde para pensar en el futuro. Para creer que el Rubicón es más profundo, que
lleva más agua. Que corre con más fuerza. Porque el sexto toro de ayer es
verdad y vida. Música en todas sus notas y ritmos. Fuerza de una sangre que se
resiste a ser relegada y en voz de “Ruiseñor” canta a gritos su existencia.
Ayer la verdad de la fiesta quedó al descubierto y renació la esperanza que la
hierba crezca sobre camino andado. Muchos pretenden eclipsar la luz de la
bravura pregonando que es difícil de fijar, complicada de medir. Sin embargo,
bajo una lógica donde la razón manda sobre la expresión insulsa, la bravura es
una, definible, defendible, medible y alcanzable. Hoy se torea mejor que nunca,
porque hay toros más bravos que nunca. ¿Qué les falto a los espadas ayer? Nada.
Ayer ganó la luz. El sol no se eclipsa después de una tarde así y el volcán de
la destrucción, tan activo dentro del mundo taurino, se acalla.
Tarde mata mitos. Tarde tumba muros. Tarde de Toros. Bilbao, 21 de agosto de 2019.
El Juli, Manzanares y Ferrera. Toros de Victoriano del Río .
Carlos Castañeda Gómez del Campo
*** Carlos Castañeda en ganadero, se trata de un auténtico investigador de la ganadería que ha sido reconocido en México y en España como una autoridad de la historia del toro bravo. Además es mi amigo, muy admirado, quien con su sabiduría como aficionado y expresión como escritor nos ha entregado auténticas joyas literarias y develado importantes nudos en la formación de los toros en América y en España.
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