jueves, 11 de julio de 2019

PAMPLONA Por JORGE ARTURO DÍAZ REYES: El calvario de Roca Rey

  El peruano lesionado e infiltrado borda la faena de la tarde y no puede con la espada. Oreja cariñosa para Castella y ovación idem para Urdiales. Tres toros de nota. 
Roca Rey se duele del hombro derecho. Fotograma TV de Toros en directo
Se rumoreaba, pero no se sabía con certeza cuan invalidante podía ser la lesión de Roca Rey. Los hechos lo aclararon. Toreó infiltrado del hombro derecho y pudo manejar las telas pero luego la espada le pesó más allá de lo posible. “No puedo, no tengo fuerza” le dijo desde el ruedo a Campuzano,  tras un pinchazo en hueso y diez crucetazos fallidos, cada uno de los cuales fue una tortura. Era el epílogo doloroso y triste de una gran faena, con un bravo y serio toro cinqueño, “Holgazán”.

Seis delantales sedosos y una dibujada media para entregárselo a Juan Manuel Quinta, quien se lo devolvió crudo. Quite por altaneras y brionesa que acalló las peñas. “Silencio torea Roca Rey” rezaba una pancarta en la barrera de sol. Y lo cumplieron. “La chica yeyé y El Rey” fueron puestos en “mute” . 

Uno por alto y dos rodillas en los medios para torear, torear en redondo cuatro derechas, un cambio de mano y uno de pecho. Todos, todos metidos en faena y al fina la banda oficial “La Pamplonesa” pudo imponer sin la escandalera de las chirimías, el pasodoble. Por derecha e izquierda la planta firma, la muleta delantera dibujando abajo, templando, vaciando atrás y ligando sin perder un centímetro de terreno, Tanda tras tanda. El gran toro recibía lo que merecía y la plaza que se caía. Sembrado, cuatro manoletinas de compás abierto muy ceñidas, uno por alto y un desplante rodilla en tierra con el público en furor predecían que las dos orejas no se las quitaba nadie. Pero cuando al primer viaje la punta dio en duro cimbrando el hombro maltratado, comenzó el viacrucis. El manso incierto sexto fue el peor de la corrida y la porfía breve antes de una nueva agonía estoqueadora. 

Sebastián Castella, Displicente con el desobediente segundo, lo pinchó en mal sitio dos veces y lo descabelló. Con el quinto quiso un poco más, tramitando la faena con oficio y decoro, pero sin pasión ni grandes ambiciones. La cosa iba así como así hasta que la estocada total y letal aunque desprendida, que aquí vale mucho. le rindió la parroquia y la oreja. 

Diego Urdiales, es torero de culto dicen. Y ha construido su iglesia sobre la piedra del unipase. Citar, ponerse majo, pasar templando e invariablemente tras cada suerte perder pasos y pasos y pasos enmendando el terreno sin ligar. Respetando todos los pareceres, apunto, que a eso antiguamente le llamaban ratonear, ahora los exégetas del culto le dicen “pureza”. Bueno la fiesta evoluciona y yo soy aficionado viejo, quizá desueto ya. Lo sacaron al tercio a saludar tras un pinchazo, estocada contrario, un aviso y dos descabellos, al primero. Qué puedo decir. Con el cuarto no, pero él, fiel a su credo, declaró de inmediato; “una tarde muy positiva”. 

Cuatro de Jandilla y dos, primero y sexto, con el hierro Vegahermosa, cinqueños el tercero y el cuarto. Un castaño y cinco negros. Dispares de romana, con 556 kilos promedio, pero todos astifinos y serios. El tercero bravo y noble, dócil el primero, noble también el quinto y ásperos y mansos el cuarto y el sexto.  

Borja Domecq dijo: “Me gustaron dos, el primero y el tercero, y medio el quinto. Los lotros malos, especialmente el sexto”.

FICHA DEL FESTEJO
Pamplona. Miércoles 10 de julio 2019. 6ª de San Fermín. Sol y brisa fresca. Lleno. Seis toros, de Jandilla, muy bien presentados y de juego diverso, mejores, 1º, 3º y 5º .
Diego Urdiales, saludo tras aviso y silencio.
Sebastián Castella, silencio tras aviso y oreja.
Roca Rey, silencio tras dos aviso y silencio.

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