martes, 30 de julio de 2019

HISTORIA DE UNA LESIÓN QUE HA PUESTO PATAS ARRIBA UNA TEMPORADA Por Rosario Pérez


«La arrastra desde el volteretón en San Isidro», cuenta el entorno más cercano de la figura peruana

Mucho se habla de la lesión de Andrés Roca Rey, cuya baja ha puesto patas arriba la temporada estival. Se habla de la taquilla, surgen rumores propios de salseo rosa, de esa época de Marujita y su famosa frase: «¿Pero qué invento es este?»
Einstein y Edison no habrá muchos en esto del toro, pero de inventos, dimes y diretes vamos sobrados. «Se subió a un cohete GSLV para ir a la luna y la misión falló», espetó esta mañana un señor en un hotel santanderino que reservó el fin de semana para ver al ausente Roca Rey.
Con esto de los rumores siempre sucede lo mismo: sembrar, sembrar y recolectar dudas. ¿Qué hay de cierto de los rumores que circulan con intensidad sobre una pelea en Chota? «Eso es mentira», dicen en el entorno más cercano al torero que más cotiza en la bolsa de la Fiesta. 
¿Cuál es la verdad entonces? «La verdad es que todo empezó la tarde del 22 de mayo en San Isidro, cuando un toro lo cogió para matarlo, casi lo revienta». «Carcelero» se llamaba ese animal, un sobrero de Conde de Mayalde que no le perdonó tanta exposición cuando se echó el capote a la espalda. Lo prendió de manera violentísima, con su geniuda viveza de salida. Le rajó el vestido canela y oro desde la cintura a la rodilla y en ese momento, por cierto, se avivó por cierto otro rumor, el de las medias «antibalas», que eran unas medias negras tupidas. Roca fue atendido en la enfermería de una herida de seis centímetros que lesionaba la musculatura isquiotibial. «Andrés tenía también molestias en la espalda y el hombro». 
Luego toreó la de Adolfo en Madrid (30 de mayo) y otra corrida en Sanlúcar (2 de junio): «Él decía que le molestaba, pero se achacó a una sobrecarga, igual que a un ciclista se le cargan las piernas a veces».
El joven limeño comenzó a preocuparse al sentir mayor dolor la tarde de Nimes el 9 de junio. «No veas lo que me ha dolido el hombro», decía aquella noche a un cercano. Pero siguió toreando. Tocaban Istres (día 14), Madrid (15) y Hogueras (22), donde se colgó después de mucho tiempo ese «No hay billetes» que ahora se resentirá en tantas taquillas. «En Alicante ya tuvo que torear infiltrado».
Después llegaría Chota, el 25 de junio y el 27 de junio. «Ya el viaje fue incómodo por tantas horas en avión y también tuvieron que infiltrarle para torear; le molestaba mucho». En medio de sus dos tardes (el 26), la máxima figura del Perú actuaría de monosabio en un toro de Joaquín Galdós, lo que muchos consideraron una falta de respeto a su compañero peruano. A partir de ahí se desencadenarían los rumores de una pelea una noche después, rumores desmentidos por ambas partes y varios profesionales del toro: «Eso es falso». Para broncas, las del Soro y Manzanares o las de Paco Camino con El Cordobés y Palomo Linares. La rumorología habla hasta de que el hermano de Roca estaría involucrado, «cuando no estaba ya ni en Chota, pues tuvo que coger un avión ese miércoles», explican a ABC. «Aquel jueves fue un calvario, cada vez le dolía más», cuentan fuentes del entorno del matador.
Roca canceló sus actuaciones en Soria, Burgos y Teruel, pero reapareció el 10 de julio en San Fermín. El torero apenas podía entrar a matar tras pinchar al primer toro. «No tengo fuerzas», decía en Pamplona. 
La lesión que empezó la tarde de las dos orejas y la cogida en San Isidro se agravó más entonces: «Braquialgia derecha pendiente de c7 y tendinopatía de hombro supraespinoso con derrame», decía el parte médico firmado por el doctor Hidalgo. 
Roca ha tenido que cortar la temporada durante julio y todo agosto, lo que ha generado gran preocupación en el sector empresarial, que tiene que recomponer los carteles y se ve en la tesitura de si anunciarlo en las ferias que aún no han salido de septiembre, caso de Logroño, Salamanca y Valladolid, donde estaba previsto que fuese la base con dos tardes. Nimes sí anunció ayer al peruano en la presentación de sus carteles de la Vendimia.
Roca Rey viajó la semana pasada a Estados Unidos para ponerse en manos de un equipo neoyorquino especialista en este tipo de lesiones, pero continuará su recuperación en España. Diecisiete corridas perderá en agosto (más las ocho de julio). Y diecisiete corridas perderán a su estrella de cartel en ferias como Bilbao, donde la empresa ya ha encontrado sustitutos: El Juli ocupará su lugar el día 21 en la corrida de Victoriano del Río; Cayetano lo hará la tarde del 23 de agosto con los jandillas.
De momento, Cayetano Rivera, tras su zambombazo en los Sanfermines, ha cogido varias sustituciones, pues también estará en Huelva, Málaga y Cuenca. Miguel Ángel Perera ocupará su sitio en Beziers. Carlos Zúñiga, empresario de Gijón, prefiere esperar: «Roca Rey no es un torero fácil de sustituir y esta no es una decisión que se deba tomar en caliente, sino que es necesario sopesar bien todas la opciones; no obstante, será un sustituto de máximo nivel». Y lamenta este «contratiempo». Como todo el sector. 

Broncas aparte, falsas o ciertas, la verdadera pelea la van a tener los empresarios para igualar en taquilla las cifras previstas con el astro peruano.

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