Ahora sí que ¡Válgame…! Pues aunque ROMA no arrasó, ¿Por qué habría de haberlo hecho?, lo que sí, que ha provocado cosas en verdad desconcertantes rayando en lo preocupante, como el calificativo que se le da a la película de una ‘gloria nacional’, sí así fuese entonces ‘La perla’ basada en la novela del norteamericano John Ernest Steinbeck y llevada a la pantalla de plata en 1947 por el director y productor Emilio “Indio” Fernández vendría siendo algo así como La Biblia, la fotografía en blanco y negro que resultó cumbre (sin la tecnología de ahora) fue confiada al Maestro Gabriel Figueroa (Globo de oro 1948) y los papeles de Quinto y Juana fueron interpretados por Pedro Armendáriz y María Elena Márquez, otro estremecimiento lo sufrí al saber de la comparación de la protagonista que Alfonso Cuarón llevó en su film con Dolores del Río, y por un momento me pasó por la memoria la figura de cualquier espontáneo que es precisamente eso, como lo pudo ser ese figurón que llegó a serlo “El ave de las tempestades”, quien por cierto se lanzó al ruedo en la plaza de Monterrey y no en el pasodoble de Agustín Lara, de aquella tarde de su primera aparición en la arena norteña, a que el maestro Lorenzo Garzallegara a ser un consagrado pasaron más años y circunstancias, que la aparición de un bisiesto, donde luchó y venció mil batallas…
Por cierto sabía usted, ¿Qué esa colonia la Roma fue fundada por un cirquero Edward Walter Orrin? En cuyo circo actuaba el celebérrimo payaso inglés Richard Bell, y decía el empresario que el nombre se lo puso a los terrenos que había adquirido para fundar visionariamente una colonia en lo que fueron los Potreros de la Romita, lo que logró con las ganancias provenientes de hacer reír, y más, el nombre se lo puso como un homenaje a la ciudad de Roma donde para él se había estelarizado el arte muy en sus principios, otro dato que se cuenta el que los nombres sin ningún orden geográfico obedecen a las ciudades donde más estruendosamente había triunfado el circo Orrin.
Ya metidos en el arte y la nostalgia, vendría bien recordar que precisamente en esa colonia estuvo por años instalado la galería taurina más importante que ha habido en esta ciudad, la que Don Celestino Velázquez formó en su casa y al que por un tiempo le dio continuidad su primogénito “El Abuelo” Velázquez, recuerdo ahí haber visto una maqueta monumental del Toreo de la Condesa esparcida con arena del mismo ruedo, así mismo fue impactante el palpar el terno canario y plata con el que se enfundo Alberto Balderas para morir en el asta de ‘Cobijero’ de Piedras Negras.
Leyendo el libro ‘Embrujo y Fantasía:
Historias con Leyendas’ que versa sobre la Suite Española y los pasodobles Larianos nos enteraremos que fue precisamente en la colonia Roma donde a el genial Agustín Lara que había recibido como obsequio el libro *‘Embrujo de Sevilla’ (*habría que cuadrar fechas) le brotó su enamoramiento por las ciudades españolas a las que les empezó a mandar cartitas de amor en forma de canciones sin siquiera haberlas conocido previamente, siendo la primera de ellas Sevilla sobre la que una tarde en la Roma, le llegó la inspiración; Sevilla, tierra de maravilla. Reina de la Mantilla, soberana del sol…
Hoy en esa colonia a la que una noche llego Manolete a cenar a casa de Don Óscar Cepeda sigue viviendo el torero icónico de la legua Miguel Cepeda “El Breco”, en cuya casa continúan realizándose las únicas tertulias verdaderas que aún subsisten y que son ‘Las del once’ de las que su fundador Jaime Rojas Palacios autor de la obra teatral ‘Y quisieron ser toreros’ aseguraba nacieron precisamente en la Roma, y así si le seguimos en el ‘Roma-Mérida’, pa’ persignarnos frente a la iglesia de Nuestra Señora de Fátima donde unos toreros se involucraron en la Suerte Suprema que terminó con la vida del cura Fullana Tabernero y su perro Duque, pasaremos por la Unión de Picadores y Banderilleros en la calle de Mérida, cruzaremos por el San Luis Club con sus damas de caderas voluptuosas forradas de tafeta luminosa, recordaremos que en la que fue la A. Jalisco hoy Álvaro Obregón murió el gran pintor Antonio Navarrete, y cuando llegue la navidad en la melancolía escucharemos las primeras carcajadas que se oyeron en aquel México, el de la Roma y que salían del pecho frondoso de un señor que se vestía de rojo muleta y pasamanería blanca que llego a vivir a una casa que afuera decía Sears.
Así la Roma, a diferencia de la ROMA hollywoodense, la que se convertirá en efímera, aunque hoy todos parecen ser romanos.
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