Jorge Arturo Díaz Reyes, III 13 2019
Tras una completísima faena y la estocada de la ley al segundo, el palco ignora la petición de oreja para Luis David. Pablo Aguado recibe una del tercero y Lorenzo saluda dos veces. Noblote y soso encierro.
El gesto de Luis David cuando le negaron la oreja del segundo |
Los astifinos cuatreños de Alcurrucén, tres colorados, dos castaños y un negro chorredo, fueron también dispares al rededor de sus 555 kilos promedio. Algunos muy blandos, todos tardos y poco peleadores en todos los tercios. Justificaron ese discutido “se dejaron” que a los ganaderos de antaño les insultaba y a los de hogaño les halaga. No lograron emocionar, ni siquiera alegrar, pese a la banda que no cesaba de tocar.
El toledano Álvaro Lorenzo, con su hacer ortodoxo, sobrio, cuidadoso de la etiqueta, necesita un toro de suficiente codicia que lo contraste y haga saltar la chispa. Más que correcto en ambas lidias y matando con una gran estocada, al además flojo primero y con una tendida, trasera y con aviso al manso cuarto fue ovacionado ambas veces por los entendidos.
El toledano Álvaro Lorenzo, con su hacer ortodoxo, sobrio, cuidadoso de la etiqueta, necesita un toro de suficiente codicia que lo contraste y haga saltar la chispa. Más que correcto en ambas lidias y matando con una gran estocada, al además flojo primero y con una tendida, trasera y con aviso al manso cuarto fue ovacionado ambas veces por los entendidos.
El mexicano Luis David Adame, corazón arriba, redondeó la faena de la tarde. Desde las ocho verónicas y dos medias de saludo al segundo ,hasta el estocadón recibiendo (de la ley, que llamaba Don Pedro Romero). Un sembrado quite a la gaonera y luego largamente por los dos pitones, temple, mando y medida, poniendo la bravura que el rajado no tenía. Colocándose muy por encima de él. Clavo arriba, toreando, mató de una, desató la petición mayoritaria y ruidosa del tercio de plaza ocupada, y su señoría Luis Macías Lozano, arriba en el palco, le arrebató el protagonismo fajándose un Don Tancredo de bandera. Con el quinto hubo repetición de la escena, pero ahora con más argumentos presidenciales por los pinchazos y el aviso.
El sevillano Pablo Aguado, interpretó con el tercero las tres tandas de mayor exquisitez en la tarde, todas por naturales, rematadas con cambio y pecho. Una de tres, otra de cuatro y la final de seis. Con ellas y entre ellas derramó, lentitud, poso, largura, temple, aire personal, regusto de su tierra ¡Qué bueno! “Tabaquero” fue también el de mejor y más viva embestida. La cosa iba para premio, pero la espada quedó trasera, caída y Usía la obvió contrastando su proceder anterior.
El zambombo sexto de 620 kilos, bipolar, que alternaba tardeos con arreones violentos y cabezadas arriba no le dejó lucir la capa. Benítez le puso tres puyas al encuentro sin lograr bajarle los humos. Pablo le abundó al unipase distante con la clientela en favor. Tres en duro y un descabello sin estocada finalizaron lánguidamente la tarde
En el callejón, Fernando Lozano a nombre de la ganadería dijo: “Si hubiese sido la corrida original que trajimos, pero aquí la opinión de los profesionales no vale”. Refiriéndose a los toros que según él “no preparados” tuvo que incluir para completarla.
FICHA DEL FESTEJO
Valencia. Miércoles 13 de Marzo 2019. 4ª de Fallas. Sol y frío. Un tercio del aforo. Seis toros de Alcurrucén, bien pero desigualmente presentados, nobles y mansos.
Álvaro Lorenzo, saludo tras petición saludo tras aviso.
Luis David Adame, vuelta tras fuerte petición y saludo tras aviso.
Pablo Aguado, oreja y palmas.
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