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Entre el presente y los recuerdos, transcurrió la corrida del 10 de febrero de 2019, en la que tres toreros se disputaron la Oreja de Oro y que valdría la pena reflexionar, en regresar a la costumbre de antes, de que los carteles se integren con los triunfadores de la Temporada Grande; incluyendo a los toreros españoles que desde hace mucho tiempo no se asoman al festejo, antaño competencia feroz por conseguir el trofeo en disputa.
El quinto de la tarde de nombre Compadre de Arturo Gilio, de origen Parladé vía La Joya, ganadería tlaxcalteca que se gestó con los toros de diferentes ganaderías importadas hace más de veinte años de España, tuvo fijeza, nobleza y codicia en la humillada embestida.
Sergio Flores se acopló a sus embestidas emotivas y si solamente obtuvo un trofeo, fue por su falla con la suerte suprema, sin embargo tejió una muy vibrante faena que le llevó a llevarse la Oreja de Oro en disputa; el toro recibió el merecido homenaje del arrastre lento por su fenotipo y desde luego por su comportamiento.
Y el octavo de regalo de San Mateo, de nombre Don Paco y por esas coincidencias del destino, dedicado por Nacho García Villaseñor, propietario de la dehesa otrora de Don Antonio Llaguno, a quién fuera el último conductor de la ganadería de La Punta, Don Paco Madrazo que era de origen Parladé.
En comportamiento el astado, no fue menos que Compadre tuvo emotivas embestidas, aprovechadas por momentos por Michel Lagravere quién confirmó la alternativa, pero que no tiene el rodaje de sus alternantes y aunque apunta el cante el yucateco, le faltó más consistencia para aprovechar a un toro de bandera, que fue homenajeado con merecido arrastre lento.
Gran lección ganadera vivimos en La México.
Regresando al pasado y de acuerdo a la investigación de Miguel Luna Parra, el autor de la idea de la Oreja de Oro, para premiar a los toreros fue Samuel Ruíz El Vate, posteriormente fue instituido por Rafael Solana y de El Universal Taurino en 1923; fue Rodolfo Gaona quién a través de una votación copiosa se hizo acreedor a la primera.
La idea por lo consiguiente es mexicana, tiempos después lo copió España y fue en 1927 cuando con 8 toros, cuatro toreros la disputaron y el español Nicanor Villalta, fue el primer triunfador en corrida de la disputa de la Oreja de Oro en El Toreo de la Condesa hoy en día El Palacio de Hierro, Durango.
La primera Oreja de Oro, disputada en La México fue en 1947, Luis Castro El Soldado fue el triunfador de un festejo que con el transcurrir de los años y a beneficio de la Asociación Nacional de Matadores de Toros, Novilleros, Rejoneadores y Similares; también con muchas interrupciones se ha celebrado en nuestra capital y en otros lugares del País. El 12 de noviembre de 2015 fue el más reciente festejo en La México con toros de Gómez Valle y el triunfador de seis actuantes, lo fue Gerardo Adame.
El festejo del 10 de febrero, tuvo también la intención de rendir homenaje a Mariano Ramos, quién siempre demostró una gran facilidad para comprender las reacciones de los toros y desarrolló su técnica, fundamentado en un entrenamiento constante en un principio en la ganadería de Don Agustín Chávez quién lo ponía a torear vacas toreadas, por recordarlo en el cénit de su carrera, cuajó la inolvidable faena el toro “Timbalero”, de Piedras Negras, en la Plaza México, premiada de manera absurda con una oreja.
En aquella corrida del 21 de marzo de 1982, Mariano se impuso con autoridad y gallardía a la fiereza del toro de Don Raúl González, al que después de domeñar, metió en la muleta para trazar muletazos largos, templados y mandones, en medio de la conmoción del público, esa faena fue la mejor de la Temporada que cobijó la despedida de Manolo Martínez que tiempo después regresó a los ruedos.
Breves pasajes de quién se nos adelantó en el paseíllo de la vida pero cuyo recuerdo sigue vigente entre los aficionados de cepa y que ayer sentimos la nostalgia cuando en el ruedo se develó un busto a su memoria.
Arturo Saldívar el tercer espada, en su primero de Arturo Gilio estuvo muy bien para lograr un trofeo y en dos astados más (regaló uno de Arturo Gilio) no tuvo toros a modo, pero deja la impronta de una nueva época para su carrera.
Así concluyó la Temporada Grande 2018-2019 y ahora a esperar que nos depara el futuro taurino
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