Olot, la plaza elegida para la vuelta de los toros a Cataluña
La Fundación del Toro de Lidia presenta este jueves una petición formal al Ayuntamiento gerundense, uno de los feudos del independentismo
La Fundación del Toro de Lidia (FTL) dará este jueves el primer paso para la vuelta de las corridas a Cataluña. La plaza elegida es Olot (Gerona), la más antigua en tierras catalanas (1859). Las razones: es de titularidad pública y no privada –caso de la Monumental de Barcelona (propiedad de la familia Balañá)– y una de las mejor conservadas. La asociación que preside el ganadero Victorino Martíndepositará hoy la petición formal en uno de los feudos del independentismo, con Josep Maria Corominas (PDECat)como alcalde de una villa declarada antitaurina en 2004 cuando gobernaba el PSC. En el pleno actual, 17 de los 21 concejales son del PEDCat, ERC y la CUP. Ni PP ni Cs tienen representación.
En el documento, que se presentará a la Administración en catalán y al que ha tenido acceso ABC, se recuerda al Ayuntamiento que la tradición taurina forma parte de la «esencia cultural de la ciudad». Y solicitan: «Dada la tradición y el apoyo popular que la Fiesta de los toros tiene en el municipio, solicitamos el permiso para realizar un espectáculo taurino mixto en la plaza de toros de Olot, en la que Abel Robles, natural del municipio y muy conocido entre sus habitantes, tendrá un papel relevante. En este sentido, proponemos tres fechas posibles (a escoger la más idónea según los criterios del consistorio): 1 de mayo, 20 de octubre y 11 de septiembre».
Dos ases en la manga
La FTL llega a Cataluña con el as de la Justicia en la manga: la reciente sentencia de un juzgado de Alicante, donde tras la prohibición en Villena se indicaba que ningún ayuntamiento puede abolir los toros y se reconocía la tauromaquia como un patrimonio cultural digno de protección en todo el territorio nacional. También figura la sentencia del pasado diciembre del Tribunal Constitucional en la que se anulan los artículos más restrictivos de la ley taurina «a la balear».
Recordemos que en 2010 la Generalitat, con José Montilla de presidente, prohibió las corridas y blindó los «correbous» en un alarde de falso animalismo. El último festejo se celebró en septiembre de 2011 en la Monumental catalana, con los toreros a hombros por la calles de la Ciudad Condal. Cinco años después, en 2016, el Constitucional tumbó la prohibición y en 2018 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña condenó a la Generalitat a pagar un millón de euros a la casa Balañá. Pero los toros no han regresado.
Ahora, la Fundación da un paso al frente en Olot, en una iniciativa impulsada por Abel Robles, novillero de la tierra, en colaboración con la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, la Asociación de Criadores de Bravo de las Tierras del Ebro y la peña la Garrotxa.
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