jueves, 20 de diciembre de 2018

HARAKIRI Bardo de la Taurina


Harakiri
Ya la realidad no puede seguir disfrazándose con la charada  que se ha convertido en un  nudo ciego, el que  parece no tener forma de devastarse, y tal vez por la desesperación el día guadalupano, una persona a la que no conozco, no sé ni su nombre, ni su apellido, creo que en ningún momento me los dijo, es más no lo reconocería por lo fugaz de su monólogo, su cara era la de un aficionado enfurecido como hay miles, contrariado, molesto, enojado, encabritado; -Bardo tengo una idea, denunciemos ante las Autoridades o ante las Cámaras o de plano ante el Presidente, que se están matando toros tiernos y sus cuernos (dijo irónicamente) como que no les han terminado de crecer-, y agregó; -con eso ¡Ah! hue… que la empresa nos va hacer caso, estamos hasta la ma… de que nos vean la cara de sus pen…, por eso, hay que organizar otra marcha.-

¡Híjole! A lo que se ha llegado,  a pensar en hacerse el harakiri, piénsenlo, piénsenlo, piénselo,  antes de que se lancen a las calles, pues en el momento en que eso se convierta en pancartas se puede volver viral y masivo, pues sin duda por el motivo de la causa se le unirán los anti taurinos, ¡algo inusitado!,  por eso los que tienen en sus manos la prevención y el remedio,  tienen que ponerse muy avispas sin pérdida de tiempo, el problema es yerba seca que nada más está esperando arder y el cerillo puede ser la marcha referida.
¡Sí!, peligrosísimo pero no imposible de detener, hablando concretamente de la Plaza México, el remedio debería de empezar por frenar a los medios inducidos, conocidos como jilgueros, que con su forma de tratar de engañar de que se están corriendo toros plenos de trapío y bravura, y que los toreros afines a la empresa son unos torerazos, (¿entonces porque en las tardes en que aparecen no va gente a los tendidos?), y lo peor, es esa insistencia molesta chocosa que ya llegó al hastió de ‘defendamos a la Fiesta, asistiendo a la plaza’, la gente ya está harta del acoso verbal que se ha vuelto hostigamiento, y por eso ha surgido un repudio que desemboca en no ir a la plaza. Porque una cosa es lo que se relata y otra lo que en realidad sucede.
Hay varias formas para que un aficionado o el público  vaya a una plaza, concretamente refirámonos al domingo pasado, dejando un lado a la leyenda jerezana de ‘El Pirata Torero’, que además, ya ni está en activo porque está en letras de ética, entrega y valor en la historia, torearon dos matadores nacionales y aclaro, no juzgo, solo subrayo los vacíos en el cemento son reclamo que tiene voz, la conclusión en este rubro no tiene discusión, quien o quienes armaron los carteles de toda la temporada, lo hicieron fallidamente.
El ganado tiene que pasar a la balanza del juicio, que aunque se diga que es subjetiva, no lo es, sobre todo cuando se es a la baja, porque de todos los toros que han saltado a la arena ¿a cuántos les pondremos la estrellita en el testuz?, si la respuesta es, tan solo a la minoría, quienes los seleccionaron en el campo, quienes los vendieron y quienes compraron el ganado, lo han hecho fallidamente.
La publicidad ha sido un rechazo por su mal gusto, pero peor,  por su falta de impacto que es atracción, entonces esa propuesta, ha sido fallida, y aquí bien se puede ligar otra reflexión, ¿cuánto les ha generado en dinero? la discoteca o el antro que han montado en el atrio de la Plaza, en relación con la gente que por ese hecho, ha dejado de asistir, al sentirse agraviada en sus tradiciones,  a las cuales les guarda respeto. Aunque queda claro que la empresa está tratando de traer a un público nuevo, el cual  no se ha reflejado en el graderío.
Si la nata está hasta arriba, no dejen que la leche se derrame, o lo que es lo mismo; si las fallas están detectadas, pueden ir a la Refaccionaria California o las Farmacias del Dr. Simi y pedir unas cápsulas de coherencia informativa, un ungüento de enjundia torera, unas vitaminas de Crecilac para toros y solicitar en la Universidad Patito un pasante de la carrera de publicidad.
¡Vergüenza no es estar enferma como la Plaza México!, lo vergonzoso es no darle la medicina a la enferma, porque un chubasco de oxígeno como se lo dieron el ‘Fantasma’ Ventura y Saldívar, es apenas un guiño pa’ saber que a como sea, todavía respira, y que un milagro que desde luego no fue guadalupano, podría ser el quitarle la atadura que son  las anclas de los carteles prefabricados, pa’ a partir de ello, estructurar cuatro corridas con puro arte de importación en mano a mano,  o tres extranjeros incluyendo sus rejoneadores con toros del encaste español, y ocho festejos con torería nacional, y pa’ rematar la de ‘El Estoque de Oro’, con los triunfadores, los resultados serían cinco llenazos, y ocho de los que ya estamos acostumbrados, sin dejar de señalar que veríamos a la armada extranjera en un nivel torero que nunca les hemos visto, como se les ve en su tierra, donde tarde a tarde se pelean la supremacía a capa y espada, por aquello de que pa’ que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, ¡eso sí, sería algo novedoso! ¡Nada más de pensarlo se me hace agua la boca!, ¿a usted no?



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