jueves, 15 de noviembre de 2018

LOS AMIGOS DE LA MAESTRANZA CELEBRARÁN EN MARACAY LOS 50 AÑOS DE LA GANADERÍA DE LOS ARANGUEZ por EL VITO






EL VITO

Aficionados orgullosos de su gentilicio y preocupados por recuperar su ciudad, tendrán este sábado una reunión en la Plaza de Toros “Cesar Girón” de Maracay. La arena taurina monumento del toreo nacional y emblema del estado Aragua. 
Son ellos los hijos, hijos de los hijos de aquellos hombres y de aquellas mujeres que, excluidos de la élite gobernante, no se fueron de la ciudad cuando murió el General Gómez. Son nietos de los abuelos que se quedaron convirtiéndose en heroicos emprendedores de Maracay. Los que hicieron de la Ciudad Jardín el orgullo de los valles de Aragua y de la nación venezolana. Son los integrantes de Los Amigos de la Maestranza, entre quienes están el doctor Mora Márquez, Wladirmir Vega, Pancho Maury, Víctor Anzola, las hermanas Guadalupe y Columba Girón, Yofre Graterol, los matadores de toros Freddy Girón, Erick Cortéz y Alfonso Rondón entre muchos de los que se nos pierden en el camino entre el tintero y el papel. Son Los Amigos de La Maestranza, así se llaman, esos herederos del orgullo sembrado en estos fértiles vales  cuando la gente se iba de la ciudad, maracayeros que hoy viven la fiesta de los toros como no se vive en otras latitudes. En Maracay hay gente que se ha destacado más allá de las fronteras nacionales, sembrando orgullo y ejemplo nacionales. La lista es amplia y generosa, figuran hombres y mujeres en la política, las ciencias, los deportes y hasta en los altares de la patria se veneran aragüeños que reciben mensajes urgentes pidiéndole detener la violencia, sembrar la paz y volver al camino en el que los aragüeños destacaban entre americanos ilustres.

ALBERTO RAMÍREZ AVENDAÑO


Este grupo de aficionados que se distingue entre peñas y grupos taurinos son Los Amigos de la Maestranza y le rendirán un homenaje a una ganadería nacional, divisa larense enclavada en Carora, estado Lara, que por muchas razones sentimentales le pertenece a la ciudad de Maracay. 
Entre las muchas razones porque Los Aránguez estando sembrada como ganadería en la arena del Calicanto, uno de sus propietarios, el doctor Alberto Ramírez  es ilustre hijo de Maracay. No solo se ha destacado como ganadero   de reses bravas, que ya tiene mérito serlo en estas tierras tropicales, es Alberto hombre importante por haberle dedicado toda una vida a la Ilustre Universidad Central. Lo ha hecho como maestro de generaciones de Médicos Veterinarios en la Facultad de Medicina Veterinaria en El Limón.

TENTADERO EN 1977 EN LOS ARÁNGUEZ
Raúl y Ramón Rierra Zubilaga, Alberto Ramírez Avendaño, Manolo Escudero, Pedro González El Venezolano,
Víctor José López El Vito, Juan Diego de México,
Alejandro Riera Zubillaga, Federico Núñez.
Los niños Jesús, Lalo y Raúl Riera
y sentados Gonzalito, Vicente Lozano e Idelfonso Riera Zubilaga 


Se conmemoran 50 años de la Ganadería de Los Aránguez, suficiente motivo para sentirnos orgullosos porque la divisa verde y grana de Carora se izó presuntuosa entre estandartes de los grandes hierros taurinos del universo de la fiesta.

En Maracay se festeja porque el doctor Ramírez Avendaño es oriundo de esta villa taurina, pero también porque convirtió en aragüeños de corazón y actitud a sus socios careños los hermanos Riera Zubillaga, primer y a su descendencia después. 

Son ellos Alejandro, Raúl, Ramón e Ildefonso y  descendientes,  representados en  el hoy conductor de la prócer ganadería, Jesús Riera Herrera. Los Riera, hombres y mujeres sembrados en la lucha por Venezuela en aquellas tierras áridas del Municipio Torres ya tenían la experiencia del reto con el ganado lechero cuando acordaron con el muy joven Alberto Ramírez sembrar en los potreros de Los Caballos y Copacoa vacas y toros de lidia. Esta gente de Carora, antes que llegara “la gente del toro toreado”, se había sembrado en los secos valles el ganado suizo, desarrollando un tipo lechero que con el tiempo sería orgullo del ganadero tropical.
Lo mismo ocurriría, más tarde, con el ganado de lidia, sin que los valles de Carora tuvieran nada que ver con saladas arenas marismeñas  albergaron al toro bravo para darle tipo andaluz con el devenir del tiempo. 
Las vacas de Las Mercedes salieron de Cali, del Valle del Cauca,  a Los Aranguez, Los Caballos y Copacoa, llevando por sus venas esa sangre revuelta de los tulios con los saltillos y santacolomas que fueron orgullo del doctor Ernesto González Piedrahita, uno de los pioneros de la ganadería brava de Colombia..

Fue en 1968 – hoy hace 50 años -, cuando el doctor Alberto Ramírez Avendaño en sociedad con los hermanos Alejandro, Raúl y Ramón Riera Zubillaga, decidieron hacerse ganaderos de bravo. Unidos habían transitado muchos caminos.  Conocían de memoria senderos que estuvieron vírgenes, hasta que la alquimia producto de la infatigable tenacidad produjo ese tesoro que distinguimos los venezolanos como del “Tipo Carora”.  Expresión de perfección del ganadero venezolano. 
Hace 50 años,  en 1968,   llegaron a los Aranguez 50 vacas del doctor Ernesto González Piedrahita que iban a ser cubiertas por dos sementales de Vistahermosa de don Francisco García de la Sabana de Bogotá. Uno de nombre “Banderillo” y otro “Rumbero”. Los dos  procedentes de la sangre de Santa Coloma como también tuvieron esa procedencia “Repentino” y “Almejito” de don Benjamín Rocha Gómez.

Al año siguiente le compraron a don Julio García Quintero, propietario de la ganadería de Guayabita, 50 vacas escogidas por tipo y retentadas en la finca de San Antonio por Carlos Martínez. Más tarde, integrantes los ganaderos de Los Aranguez en el grupo que realizó la importación que hizo la Asociación de Criadores de Toros de Lidia de Venezuela, de España y de Portugal, llegó para la ganadería de los Aranguez, en el año de 1973, un lote de 20 vacas de Martínez Elizondo, dos sementales de don Francisco Camino Sánchez (“Pocosueño”, número 23 y “Farruquito” número 13) y cuatro sementales de Martínez Elizondo (“Porrón”, “Marqués”; "Alma Viva” y otro cuyo nombre no tengo).
 En el lote de importación en 1973 llegaron dos vacas berrendas cinchadas de Villar y aunque sólo fueron dos, allí están las vacas de Villar en la ganadería de Los Aranguez. Son esas reses cinchadas que de vez en cuando saltan a la arena, y es por ello que, aunque sean dos, debemos distinguir su procedencia. 
En 1974 adquirió Los Aranguez un lote de 17 vacas de la ganadería colombiana de Dosgutiérrez, sangre de Murube del tronco de Vistahermosa.
Para el año de 1982 se realizó la última importación de ganado bravo de España. Los Aranguez adquirió de don Joaquín Buendía 20 vacas con 18 crías, de estas 18 crías, 14 eran machos. 
Todo esto ocurría hace 50, 40, 30 años sembrando la fiesta en Venezuela y abriéndole puertas a la gloria de los toreros nacionales gracias al esfuerzo  de un grupo de hombres y  de las mujeres que detrás de ellos les animaron e impulsaron en los momentos más difíciles que supieron encarar con igual raza y temperamento que las de sus toros cárdenos y bragados que han hecho que rueden rotativas en el mundo de la fiesta con frases de exaltación que involucran los nombres de Carora, de Maracay y de Venezuela envueltos de sedas verde y grana de la divisa de Los Aránguez.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario