martes, 27 de noviembre de 2018

DISTANCIA ENTRE VELOCIDAD Por Carlos Castañeda Gómez del Campo / Ganadero Mexicano


26 de noviembre, 2018 

El Tiempo se mide como el resultado de dividir la distancia recorrida de un punto a otro, entre la velocidad promedio utilizada en ese trayecto.
 En la música, el tiempo es compás, el cual genera profundidad, ligereza, alegría, tristeza. En el toreo, tiempo es temple. El toro recorre en cada pase la distancia que su bravura lo impulsa, al ritmo que el torero le indica. Y ahí nace el temple, cualidad que ha hecho atemporal al toreo.
 A una partitura son las notas lo que a una faena son los pases. Para ambas deben de estar definidos tiempo y métrica. Sin embargo, la faena no la podemos escribir, ensayar ni perfeccionar antes. Las notas del toreo se escriben y se definen en el momento en que se ejecutan. En cada faena hay una cantidad de pases que logran la obra en perfecto tiempo.
 Ni uno más, ni uno menos. La bravura del toro dicta la forma, la ejecución deltorero la pausa. Y el logro del resultado es caprichoso, exige un final sin pausa, en cadencia y concordancia con la faena misma. La bravura delsegundo toro de la tarde y la pausa de Macías lograron una inconclusa sinfonía de casta, nobleza y ritmo. El toreo no ha sido ni será una interminable cantidad de notas repetidas sin sentido ni emoción cien o más veces. El toreo son los treinta acordes donde la expresión plena de la bravura de un toro es templada para producir arte alrededor de la exigencia y la emoción. Sin embargo, en un punto, en el perfecto, hay que terminar la obra y ayer Arturo no supo poner fin, a tiempo, a la que creo yo ha sido su mejor faena en México. 

Cartagena un jinete bien preparado con una cuadra entrenada a nivel de perfección, como todas las de las figuras del rejoneo actual, es uno de los tres grandes rejoneadores españoles que harán el invierno en México. Las corridas de rejones son un espectáculo diferente, con un público diferente, que requiere de un toro diferente. Todo esto da una trascendencia diferente. Si no lo creen, ahí esta el rabo de Ventura en Las Ventas. Ayer mendigó y obtuvo una oreja. Así no. 

Notas de aliento hay en Leo Valadez. La velocidad de la juventud todavía no lo deja encontrar su tiempo. Una oreja sin valor curricular comprende su actuación de ayer. Es difícil dar valor a los trofeos, antaño tan importantes, cortados en una plaza que ya no es referencia. 
A Arturo Macías lo acabo de ver recientemente en el campo. Platicamos largo. El año pasado a fin de temporada dejo una muestra del toreo que disfrutamos ayer, ejecutada ante el toro que él sabe, necesita para expresarse. Esperemos que, en este segundo movimiento, continúe con ese son. Nos vemos en enero. 

Carlos Castañeda Gómez del Campo

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