martes, 16 de octubre de 2018

EL TOREO DESPIERTA, Y SUENA LA DIANA DE LA RIVALIDAD ENTRE DINASTÍAS


EL TOVAREÑO Y SU NIETO,
ÁNGEL ORELLANA  
ERIK CORTÉZ CON "LA BARAJA" ARAGUEÑA, FINITO DE MARACAY

















EL VITO 

El sueño de todo buen aficionado descansa sobre el bípode de la rivalidad. Sobre una armazón de dos fuertes columnas descansan en la historia las grandes rivalidades del toreo, las que sumadas se convierten en templos de los toros a través de los años.
Venezuele hace tiempo sueña, y el sueño descansa en el éter y no se hace realidad. Hubo momentos en que casi se realiza, como aquellos años veinte cuando rivalizaron dos grandes toreros caraqueños, Eleazar Sananes y Julio Mendoza, 
Más tarde fue cosa de querer sin llegar a ser.
Hoy nos llegan de Santa Rita, estado Zulia, noticias del festejo correspondiente a la Feria de la Virgen del Rosario donde destacan tres nombres de tres becerristas aspirantes a novilleros. Noticias gratas que por infinitas razones proponen soñar.
Vamos por partes, y vayamos caminando convencidos que lo que viene ocurriendo en Venezuela con el alzamiento de los andinos ante los centrales, es cosa de tomar en cuenta y que podría convertirse en puntal para sostener un futuro de rivalidades.
El que hayan desaparecido de los carteles los nombres de los maestros centrales, sustituidos por los de los ases serranos, preocupa a más de uno. Y es por eso que ahora se ocupan como pudo constatarse en la plaza de toros “El Cortijo”, plaza que administra el matador de toros Erick Cortéz, un torero de afición infatigable que manifiesta su contento en su laudatoria reseña en la que exalta los méritos del tachirense Julián Vanegas, el emeritense Ángel Orellana y el aragüeño Finito de Maracay.
Julián Vanegas, imaginamos integrante de la familia de los Vanegas de César, Manolito y del Chino Torero; y Orellana hijo y nieto de toreros tovareños, Nerio Ramírez y Rafael Orellana dos grandes figuras hijos de La sultana del Mocotíes. 
El centro y la sierra en la arena zuliana, por ardiente idónea para sembrar confrontaciones entre toreros.
Se lidiaron becerros de El Rocío, ganadería que hace ya tiempo sostiene estos muy necesarios festejos menores de los que se nutre la afición y donde adquieren oficio los aspirantes a toreros.
Un buen paso hacia el rescate de la adormecida afición venezolana.

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