Es a contraquerencia que redacto estas líneas, para comentar el reciente artículo de El Vito, sobre la “Vana ilusión de los taurinos y su esperanza en una solución inconstitucional”, pues la verdad es que todos reconocemos su valiosa labor en pro de la Fiesta Brava, no solamente en Venezuela, sino a nivel internacional.
Sin embargo, era menos conocida la versación de que ha hecho gala al comentar la sentencia revocatoria de la prohibición de los toros en Aragua y Carabobo y sobre el tribunal que emitió tal veredicto, materia sobre la que trata el artículo en cuestión.
Ciertamente, sus atinados comentarios sobre el foro son compartidos por todos los que defendemos la legalidad democrática, al igual que su arremetida contra los desmanes del régimen chavistoide. Pero no es fácil estar de acuerdo, cuando embiste contra los taurinos que han expresado contento por la decisión revocatoria, sin que ello pueda implicar legitimación de la instancia judicial que la produjo.
La verdad es que, tanto la prohibición como la revocatoria son írritas, pero no hay duda que la prohibición, que de todas maneras se aplicaba, era mucho más perjudicial para la Fiesta Brava.
Cualquier cosa puede suceder en la Venezuela de hoy en día, pero luce por lo menos extraño que el órgano que emitió la sentencia, haya buscado tratar de legitimarse por la vía taurina, aunque no dejaría de ser un reconocimiento de la importancia de las corridas de toros, como parte del patrimonio cultural inmaterial del país. Pero es evidente, que se necesita algo más que una reacción de regocijo, para impartir legitimidad a una instancia considerada lo contrario por la gran mayoría de los venezolanos.
Así pues, la andanada contra los aficionados luce sin fundamento y desproporcionada, tomando en cuenta además que en nuestro país, ya ni siquiera se busca aparentar legalidad, pues no existe estado de derecho, no solo en materia judicial, sino que tal situación se extiende a los demás poderes del Estado.
Para muestra un botón: hace unos tres días, se hizo mofa del poder legislativo, cuando se aprobó desembozada e instantáneamente, de un solo plumazo, en un cuerpo colegiado establecido por el régimen, un paquete de varias leyes propuestas por el ejecutivo, sin discusión alguna, salvo la coletilla que, de ser el caso, podrían ser debatidas con posterioridad.
Nadie pretende que la solución a nuestra problemática taurina sea la sentencia de marras, producto del esfuerzo conjunto de taurinos de Los Andes y del Centro del país, la cual motivó algunos aficionados a expresar pública satisfacción y a opinar que la coyuntura taurina no lucía tan desastrosa como la de otros sectores del país.
Estimado Maestro, seguramente no haya sido su intención propiciar disentimientos en el seno de la afición taurina venezolana, que con tanto empeño usted mismo ha contribuido a fortalecer y tiene razón al mantenerse alerta, pues en circunstancias como las que está atravesando el país, hay que estar siempre atentos y nunca se puede bajar la guardia.
Eduardo Soto Alvarez, Aficionado Taurino Tovareño.
24/08/2018.
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