‘Novillero’ de Lara presente,
mientras haya un novillero.
Los alamares colorados lucían,
hasta el antojo fogoso sobre el chorreado que no era ni blancuzco y ni rosado
paliducho, era más bien ese tono que sólo consigue dar la nogada preparada con
Nuez de Castilla, de esa que se da en San Pedro Yancuitlalpan, pa’ que escurra sobre
el verde milicia del incólume poblano, cuya anatomía luce regordeta, como
estuche que guarda el picadillo acitronado que si es con biznaga natural,
entonces sí podría ostentar la leyenda de Denominación de origen, sin dejar de
apreciar su curveada longitud.
Pienso que el chile tiene mucho de
embrujo, por eso siempre que se pueda y que se tenga con que, hay que ir en su
búsqueda y gozar de el sabor de la nostalgia, la que por su esencia invita a la
remembranza tricolor, y es que entre el deleite de su bouquet como en las faenas
correctamente estructuradas, las pausas son, no sólo son bienvenidas sino
necesarias, ¿por qué razón lo son?, pues porque ya lo dijo con mucho acierto ‘Juncal’,
‘Las prisas son pa’ los delincuentes y pa’ los malos toreros’ y esto se trata
de irse saboreando poquito a poquito, tomar esto nada más a la ligera sería envidioso, esto por el hecho de que la
única filosofía que es excelsa, es la que deja algo aunque sea solo ese
aprendizaje, que a veces a algunos les parecería que ‘vale pa’ puro chile’.
Aquí a unos pasos en la Hostería
de Santo Domingo, por arte de magia se consiguen chiles de alamares granadinos
todo el año, y sí, es que el chile siempre
debe de estar presente en la pandereta; de la loza de Talavera o con su picozón
en la de la arena torera, donde la vida puede no morir y hasta por extraño que
parezca, la vida misma puede cobrar vida, y el chile puede transformarse en
arte, ¿o que acaso un buen chile no es
algo artístico?, dicen que en cuestión de gustos los paladares son variantes y
por ende hasta exigentes pa’ que les embone como chile septembrino.
Aunque pensando mejor también se puede
decir que en una faena ya sea gastronómica o taurina, la aceptación y la tolerancia
bien que pueden caber requete bien, siempre y cuando tenga calidad suprema en
su materia prima, en su proceso de elaboración, en el lujo de su presentación,
en la etiqueta de su origen y en lo complicado de su desenvolvimiento,
además que tiene que poseer ese no sé qué,
que lo hará diferenciarse de sus semejantes, imaginemos si esto es, pa’ hacer
un Chile en Nogada, ¿Qué no será pa’ hacer un novillero?, dentro de éste galimatías
nacional en el que la esperanza sin fundamentos, la exageración del optimismo,
el vivir del cuento y la coba son enemigos permanentes a vencer.
Ante eso y si es que cae el veinte
de la conciencia, pues no se podría recomendar o asumir prudencia en el
ejercicio de la aventura, que eso es el toreo en su ejecución, que no en sus
convergencias que también las hay entre
ellas la de las mafias o la de las
artes, aclarando que la de la ignorancia no sé en donde encasillarla y es que
también tiene pros y contras.
Pero en fin, creo que dentro de lo
que se puede considerar positivo, es que este fin de semana un cachorro fue
bautizado como león y así se asumió
Roberto Román, mucho más allá de técnica, expresión, arte, que estos atributos los tiene aún tiernos por naturaleza, pues se trata de un
aspirante a la solidez novilleril, que eso y lo que le sigue, quien sabe si lo
logre o no, pues pa' asegurarlo caeríamos en lo incierto del futurismo.
A quien hoy llaman el ‘León de Aguascalientes’
es un chaval de enorme mérito, apalancado en su enjundia lo que quiere decir
mucho, aunque en la realidad es solo un engrane pa’ moverse en esta
jungla. L o tengo en un alto aprecio por
sí mismo y por su parentela y es que a mí me ha dado mucho, vamos me revitaliza,
me anima el recibir llamadas de él, ¿que se te ofrece torero?, -nada señor,
solo saludarlo- esas cosas pa’ un viejo como yo son miel en el tarro del olvido
del desinterés, pero muchísimo más importante es lo que me expresa y lo que es capaz de escuchar, es muy joven, mas
también muy educado cosa rara en su
edad, me agrada mucho que es proclive a
la charla, de ella abordamos temas sobre la importancia de leer, del ver
películas y videos, que pueden dejarle algo lo cual le gusta al grado de que se
ha convertido en investigador ¿o será indagador? De los toreros de antes a los
que había mucho que aprenderles,
platicamos de comportamiento en el ruedo, muy agradables minutos y yo agradecido.
El jueves último llamó entre el
ajetreo que le significaba torear el viernes
pasado en San Miguel de Allende y el sábado en Tlalpan, la gran preocupación
era que no tenía ropa pa ’afrontar las dos tarde consecutivas y otras más que tiene
frente a las narices como Monterrey y pienso que algunas en plazas de esas importantes,
y que bueno que las tiene, el problema es que como no es un junior, pues no le fluye
el parné, además de que anda a trompicones, maromones, revolcadas, patadas y arañazos, con
los novillos, donde por cierto en ese terreno va a terminar perdiendo la
refriega, y aquí viene algo paradójico
ese torear a la “Paquito” Ortiz, hace
mucho que no se ve, más pienso que a Roberto Román se le da natural, o igual, si lo
está sacando del baúl, es algo retro y
con ello anda sorprendiendo a medio mundo, esto o que haya existido un torero que era más volador que los de Papantla, tal
vez ni siquiera Roberto lo sabe, “El chaparrito de Apan” como también lo conocían,
se convirtió en el D’Artagnan de los
legendarios ‘Tres Mosqueteros’…
Al ver a Roberto con el terno
prestado hecho jirones, me pregunto ¿si lo que hizo pa’ que el ganadero se
dejase ver y lucirse?, ¿no bien vale que Guadiana le obsequie un terno de
estreno? Y a los ‘majaretos’ que puedan creer que el toro se toreó solo ‘cuida’o’,
porque una cosa es que el toreo de Román no guste a todos, pero eso no quiere
decir, que no estuvo ahí.
Lo que esta columna si hará, será darle las gracias al torero por
el hecho de que con su actitud torera, le dio cuerda al recuerdo de ese
pasodoble enorme del maestro nacido en la Ciudad de México Agustín Lara,
‘Novillero’, del cual por cierto podemos
decir que es el único en su género impersonal, es decir más allá de la polémica
de su creación, dedicatoria y uso fílmico, no trae brindis en su letra con
nombre, apellido o seudónimo como todos
los demás que adicionales al referido cronológicamente fueron: “Fermín”, Domingo
Ortega, “Gitanillo”, Madrid, (en género de pasodoble compuesto mucho antes que
el chotis, que lleva el mismo nombre), Novillero, “Soldado”, Silverio y “El Cordobés”.
Y adelanto que todos estos datos
así como las pinturas originales que
exprofeso fueron creadas para un libro de arte que muy pronto abrirá la Puerta
Grande, se deben al sustento histórico y
artístico de dos enormes talentos Francisco Álvarez y Eduardo Maya, quienes se
unieron a un proyecto de su menda que comenzó hace cincuenta años y al que hoy
estos personajes al sumarse a él, lo están rematando en todo lo alto, ¿por
cierto sabía usted que el joven Agustín Lara en sus mocedades pretendió abrazar
la novillería?, influenciado por su torero favorito Rodolfo Gaona y vámonos
dejando la curiosidad por ese pasodoble no grabado y sí dedicado por Lara a
“Manolete” del que el artista Fco. Álvarez ha hecho una creación pictórica sensacional
en arte y dimensiones para el libro referido, en uno de cuyos capítulos la
letra no toreada, parte plaza.
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