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14 jul. 2018
El novillero cordobés firma una estética faena al primer novillo de la buena novillada de Montealto mientras Rafael González corta una oreja como premio a su ambición por ser torero
La segunda novillada nocturna registró una entrada de 8.000 personas y un agradable ambiente en los tendidos de Las Ventas. La buena temperatura del renovado horario del verano y la iniciativa 'Cénate Las Ventas' va dando sus frutos. En el primer viernes ya fue un éxito la experiencia gastronómica antes y después de la novillada.
Anoche se lidió una buena novillada de Montealto que sólo se vio perjudicada por la devolución de dos novillos. Uno por una extraña descoordinación y el otro por una evidente falta de fuerza. El común denominador de la novillada estuvo en la combinación de la humillación, la nobleza y el ritmo en la embestida. Los sobreros también lucieron el hierro titular.
Lagartijo dio una vuelta al ruedo en su primer turno tras una estética actuación en la que mostró un buen concepto del toreo. La faena tuvo compás y detalles de buen gusto. Sin embargo, se estrelló ante el reservón cuarto que humilló sin rectitud.
Una oreja cortó Rafael González que no dejó de mostrar sus ganas de ser novillero durante toda la tarde. En su primer turno se le vio algo acelerado, sin embargo, en el quinto se mostró solvente, profesional y con largo trazo en su muleta. Llegó a resultar prendido duramente pero se repuso rápidamente.
El francés Dorian Cantón se presentó en Las Ventas lleno de ganas pero carente de oficio. Pese a esa bisoñez, se le adivinaron buenas intenciones. Y mostró una gran disposición en sus dos turnos. El primero informal y el que cerró la noche con movilidad pero falto de humillación.
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