VENEZOLANO José Pirela
triunfa cortando una oreja
en su debut como novillero en España
Tercer y último festejo del Certamen de Escuelas Taurinas que por segundo año consecutivo organizó la Diputación de Valencia en la plaza de la capital levantina. Un éxito en todos los sentidos. Gran afluencia de público, buenos novillos y entregados novilleros.
Clase, disposición y bravura.
Carlos Bueno/burladero.tv. En esta tercera función que cerraba el ciclo, tampoco salió nadie decepcionado. José Cruz soltó una interesante novillada con un último ejemplar bravo y exigente. Los chavales dieron la cara, y, de entre ellos, Polope evidenció que posee una clase innata para torear que le puede llevar lejos.
Abrió la tarde un eral de excelente presentación y noble pero al límite de las fuerzas, lo que condicionó el desarrollo del intento de faena de Álvaro Martín, que apenas tuvo opciones de mostrar su concepto. Aun así, el madrileño dejó atisbar que su tauromaquia se basa en los cánones clásicos del toreo y que en sus hay formas hay torería y regusto.
Arturo Gilio esperó a su antagonista en la puerta de chiqueros para recibirlo de pie con el capote a la espalda. Hubo gaoneras y saltilleras en su recibo y en la réplica a un cadencioso quite de su compañero Polope. De rodillas inició su quehacer en una primera serie en la que recetó dos pases cambiados y una talavantina, todo sin levantarse, y luego, ya en pie, su labor tuvo variedad, vistosidad, frescura, chispa y clarividencia. Lástima que el mejicano tardó en acertar con el estoque.
Despaciosidad, asentamiento, mimo, temple, gusto, elegancia, empaque… de todo ello hubo en la faena de Miguel Polope, que sorteó un novillo con las fueras bajo mínimos que no permitía el sometimiento ni la ligazón porque de inmediato doblaba las manos. El valenciano lo intentó dándole sitio al principio y recortando distancias más tarde para acabar robándole un puñado de muletazos de indudable mérito y bella factura.
Antonio Magaña evidenció estar todavía escaso de recursos, una lógica bisoñez que suplió con la mejor actitud, la de la incuestionable disposición y la de la voluntad a toda costa. El mexicano no escatimó esfuerzos y lo puso todo de su parte hasta firmar varios pasajes de notoria ejecución.
El quinto de la tarde tuvo una movilidad incómoda que Nino aprovechó en un tercio de banderillas vibrante y vistoso pero que le puso en aprietos en el desarrollo de su labor de muleta. El de Nimes tuvo que lidiar las desiguales y, por momentos, violentas embestidas del animal que en muchas ocasiones protestó y arrolló. Faena un tanto eléctrica muy dispuesta y entregada.
Cerró festejo un novillo bravo y muy exigente que pidió el carnet a José Pirela, quien nunca se arredró ante las dificultades muleteando con determinación y asentamiento a pesar de que sufrió una fea voltereta. Labor emocionante por encima de su pulcritud, lo que no fue poco atendiendo a las complicaciones que le creó al de Colmenar Viejo la pegajosa repetición de las embestidas del animal.
FICHA DEL FESTEJO
Tercer y último festejo del Certamen de Escuelas Taurinas que por segundo año consecutivo organizó la Diputación de Valencia en la plaza de la capital levantina. Un éxito en todos los sentidos. Gran afluencia de público, buenos novillos y entregados novilleros.
Clase, disposición y bravura.
El merideño es alumno de la Escuela Taurina de Colmenar, que dirige el maestro Carlos Aragón Cancela |
Carlos Bueno/burladero.tv. En esta tercera función que cerraba el ciclo, tampoco salió nadie decepcionado. José Cruz soltó una interesante novillada con un último ejemplar bravo y exigente. Los chavales dieron la cara, y, de entre ellos, Polope evidenció que posee una clase innata para torear que le puede llevar lejos.
Abrió la tarde un eral de excelente presentación y noble pero al límite de las fuerzas, lo que condicionó el desarrollo del intento de faena de Álvaro Martín, que apenas tuvo opciones de mostrar su concepto. Aun así, el madrileño dejó atisbar que su tauromaquia se basa en los cánones clásicos del toreo y que en sus hay formas hay torería y regusto.
Arturo Gilio esperó a su antagonista en la puerta de chiqueros para recibirlo de pie con el capote a la espalda. Hubo gaoneras y saltilleras en su recibo y en la réplica a un cadencioso quite de su compañero Polope. De rodillas inició su quehacer en una primera serie en la que recetó dos pases cambiados y una talavantina, todo sin levantarse, y luego, ya en pie, su labor tuvo variedad, vistosidad, frescura, chispa y clarividencia. Lástima que el mejicano tardó en acertar con el estoque.
Despaciosidad, asentamiento, mimo, temple, gusto, elegancia, empaque… de todo ello hubo en la faena de Miguel Polope, que sorteó un novillo con las fueras bajo mínimos que no permitía el sometimiento ni la ligazón porque de inmediato doblaba las manos. El valenciano lo intentó dándole sitio al principio y recortando distancias más tarde para acabar robándole un puñado de muletazos de indudable mérito y bella factura.
Antonio Magaña evidenció estar todavía escaso de recursos, una lógica bisoñez que suplió con la mejor actitud, la de la incuestionable disposición y la de la voluntad a toda costa. El mexicano no escatimó esfuerzos y lo puso todo de su parte hasta firmar varios pasajes de notoria ejecución.
El quinto de la tarde tuvo una movilidad incómoda que Nino aprovechó en un tercio de banderillas vibrante y vistoso pero que le puso en aprietos en el desarrollo de su labor de muleta. El de Nimes tuvo que lidiar las desiguales y, por momentos, violentas embestidas del animal que en muchas ocasiones protestó y arrolló. Faena un tanto eléctrica muy dispuesta y entregada.
Cerró festejo un novillo bravo y muy exigente que pidió el carnet a José Pirela, quien nunca se arredró ante las dificultades muleteando con determinación y asentamiento a pesar de que sufrió una fea voltereta. Labor emocionante por encima de su pulcritud, lo que no fue poco atendiendo a las complicaciones que le creó al de Colmenar Viejo la pegajosa repetición de las embestidas del animal.
FICHA DEL FESTEJO
21 de julio de 2018. 3ª y última del II Certamen de Escuelas Taurinas organizado por la Diputación de Valencia. Plaza de toros de Valencia, casi media entrada. Novillos de José Cruz, nobles y manejables en conjunto. Sobresalieron 2º, 4º y 6º, premiado con la vuelta al ruedo.
Álvaro Martín (de Madrid): silencio.
Arturo Gilio (de México): oreja.
Miguel Polope (de Valencia): oreja.
Antonio Magaña (de México): silencio.
Nino (de Nimes): oreja.
José Pirela (de Colmenar Viejo: oreja.
Álvaro Martín (de Madrid): silencio.
Arturo Gilio (de México): oreja.
Miguel Polope (de Valencia): oreja.
Antonio Magaña (de México): silencio.
Nino (de Nimes): oreja.
José Pirela (de Colmenar Viejo: oreja.
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