jueves, 19 de julio de 2018

EL VITI, 80 AÑOS DE AMOR AL TORO

GONZALO I. BIENVENIDA


EL Viti en Salamanca JOSÉ AYMÁ

Santiago Martín nació el 18 de julio de 1938; Cuenta con el récord de Puertas Grandes de Las Ventas y con la admiración de todo el mundo del toro por ser un torero de época
"Para mí el toro ha sido un compañero. El mejor colaborador a todos los niveles, porque es el que me ha dado la oportunidad de querer a mis amigos, a mis compañeros, de respetar a otros toreros. Por eso el cenit de la relación, de la consideración, del respeto..." Dice Santiago Martín 'El Viti' en su carta al toro ideal del libro Sonajero (Espasa, 1998) de Felipe Garrigues. La carta del maestro salmantino, titulada 'Torear es amar', está llena de sentimiento hacia el toro: "Yo nunca he soñado con toreros, he soñado con toros..., lo que tenía que hacer con los toros..., la manera de torearlos. Él ha sido el que me ha inspirado todas mis pasiones, todos mis afectos, gracias a él yo he sido un hombre en todas mis vertientes, físicas y mentales. El toro siempre ha sido un amigo, enemigo nunca".
El Viti cumple 80 años. Santiago Martín: referente del toreo clásico, estandarte de la escuela castellana, pura elegancia torera. Nació en Vitigudino (Salamanca) en 1938, en el seno de una familia sencilla. Muy joven se puso a trabajar y en cuanto pudo, a torear. Recorrió capeas y tentaderos por toda la geografía charra hasta que en 1956 se fundó por primera vez un traje de luces en Ledesma. 
Su distinguido toreo llamó la atención desde sus inicios a los taurinos de la época. Además de su particular elegancia, su toreo se consolidó por auténtico. Las verónicas brotaron sobrias de sus muñecas pero la media abrochaba con arrebato toda la mesura capotera. 
Su personalidad dividió a la afición entre caministas y vitistas aunque al mismo tiempo se admirara a toreros como Ordóñez o Antoñete. Otro de los rasgos de su carácter de figura fue el de la independencia, siempre con su amigo Florentino Díaz Flores que supo defender sus intereses en todo momento y así obtener el respeto de todos los profesionales. La única vez que se ligó a una casa empresarial fue en su reaparición, en el año 1976, cuando le apoderó Balañá. 


El trazo limpio, el temple, la solemnidad de su toreo se veía tornada por un gesto extraño en su brazo. De novillero sufrió una fractura en el codo izquierdo (en Ceret Francia) que le acompañó durante toda su vida (el primer percance de los numerosos que padecería a lo largo de su trayectoria siendo su bautismo de sangre en San Sebastián el año de su alternativa). Del defecto se generó una virtud. Y no hubo nadie que interpretara como El Viti el pase de pecho, barriendo el lomo, de pitón a rabo. Y su sedoso e inigualable afarolado.
El día que cumplió 22 años se presentó en Las Ventas como novillero. Aquella tarde supuso un impacto y dio comienzo a un idilio que el tiempo no ha logrado disipar. Su Majestad (como se le conocía por sus iniciales S.M.) sumó cuatro orejas y dos Puertas Grandes haciendo el paseíllo en dos ocasiones como novillero en 1960. Las Ventas le hizo suyo. Tomó la alternativa en su ruedo de manos de Gregorio Sánchez y de Diego Puerta con toros de Alipio Pérez Tabernero. La sobriedad castellana encajaba con el fielato de pureza que imponía Madrid a sus ídolos. En cifras totales logró 36 orejas y cruzó en 14 ocasiones la Puerta Grande. 
Le costó entrar en Sevilla. La Maestranza siempre guarda un recelo a los toreros de Despeñaperros parriba. Pero el fino paladar de la afición se entregó al Viti en 1966 en la faena al toro de Samuel Flores. Un autor escribió: "Fue como levantar un monumento al temple en el corazón de La Maestranza", otro creó la bella frase: "Una encina en La Maestranza". Volvió a crujir Sevilla a lo largo de su carrera (24 actuaciones y 12 trofeos obtenidos) inmortalizando toros de Lisardo Sánchez, Martín Berrocal, Manolo González.
En Pamplona también encontró una legión de partidarios. Vicente Zabala Portolés firmaba en el año 1976 (año de la reaparición del salmantino) las siguientes líneas en ABC tras una faena inolvidable a un toro de Álvaro Domecq: "El toro iba engolosinado en la muleta del diestro, feliz, si es que los toros pueden ser felices, de haber caído en sus manos. [...]El Viti toreó esta tarde dominando. Los muletazos 'conmovían porque el torero vibraba, sentía, transmitía lo que estaba ejecutando. El arte 'de torear no es fuerza ni astucia, ni tan siquiera maña. El Viti llevaba al toro materialmente cosido al trapo, pero con una gallardía y un temple que la técnica se engrandecía y alcanzaba las alturas de la belleza. Gran faena la de El Viti, que a ratos se parecía a aquellas inolvidables de dos o tres ferias sevillanas que tanto cartel le han dado entre la afición hispalense. El publico la jaleó de principio a fin." Las peñas corearon aquello de "El Viti, El Viti, El Viti es cojonudo, como El Viti no hay ninguno".
Si se ha recordado su fácil verónica, su arrebatada media, sus personales pases de pecho y afarolados y la autenticidad aplomada de sus derechazos y naturales cabe destacar en la tauromaquia del maestro su contundencia estoqueadora. Supo marcar de forma magistral los tres tiempos a la hora de ejecutar la suerte aunque al volapié encontró la maña de dar un pequeño salto para librar le pitón. En la suerte de recibir, nadie pudo estoquear tantos toros ni tan despacio ni tan de verdad. " Otros lo han hecho mejor que yo, como Camino y Rafael Ortega. Sí me salía bien la suerte de recibir. Fui eficaz más que gran estoqueador" -confesaba con su característica humildad a Zabala de la Serna en 2011-.
El final de la carta que firma en el libro 'Sonajero' habla del temple. Ese misterioso don que hace eterno al que ha nacido con él como al maestro Santiago Martín 'El Viti': "El toreo es calma, el toreo es temple. El temple se tiene aquí..., en el corazón. Templar es acallar y emocionar [...] Si no has sentido un escalofrío en la piel, es que allí no se ha templado. Y el toro se da cuenta. Para mí el temple es un placer que yo siento al ver que el toro también está sintiendo placer. Siente placer al notar que está siendo bien toreado y entonces colabora. Pero no se puede llegar a esa comunicación si no se ama...".

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