domingo, 10 de junio de 2018

CRÓNICA DE GONZALO I. VIENVENIDA : UN RABO EXCESIVO


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Toros en Madrid, 9 de junio de 2018. CULTORO | FOTO: SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
El rejoneador se convierte en el primero en obtener los máximos trofeos en Las Ventas. Cinco orejas completan una tarde apoteósica. Conquista su decimosexta Puerta Grande, compartida con Cartagena. El último matador de toros en cortar un rabo fue Palomo Linares en 1972. También apoderado por los Lozano. El presidente fue cesado.
Diego Ventura cortó este domingo un rabo en Las Ventas. Sí, un rabo. Cinco orejas y un rabo. La verdad es que el público que llenó la plaza lo pidió con fuerza. Gonzalo de Villa, el presidente que otorgó aquella insólita vuelta al ruedo al toro de Saltillo, lo concedió cuando las mulillas acababan de arrancar su paso con el toro Biemplantado de Los Espartales. Ahora se desencadenará la lógica polémica. La obra de Diego Ventura había sido importante, pero no más que la faena a su anterior toro bien premiada con las dos orejas. El último rabo que se cortó en Las Ventas fue el de Palomo Linares al toro Cigarrón de Atanasio Fernández en 1972. Rejoneador y matador apoderados por los Lozano cuando lograron la cumbre de sus trayectorias. La diferencia es que son disciplinas distintas. El toreo y el rejoneo no comparten ni el mismo toro, ni la misma exigencia. Modalidades diferentes que se celebran en el mismo recinto. Por eso, el último rabo que se cortó en Las Ventas siempre será el de Palomo (hasta que llegue otro matador que lo logre). Y Diego Ventura pasará a la historia por haber sido el primer rejoneador en obtener los máximos trofeos. Del mismo modo que no se pueden comparar las Puertas Grandes conseguidas en un espectáculo con las del otro. Dieciséis suma ya Ventura, que volvió a fulminar su propio récord.
La faena del rabo tuvo una intensidad parecida a la premiada con las dos orejas. No más. Los máximos trofeos llegaron tras la locura del par a dos manos sin cabezada a lomos de Dólar. También hubo momentos de mucho compromiso como los firmados en las otras faenas. Los instantes de mayor belleza de la tarde fueron con Nazarí y su espectacular galope a dos pistas. Lío también entró en el podio de honor con algunos quiebros imposibles al sexto. Todavía se adornó Ventura con la muleta antes de rematarlo. Una labor en conjunto importantísima pero premiada en exceso para la primera plaza del mundo. 
Andy Cartagena logró dos trofeos. El primero en el toro que inauguró la corrida por su disposición. Y el otro, de mayor entidad, por su exposición. Destacó en los cites y en las levantadas con Luminoso así como con Pintas. Ambos jinetes enfilaron la puerta de la gloria, camino de la calle de Alcalá, en una tarde plena de emoción.

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