viernes, 13 de abril de 2018

CRÓNICA DE JORGE ARTURO DÍAZ REYES SEVILLA 2ª DE FERIA


Bolívar volvió 
(Jorge Arturo Díaz Reyes)



El caleño regresa tras seis años, y en cartel trinacional, frente al bravo cuarto, recuerda que Colombia todavía pertenece al mapa taurino. El mexicano Adame no supera las complejidades de su lote, y el sevillano Serna pinta naturales y saluda. Tarde lúgubre. Poca gente.
Luis Bolívar en Sevilla
Parejos de romana los de La Palmosilla. 532 kilos promedio. Tres cinqueños, tres cuatreños. Todos bien armados, aunque unos más que otros. Veleto el sexto. La falta de fuerza nubló cualquier virtud que tuviesen el defensivo primero y el desrazado tercero. Pegajoso sin fin el segundo. Bravo el cuarto. Encastado el quinto y bronco y manso el ofensivo sexto. Una gama, para todas las modalidades de la lidia, pero no para empeñarse con todos por igual en bordar el toreo belmontino. Cosas de la época. El toro, por fortuna tiene aún infinitas versiones que mantienen la imprevisibilidad de la corrida y el altísimo significado del arte de torear.  

No sé qué pensaba Luis Bolivar, cuando le salió a “Destilado”, el cuarto, negro, cornidelantero y puntiagudo. Acababa de quemar una de las pocas cartas que le han dado para su retorno a España; el inútil primero. Llevaba rostro sombrío. Lanceó de oficio y luego de las peleadas varas, no quiso replicar el quite por caleserinas de Adame como tampoco lo había hecho en el de gaoneras a su primero. No aceptó el reto. No brindó. Y yo desde acá, desde mi sillón, deseché ilusiones. Pero se fue a los medios de una y citó largo y el cuatreño con juvenil alegría se arrancó pronto y codicioso, una, dos, tres y más veces por derecha, fijo, yendo más allá y regresando. El jaleo y la música dieron el visto bueno. La pausa debida, la distancia justa, la planta firme le hicieron honor a la casta. La izquierda generosa carga el contenido de la faena. Fluida, por los causes de la buena tradición, sin florituras ni aspavientos. Volapié honorable, acero todo hasta la bola, fulminante, pero excéntrico. La petición unánime fue aceptada cuando las mulillas estaban en camino. Con esa oreja en la mano, una oreja de Sevilla, la tercera aquí de su carrera. Bolívar comenzó la vuelta y sonrió por primera vez. Había vuelto.    


Joselito Adame, el mexicano que más orejas ha cortado en la Maestranza, tuvo momentos en sus dos lidias en que pareció que iba camino de subir su record. Pero en ambas el entusiasmo despertado se diluyó en un mar de pases inanes. Maxi Pérez, el buen comentarista de TV, tan preciso, le contó ochenta y ocho al quinto sin haber citado a matar. Desatinado con el estoque rozó el tercer aviso en uno y pincho al otro. Todo en medio de un silencio piadoso.

Rafael Serna, estaba en su patio. Tuvo buena y mala suerte con el tercero. Dócil y bondadoso, pero sin fuerza ni emoción, y así ¿cómo? Corrió la mano con lentitud y trazo desmayando la figura en algunos naturales, quizá los más bonitos de la tarde, pero aislados, y los versos sueltos no componen poemas. Sin embargo, al paisanaje le tocaron el alma. Fue desarmado y la estocada desprendida, delantera no alcanzó sino para un saludo. El quinto fue un problema sin solución. 

Miguel Martín, Fernando Sánchez y Antonio Ronquillo ejecutaron buenos pares, al segundo los dos primeros y al sexto el último. La inclemencia del clima explica la deserción de aficionados, mas no la justifica. De pronto los precios de la boletería sí, porque ayer, que no llovió, la entrada también fue rala. 

FICHA DE LA CORRIDA
Sevilla. Jueves 12 de abril de 2018. Plaza de la Maestranza. 2ª de feria. Frío, lluvia y viento. Un tercio de aforo. Seis toros de La Palmosilla, bien presentados, justos de fuerza y de juego distinto. 
Luis Bolívar, silencio y oreja. 
Joselito Adame, silencio tras dos avisos y silencio.
Rafael Serna, saludo y silencio

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