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Su admirador y amigo, César Dao, le dedico un libro con el que le califica a Jorge Gutiérrez como "un torero de época" |
Destacó
como figura del toreo en época de Manolo, Eloy, Mariano y Curro y fue líder en
la generación de Arruza, Armillita Chico y David Silveti
ADIEL ARMANDO BOLIO
El
próximo domingo 11 de febrero de este 2018 habrán de cumplirse en la Monumental
Plaza México 40 años de la alternativa que tomó el inigualable diestro
hidalguense Jorge Gutiérrez, por lo que ojalá y la corrida que se dará en tal
fecha como parte final de la Temporada Grande Internacional 2017-2018 sea en
honor de este significativo espada que se distinguió por ser un auténtico
representante de la torería mexicana y que supo salvar un sinfín de obstáculos
para llegar hasta el sitio de primerísima figura del toreo.
Jorge
Gutiérrez, un torero que “sacó la cabeza” en una época muy complicada pues le
“peleó” las palmas y fuerte a matadores de la talla de Manolo Martínez, Eloy
Cavazos, Antonio Lomelín, Curro Rivera, Mariano Ramos, Manolo Arruza, Fermín
Espinosa “Armillita”, David Silveti y Miguel Espinosa
“Armillita Chico”, entre otros.
Su
trayectoria
Jorge
Alberto Gutiérrez Argüelles nació el 27 de febrero de 1957 en Tula, Hidalgo.
Se
presentó como novillero en el coso “La Florecita” de Ciudad Satélite
(Naucalpan), Estado de México, el 15 de febrero de 1976, yendo en el cartel con
José Luis Cervantes, Antonio Carmona y Manolo Olivares, con ganado de San
Felipe Torresmochas.
Debutó en
Caracas, Venezuela, el siguiente 22 de agosto de 1976, con el novillo “Bien
Amado” de Dosgutiérrez. Sus alternantes fueron el extremeño Antonio Sánchez
Cáceres y el local Iván Garrido “Gilesillo”.
Como
novillero debutó en la Monumental Plaza México el 26 de junio de 1977
alternando con Francisco Acosta “Paquiro” y Alfredo Gómez “El Brillante”,
siendo el astado del debut “Huapango” de Santoyo.
Tomó la
alternativa el 11 de febrero de 1978 en la Monumental Plaza México de manos de
Manolo Martínez y ante la presencia de Curro Rivera, con el toro “Perla Negra”
de Garfias.
El 5 de
octubre de 1980 se presentó como matador de toros en Caracas, Venezuela, con el
toro “Cascay” de la dehesa mexicana de Soltepec y alternando con el cartaginés
José Ortega Cano y el anfitrión Nerio Ramírez “El Tovareño”.
En
Colombia debutó el 29 de diciembre de 1981, en Cali, al lado del andaluz Juan
Antonio Ruiz “Espartaco” y el local Pepe Ruiz para lidiar toros mexicanos de
Tequisquiapan.
Confirmó
en el coso Monumental de Las Ventas de Madrid, España, el 22 de mayo de 1982,
llevando como padrino al sevillano Manolo Vázquez y de testigo al madrileño
Antonio Chenel “Antoñete”, con el astado “Berlinés” de Celestino Cuadri.
Su debut
en Francia, fue en Arles, el 18 de julio de 1982, yendo con el gaditano
Francisco Ruiz Miguel y el galo Richard Milian, siendo el ganado de Jiménez
Prieto.
A Ecuador
fue a presentarse por única ocasión en Quito, el 29 de noviembre de 1986, con
toros de Puchalitola, alternando con el albaceteño Dámaso González y el
cartagenero José Ortega Cano.
Toreó su
corrida número mil en la Monumental Plaza México el 30 de noviembre de 1997,
dándole la alternativa a su sobrino Alfredo Gutiérrez y ante la presencia del
valenciano Enrique Ponce, con ganado de De Santiago.
En su
paso por la Monumental Plaza México, donde consolidó su carrera y se convirtió
en un torero consentido de la afición, después de Manolo Martínez ha sido el
que más veces se ha presentado en dicho coso, realizando el paseíllo en más de
ochenta ocasiones y habiendo cortado más de cuarenta oreja y dos rabos, mismos
que obtuvo de los toros “Poco a Poco”, el 25 de enero de 1981 de manera
simbólica y, de “Consentido”, de San Martín el 27 de enero de 1991, además de
indultar a los astados “Poco a Poco” de San Martín, a “Giraldillo” de Manuel
Martínez el 17 de marzo de 1996 y a “Fenómeno” de Julio Delgado el 16 de
diciembre de 2001.
Su retiro
de los ruedos fue el 4 de febrero de 2007, en la Monumental Plaza México,
actuando al lado de José Luis Angelino y el alicantino José María Manzanares.
El último toro de su trayectoria se llamó “Inolvidable” de la dehesa de
Carranco.
Vaya
entonces este recuerdo de una gran carrera taurina forjada a “sangre y fuego”
por un diestro todo ejemplo de profesionalismo y vergüenza torera como lo es el
“Coloso de Tula” Jorge Gutiérrez.
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