Con el director de la Plaza México matador Mario Zulaica,
dialogamos ante micrófonos, partimos de que la
fiesta no es ni mejor ni peor que la de otras épocas, solo es diferente, con el
agravante de las redes sociales en donde cada tecleador, pienso creen que son
más sabios que ‘El Gallo’, dice -que la empresa está en la transición del
aprendizaje y que todavía hay muchas cosas por mejorar-, hasta ahí nada nuevo y
es que lo nuevo es que esto tiene que convertirse en un espectáculo atractivo y
le expreso; que habrá poco que expresar, mientras los protagonistas que lo son los
toros bravos no salgan regularmente y
los toreros, que no los veo en gran escala, arrebaten, eso es lo que se necesita para montar una gran
producción al estilo del Rey León.
Dice el director
Zulaica que no va a tirar la zona de los generales de la Plaza México y acoto que eso no le corresponde a él decidirlo,
ni siquiera a los señores Bailleres
& Sordo, que pa’ este caso sólo son unos alquilantes del inmueble, coincidimos
en que las plazas las llena el público y no los aficionados, por eso
precisamente es que hay que adecuarla a nivel de espectáculo, en donde la verbena
moderna que hoy se le ofrece a la gente en el vestíbulo de la plaza, forma
parte de lo que los empresarios piensan es un atractivo, más lo esencial lo seguirá siendo el toro y el
torero y también el escenario y el público, el que sólo regresará a las instalaciones
cuando éstas se vuelvan a vestir de
luces.
Dice; - Ningún torero sale a la plaza pensando
en que va a petardear- y le respondo que esto es de rotundidad, de ¡Triunfos!
Que hagan volver a la gente, no efímeros, por eso esta temporada se recordara por la faena de Enrique Ponce. La tarde aquella en que el ‘temblor’ fungió de
empresa y cuando un rejoneador indulto a un toro y ante eso queda claro que un
español fue el que toreo excelso, un español fue el que hizo la entrada y un español a
caballo dio el espectáculo con un Copo de
Nieve, ¿Y los mexicanos?
El
tiempo por su propia naturaleza es mutante y con él todo varia y es ahí donde
la frescura entra, hoy se quieren hacer toreros de invernadero, aficionados express
y resultados inmediatos, otros pujan por una fiesta vintage, cuando en lo que
hay que pensar es en la temporada de novilladas en la que la empresa
podrá probar encierros no convencionales tratando de ir recuperando al público, lo cual no lograran
solo con toreros convencionales, hoy hay que ir por el arrebato.
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