La
actualidad de los toros en el país es quizá la más difícil que ha sucedido a lo
largo de la historia de la tauromaquia, organizar festejos se ha convertido en
una penuria en vez de un jolgorio, la indetenible subida del precio del dólar negro pone en
ascuas las corridas.
En una región donde se hace difícil conseguir alimentos, medicinas o echar gasolina hablar en
estos momentos de ferias y corridas pareciera estar fuera de contexto, el
común, (rl pueblo llano, el ciudadano de de “a pie”) está más preocupado en conseguir remedios y medicinas para la
tensión, cauchos para el carro, harina, carne, pollo (que no se encuentran) y
no enfermarse, porque ir a un hospital público es un drama casi tan igual que
asistir a uno privado, porque pocos insumos y medicamentos tienen.
Se acerca
la primera feria de la temporada taurina, la de San Sebastián y en una región
castigada (el Táchira) más que muchas otras con las penurias sociales viendo un
deterioro de calidad de vida se piensa que organizar las corridas o la misma
feria es algo más que difícil en estos tiempos.
Las
dificultades están para enfrentarlas y eso es lo que vemos ante una
hiperinflación tan brutal que rompe el bolsillo de cualquiera, a pesar de todo
ello se espera que se organice la feria.
Eso más
allá de un acto de soberbia se vuelve un compromiso porque no efectuarla en
estos casos significaría el cierre de la misma y con ello de la plaza de toros,
de lo que vive la misma (la plaza) es del alquiler para espectáculos, no tiene
dinero ha sido víctima de un robo absoluto se llevaron desde las computadoras
hasta “el pinolín” y tienen el deber de organizar las corridas.
Se han
anunciado varios nombres para hacer el paseíllo en la arena de Pueblo Nuevo,
hasta la fecha de estas líneas todavía no se anuncian carteles suponemos que es
por lo de la subida del dólar, es simple; cuando arreglaron con los
coletas estaba a un precio y hoy está en uno impagable, es fácil la operación
para caer en la cuenta de ello multiplique diez por cien mil y así
hablamos “en plata blanca”.
Está
entonces el deber de luchar para no bajar la Santa María de una plaza que es
icono en lo taurino, podría ser como un efecto dominó en una actividad que está
sufriendo en la actualidad “una cornada de caballo” y tiene referencias muy
claras, Caracas; Valencia y Maracay se cerraron y no se ve que se puedan volver abrir.
Lógicamente
dar las corridas en San Cristóbal no sería el remedio para la dura situación
que vivimos, no descenderían las colas de hasta siete horas que se han tenido
que hacer que echar gasolina, tampoco bajarían los precios de la comida ni nos
llevaría a conseguir medicinas, lo que pasa es que todos esperamos que esto no
dure mucho tiempo, que aparezca la posibilidad de solucionarlos. Los expertos
dicen que una hiperinflación obliga a tomar medidas económicas para salvar
un país (aunque no se ven), esa es la esperanza que tenemos que
podamos salir de este marasmo tan terrible en que nos han metido, es decir que
existe una esperanza, pero si se cierra Pueblo Nuevo no habrá
esperanzas de salvar las corridas por eso es que ante tantas cosas cabe la
pregunta, hacerlo, ¿será un acto de heroísmo…?

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