lunes, 27 de noviembre de 2017

LEONARDO PÁEZ, La Jornada Crónica de la Segunda corrida con encierro de la ganadería Jaral de Peñas


 Entrega y mando de Arturo Zaldívar estructuraron gran faena con Bienvenido


Promisorio futuro de Leo Valadez
Pablo Hermoso, predecible
HONOR A UN TORO BRAVO

HONRAR HONRA ... El torero reconoce al ganadero, Arturo Zaldívar a Juan Pedro Barroso



Crónica de  Leonardo Páez 
La Jornada /México
FOTOS  S. Hidalgo de Al toro México. com 


¿Diferencia entre la anterior empresa de la Plaza México y la nueva? Acertó el lector: ninguna. No hay óptica taurina diferente sino criterio empresarial coincidente, antojadizo, autorregulado y sin empatía con la afición. Entonces, vuelta a repetir carteles con comodinos toreros-marca en ociosos manos a mano ante toritos de la ilusión, o desalmados carteles de ocho toros con caballito incluido, lo que se tradujo en una corrida de tres horas y media de duración.
El cartel para el segundo festejo de la temporada fue posible pero no tuvo caso: el prestigiado rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza (51 años, 28 de alternativa y 63 corridas este año), el madrileño Cayetano Rivera (40 años de edad, 11 de matador y 45 corridas en 2017), y los mexicanos Arturo Zaldívar (28, siete y 23 tardes) y Leo Valadez, que confirmó (20 años de edad, mes y medio de matador y seis corridas), ante dos predecibles toritos de Bernaldo de Quirós para el de a caballo, y seis toros con el trapío que da la edad de la ganadería de Jaral de Peñas, varios de los cuales tomaron dos y hasta tres puyazos. Entre todos convocaron a menos de la mitad del aforo del coso.
Lo verdaderamente importante corrió a cargo de los mexicanos. Arturo Zaldívar se encontró con Bienvenido, de 490 kilogramos, muy bien armado como sus hermanos, y que trajo a mal traer a las cuadrillas, acostumbradas al novillón.
Arturo, que ya había mostrado su talante al hacerle un bello quite por chicuelinas y tafalleras al primero de Cayetano, enloqueció a la concurrencia al enloquecer él en la cara del exigente, emotivo, fuerte y claro toro.
Pases por la espalda, arrucinas, cambios de mano, un pase por alto al desgaire cuando el astado se arrancó de improviso, derechazos muy largos, naturales con quietud y mando, dosantinas y ceñidas bernadinas, no ante un torito de la ilusión sino frente a un toro con bravura, fuerza y estilo que exigía un torero capaz de someterlo. Dejó una estocada algo trasera y recibió una oreja de primer mundo, mientras Bienvenido recibía los honores del arrastre lento.
Leo Valadez confirmó con Arrogante (477 kilos), otro toro musculoso y sin exceso de peso que llegó a la muleta con una descompuesta embestida que demandaba cabeza y valor, no posturitas.
Y Leo, a base de colocación y aguante, lo fue metiendo en la muleta hasta sujetarlo, quitarle la aspereza y convertirlo en bueno, haciendo ver fácil lo difícil. Si no lo pincha le corta la oreja. ¿Sabrá hacer algo el monopolio con tantos toreros buenos más otros relegados?
A Cayetano Rivera no le lucieron las 45 corridas toreadas en España y dejó ir a su primero luego de un trasteo eléctrico y sin mando.
En un futuro no lejano los buenos analistas –si quedan– del fenómeno taurino evaluarán las consecuencias positivas y negativas que tuvo para la tauromaquia la irrupción de una figura mundial del rejoneo como Pablo Hermoso de Mendoza.
Pero haber emparejado el toreo de a pie con el toreo a caballo, plegarse a todas las exigencias y otorgado todas las ventajas al jinete navarro, que en 17 años de estar viniendo prefirió consagrar caballos toreros y rodearse de alternantes comparsa, en vez de apuntalar a figuras en cierne, deja un saldo perjudicial para la evolución del toreo, aunque con pingües utilidades para las dependientes empresas. 
Leo Valadez confirmó con Arrogante (477 kilos), otro toro musculoso y sin exceso de peso que llegó a la muleta con una descompuesta embestida que demandaba cabeza y valor, no posturitas.
Y Leo, a base de colocación y aguante, lo fue metiendo en la muleta hasta sujetarlo, quitarle la aspereza y convertirlo en bueno, haciendo ver fácil lo difícil. Si no lo pincha le corta la oreja. ¿Sabrá hacer algo el monopolio con tantos toreros buenos más otros relegados?
A Cayetano Rivera no le lucieron las 45 corridas toreadas en España y dejó ir a su primero luego de un trasteo eléctrico y sin mando.
En un futuro no lejano los buenos analistas –si quedan– del fenómeno taurino evaluarán las consecuencias positivas y negativas que tuvo para la tauromaquia la irrupción de una figura mundial del rejoneo como Pablo Hermoso de Mendoza.
Pero haber emparejado el toreo de a pie con el toreo a caballo, plegarse a todas las exigencias y otorgado todas las ventajas al jinete navarro, que en 17 años de estar viniendo prefirió consagrar caballos toreros y rodearse de alternantes comparsa, en vez de apuntalar a figuras en cierne, deja un saldo perjudicial para la evolución del toreo, aunque con pingües utilidades para las dependientes empresas.






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