EL TORO EN MÉXICO
Si la justicia es
justa, pongo en lo candente de las brasas mi mano en juramento que hace años y
años ningún novillero había merecido la borla de Matador de Toros como la que
con el alma enjundiosa se labró Paulo
Campero éste sábado 22 de julio en Tamaulipas, el significado de la palabra
legua hoy día habría que buscarlo entre la sabiduría de la Real Academia de la
Lengua Española, o en los volúmenes del
Cossío y es que legua en síntesis viene siendo la aventura y el sacrificio de
tatuarse en la planta de los pies y en el corazón la geografía taurina con una
sola misión, encontrar un pitón de casta o de media casta frente al cual calmar
el embravecido mandato del hombre que nace pa’ ser alguien en el firmamento de
la toreada.
Lo que hay que
decir de Paulo Campero, sin duda él lo
dirá en demasía con el porvenir del
tiempo, lo que no le será fácil porque este barón no tiene en su acerbo la palabra
fácil, éste mexicano habita
donde haya una brecha, no de oportunidad tan solo de ilusión y es que Campero
es el espíritu de lo indomable, sostenido por unas suelas de hule, unos tubos
de mezclilla, la pureza de la blancura cubriéndole el pecho, lo colorado del
paliacate en el cogote siempre sediento y la cachucha torera que es aliada que resguarda los puntillazos candentes que
avienta el astro por las lenguas
asfálticas y las arideces de los desiertos, amén de los embates de los vientos
y los fríos que en caudal de
inclemencias ahí están y que son
resguardados por los pliegues del capote y la muleta.
El viacrucis a la alternativa deberá de servir como un ejemplo y un aliento
para esos toreros no emanados del confort, ni del poder de la cartera, Campero
es ese personaje que está reviviendo el romanticismo no como un clavel en el
ojal sino como una necesidad de levantar el puño, dar la cara y partirse la
crisma porque sin eso se es huérfano en este mundo donde maman los influyentes
y se pudren los millonarios de espíritu por extraño que esto parezca, y es que
así es, porque así es la fiesta que le
toco a este gambusino de los laberintos, en los que ha toreado sin duda alguna
más que el grueso de los que visten de luces nada más que lo ha hecho mayoritariamente
en el Valle del silencio que también es el de la leña.
Existe una
fotografía del año de 1999 en donde se ve al ahora matador con solo 10
primaveras junto con otro chavalillo en la Plaza México con carretilla y avíos y a cuyo pie de foto se lee ‘ No es quienes
son… es la inevitable fuerza de la vocación’
de entonces acá ha corrido mucha agua por debajo del puente, aguas
negras con olores a penurias, promesas incumplidas, puñaladas traperas,
desencantos pero jamás el desaliento, este joven se ha zumbado al diablo al de los puñales acá enfrente el que avienta
lumbre por los ojos y en los genitales trae el costal de la muerte, la alternativa de Campero se debe y por eso
lo estamos pregonando como un grito de que en México todavía existen toreros
forjados en el fragor del yunque de los sacrificios.
Y también de la
entrega de día y de noche en donde este torero se metió a los sesos todos los
secretos de la tauromaquia y más aún por su ética, honradez y forma de ser, le
maneja la furgoneta al maestro José Tomas en las tardes trascendentales, le
sirve los avíos al más modesto de sus compañeros, ha aplanado plazas,
transportado toros, haciendo quites a los galimatías en auxilio de sus iguales,
ha revivido al espontaneo de antaño y se ha ido por su propio pie con las
carnes abiertas y escribiendo su propia historia con la sangre a borbotones.
Es lidiador
de tres tercios que colorea con sabor tricolor, sin engaños, sin trucos, sin poses y eso es
mucho que decir, como también para los anales de la historia quedara registrado
que en Tamaulipas el sábado 22 de julio
ante toros de Dos Ríos se repitió aquella historia cuando Don Lorenzo Garza
regreso a los ruedos pa’ alternativar al más grande el matador Manolo Martínez, hoy otro Manuel
Martínez primogénito del ‘Mandón’ regresó con voluntad y decidido apoyo, pa’
alternativar a un torero que ahora en su carnet de gremio deberá de decir Paulo
Emilio Campero Manríquez, Matador de Toros ¡Y que matador! El que se metió a la
baraja taurina abriendo con un póker de orejas y un rabo, lo que significa
almíbar pa’ las empresas y atracción pa’ los aficionados, que a gritos claman
por caras nuevas y hoy, ha surgido una, que tiene todo pa’ ser
tomada no nada más en cuenta sino muy en serio.
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