miércoles, 22 de febrero de 2017

SADEL, HOY DE CUMPLEAÑOS, EN EL RECUERDO DE LA VENEZUELA QUE NOS USURPAN



Alfredo Sadel,
transportado en el recuerdo


Caraqueño, de la parroquia Santa Rosalía, Alfredo Sadel nació en El Silencio el 20 de febrero de 1930. La historia de su vida es la del venezolano triunfador, el que se impuso por su talento, virtud que condujo de la mano de la entrega y del sacrificio, Sadel como  El Diamante Negro, Aldemaro Romero y César Girón ocupó en su día la cima del éxito y de la popularidad, regalándole a Venezuela la admiración y el respeto que hoy, en esta hora de mengua,  hemos perdido … Pero la nación es eterna, eternidad que le corresponde en el legado de sus más grandes hijos, y dos de sus hijos han escrito, entre grandes autores, sobre Alfredo Sadel: el poeta Rosas Marcano y el gran aficionado Eduardo Soto.
Sin mayor preámbulo, los dejo con ustedes, amables lectores.





EL ARRULLO:
"Sadel su vida clausura,
Nos deja al pasar su hoja
 en la mente congoja
 y en el pecho la amargura.

Hoy con la carne marchita
es un ramo de albahaca
en el aire de Caracas
 que tanto lo necesita.

Cómo pensar que se ha ido
 si el país  -aliento y mapa-
lo transporta en la solapa
como un clavel encendido.

Con Sadel, sin que me exceda
pasa, sin dejar vacío,
que él es como el río que se va....
 y siempre se queda

Jesús Rosas Marcano



Eduardo Soto, tovarense y taurino hueso colorado, ha escrito mucho y muy bien de toros. Su semblanza taurina del recordado Alfredo Sadel no tiene desperdicio y en este día cuando recordamos al tenor, al amigo, a gran aficionado a la más hermosa de las fiestas pensamos que debe hacer el paseíllo con el anecdotario infinito que hoy desempolvaremos para recordar a  Sadel.
Relata Soto:

El Tenor Favorito de Venezuela, inició su despegue artístico, en la última mitad de los 40, con la interpretación del pasodoble Diamante Negro, dedicado al torero ocumareño ídolo de la afición del país. Sus estudios de solfeo, piano y armonía, comenzaron en la Escuela Superior de Música de Caracas y continuaron durante toda su vida, en México, Nueva York, Buenos Aires, Barcelona, Salzburgo y Milán.

Fue actor de cine, empezó su carrera en el canto lírico en 1961 y su repertorio incluía, entre otras obras, a Rigoletto, El Barbero de Sevilla, Carmen, Tosca, La Boheme, La Traviatta y El Holandés Errante. Sus giras artísticas lo llevaron por casi todo el mundo. 

Como anécdota personal debo comentar que cuando trabajaba en la otrora URSS, en un viaje a Kazajstán, al visitar el Teatro de la Ópera en su capital Alma-Ata, me comentaron que allí había actuado nuestro gran tenor.

Alfredo Sadel, a quien llamaban el cantante taurino por excelencia, no solo interpretaba pasodobles, sino que compuso algunos temas como La Feria de La Chinita, Maestranza de Maracay, Bernardo Valencia y Girón de mi pueblo, todos con letra y música de su autoría. Hoy existe la Fundación Alfredo Sadel, que trata de recopilar y digitalizar las 2.000 interpretaciones que grabó en 200 discos de 78rpm y 130 LP, editados en diversos países, los cuales, sin duda, forman parte importante del acervo cultural venezolano.


Eduardo Soto

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