EL VITO
Ante la sequía taurina que
vivimos El Fígaro Orlando Rojas convocó a Los Amigos del Toro a una reunión. Convocatoria
que entre sus propósitos estuvo el estrenar sede, sita en el Centro Libertador,
esquinas Negrín y Libertador. Ahí está El Viejo Carruaje, restaurante que
regenta don Manuel Laporta. Quien para la ocasión ordenó un rico arroz paella
elaborado por la simpática Dolores.
La reunión que ha sido la
primera luego de una larga sequía, tuvo la intención de analizar los motivos y
las causas de la actual situación taurina en Venezuela. En principio reunir,
por medio de Los Amigos del Toro, a
miembros y aficionados en la búsqueda de caminos para rescatar la fiesta, ya
sea como espectáculo pero sobre todo defender su presencia y existencia
cultural en la sociedad venezolana.
El ágape reunió a los
aficionados Rafael Carabaño de
Maracay, Enrique D´alta de Caracas, Miguel Guía en su condición de Presidente del Círculo Taurino Amigos de la
Dinastía Bienvenida y representante de la Peña Taurina Aficionados de Caracas.
Se acordó celebrar otras
reuniones, próximamente, ya con razones y propuestas en la agenda, para ser
expuestas y discutidas por destacados miembros de Los Amigos del Toro que en esta oportunidad no pudieron asistir.
Son diversos y amplios los tópicos a escrutar como lo son también las preguntas
a ser respondidas. Todo con la única misión de reencontrarnos con un piso digno
y solvente de lo que ha sido, de lo que es y podría ser la fiesta de los toros
en Venezuela.
La grata reunión se cubrió
con un manto de dolor y de tristeza ,al enterarnos de la muerte de un gran
aficionado: Jesús Nieves.
Jesús fue miembro de la peña
de Los Amigos del Toro desde sus
inicios, aficionado práctico de gran actividad y difusor de la más hermosa de
la fiestas con vocación y entendimiento como pocos han tenido. Mejor amigo y
competente economista, su partida es una pérdida irreparable para la causa de
la tauromaquia nacional … Sin embargo, su mayor contribución para la fiesta de
los toros, a nivel de rango universal fue su participación en el rescate de Antonio Chenel “Antoñete”. Comentaba el
Maestro que:
- No hay duda que ese día
todo cambió para mi, pues de no haberme tropezado con Jesús Nieves quien sabe dónde estaría.
Antoñete sería un punto de referencia
anecdótico para algunos aficionados.
-Todos habían olvidado al
“toro blanco”, nada era igual.
Con sus dejos de frágil
apariencia, el torero madrileño rompe el cintillo que ahorca el celofán de la cajetilla de cigarrillos. Con el ritual que podría tener un sacerdote
en la Eucaristía, Antonio Chenel le quita el papel de plata a la cajetilla de
Winston que guarda el aroma del tabaco
en los rubios pitillos americanos.
-Muchas cosas me han pasado
en la vida, pero esa, la de haberme encontrado con Jesús Nieves, ha sido de las
más importantes.
Jesús Nieves fue un destacado
aficionado práctico caraqueño, al que el Colegio de Economistas de Venezuela
encargó la organización de un festival taurino en el Nuevo Circo de Caracas a
mediados de la temporada de 1977. Nieves, en representación del Colegio de
Economistas contrató un grupo de toreros que estaban a la mano en Caracas: Manolo Escudero, de visita en casa de Federico Núñez y los emblemas criollos
del toreo: Luis Sánchez Olivares “El Diamante Negro” y Alí Gómez “El León de Camoruco”.
Se puso en Fermín Rivera y en el mexicano Pepe Luis Vázquez, con sólo discar el
teléfono les contactó, pero se empeñó en que
“‘Antoñete” debía estar en el cartel, pero desconocía su paradero.
Nieves viajó a Madrid, y por medio de Manolo
Cano se puso en contacto con el
desaparecido torero del mechón, a quien contrató para torear el festival de los
economistas.
¿Porqué se empeñó Nieves en
contratar a Antonio Chenel “Antoñete” para un festival taurino en Caracas? La
respuesta es una razón sencilla que la entiende al vuelo cualquier aficionado.
La culpa fue de César Girón, muerto
en un accidente de carretera seis años antes.
Girón, que entrenaba a diario con Nieves en el Nuevo Circo, no se
cansaba de repetir que, para él, el mejor torero que había visto era
“Antoñete”. Y Nieves se preguntaba cuan bueno debía de ser aquel torero que
César Girón no paraba de elogiar.
- No hay duda que ese día
todo cambió para mi, pues de no haberme tropezado con Jesús Nieves quien sabe
dónde estaría. Antoñete era un punto de
referencia anecdótico para algunos aficionados. Más tarde, ya retirado vino
Chenel a Venezuela, y en los jardines del Hotel Tamanaco nos refirió en una
entrevista para 6Toros6 aquella experiencia.
Los festivales de Caracas fueron en junio del 77 y a los seis meses
reapareció como matador de toros en Margarita
- La reaparición en Margarita
fue el 18 de diciembre de 1977, y en decidirme a dar ese paso tuvo mucho que
ver mi gran amigo Curro Girón. Él me
entusiasmó, yo estaba deprimido y creí que todo había acabado. Cuando amanecí
el 19 de diciembre del 77, sabía que podía volver a ser figura del toreo.
Vinieron varias corridas en
Venezuela. Una en Guanare con unos impresionantes toro de Rocha con Curro Girón y Juan Diego y la
reaparición en Caracas junto a Manzanares
y Pepe Cámara. Con una gran corrida del tlaxcalteca Manuel de Haro que le llevó al célebre festival en Lorca donde Emilio Mera lo puso en contacto con Sayalero y Bandrés, quienes en Benalmádena, al año siguiente, le propusieron
una exclusiva de 15 corridas de toros a un
cerro de millones.
Había funcionado el detonante
que provocaría la explosión “Antoñete” en la Fiesta: Caracas, Madrid, toda
España, México, Colombia y el Perú. Todo reconocerían la grandeza de Chenel,
quien en Venezuela había reclamado su presencia en la Fiesta.
Hoy esa Venezuela se pierde
entre la hojarasca de la corrupción política, que ha contagiado la fiesta de
los toros con el negocio del lavado de dólares colocando en el escenario de la
fiesta corruptos empresarios, ganaderos y toreros amparados por autoridades
complacientes amparadoras de bandidos.
Una lección, unos recuerdos, una dolorosa partida de un entrañable amigo, irreparable pérdida la de Jesus Nieves que fue figura de aquella época que fue grande en los toros de Venezuela
maestro victor jose, yo estuve en ese festival fue el 5to novillo que bordo antoñete en los bajos de sol. mi admiracion y respeto siempre a mi tocayo de nacimiento.
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ResponderEliminarFelicitaciones a Don Víctor y al señor Orlando Rojas, por lograr reunir tan selecto grupo de taurinos, siempre en beneficio de la fiesta brava. Don Víctor, muy didáctica su crónica. Espero nos reunamos pronto para compartir, el tema que nos apasiona, los toros.
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