lunes, 30 de enero de 2017

JOSÉ ANTONIO CAMPUZANO, Maestro figura como espada y como creador de figuras del toreo



EL VITO

José Antonio Campuzano es natural de Écija, aunque presume de su gentilicio de Gerena donde él y sus hermanos crecieron y se hicieron toreros. Cuando llegó a la alternativa de  manos de Luis Miguel Dominguín en la Maestranza de Sevilla, lo hizo con el crédito que le dieron ocho tardes en la plaza de El Baratillo con 4 salidas a hombros, una de ellas por la Puerta del Príncipe, y presentaciones de categoría en las que se hizo de la atención de la afición  madrileña en la Monumental de Las Ventas. Luis Miguel y Paquirri fue el tándem del doctorado el 29 de abril de 1973. Presagiaban para José Antonio un futuro cercano e inequívoco, de figura del toreo.
Lo que confirmaría la temporada de 1984, once años de la alternativa, convirtiéndose en el líder del escalafón, siendo considerado la figura de la temporada hasta que en  Calahorra una cornada se le atraviesa en el camino de éxitos y le impide cerrar el año con el reto que significaba encerrarse en solitario con seis de Victorino Martín.
Reapareció en Logroño, y se hizo de la Feria de San Mateo; pero en Madrid le esperaba un Victorino, no seis, y uno solo bastó para volver a partirle el muslo y dejarlo fuera de circulación.
Vendrían éxitos muy importantes, en Las Ventas, Nimes, Barcelona … ; pero no fue igual que la fantasía imaginada desde aquel día cuando Dominguín aceptó el reto en banderillas del Paquirri niño. Superándole Dominguín a quien más tarde en la vida sería un portento de valor y de oficio taurino.
Es más fácil en los toros anunciar un fracaso que pronosticar un triunfo, o señalar por anticipado el éxito en la carrera de un torero. Este es el caso de José Antonio, carrera con luz de pavesa que iba en decadencia cuando se presentó en Venezuela de manos de Pepe Luis Segura. Dejaba atrás el apoderamiento de Vicente Vega “Gitanillo de Triana”, su suegro, que no acertó con el torero aunque sí con el hijo surgido del matrimonio.
Recuerdo aquella presentación de Campuzano en San Fernando de Apure. Era Rafael Carabaño empresa y los toros de La Cruz de Hierro, si no falla la frágil memoria.  Vino con una caja de torrejas de Gerena para repartir entre aficionados, apoyándose en la gracia de Pepe Luis, torero de la Línea de la Concepción con el que echábamos la partida de frontón en el Centro Vasco de El Paraíso en Caracas, mientras mantuviéramos el secreto que José Antonio era torero. Pecado mortal en un club vascuence, que a la entrada de su sede tiene como guardián de sus recuerdos un Mojón 40, la piedra que aquellos aciagos días de la Guerra señalaba la distancia que había hasta Bilbao.
José Antonio y Pepe Luis torearon mucho en Venezuela, pero no volvieron a recuperar el cartel que tuvo de novillero y que le llevó a tan lujosa alternativa en la Maestranza.
Hoy este torero cumple 41 años de edad, y alcanza con toda propiedad y autoridad el rango de “Maestro”. Maestro de una Escuela Taurina importante, que entre sus más distinguidos egresados cuenta con el francés Sebastián Castella y el limeño Andrés Roca Rey . Hoy dos de las figuras más importante, polémicas e interesantes de la Fiesta.
Éste recuerdo de aquellos sus primeros días a manera de admiración y respeto a un gran torero que tuve la fortuna de admirar. Un soberbio torero convertido en un gran taurino y digno representante del gremio  universal.
Donde estés, un saludo apreciado y admirado amigo de aquellos años que cuajaron nuestra memoria de arena.

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