LA FERIA DE SAN CRISTÓBAL
DEPENDE
DE UNA PROMESA INCUMPLIDA
La Monumental de Pueblo Nuevo en su fundación |
EL VITO
Con la calentura de la fiebre
de un principiante, paladeando el poder casi absoluto que le da la investidura
de gobernador, el capitán Vielma Mora con la mejor de las intenciones al
momento que le trancaba una partida de dominó a sus rivales, muy emocionado, se
atrevió ofrecer “¡Yo les ayudo!”.
Y le metió el hombro a la
Empresa Grisolía, la empresa que organizó las pasadas temporadas de las ferias
de San Sebastián que este año conmemora medio siglo de vida. Es decir,
conmemora sus primeros 50 años, aunque vemos difícil los celebre.
Sucede que, Vielma Mora, como consta en una aviso de prensa
publicado en medios sancristobalenses, ayudó
con una muy importante suma de dólares en los gastos para la importación
de ganado de lidia español y la contratación de importantes figuras del toreo.
Se habla de un aporte de 600mil dólares, suma que es la misma como deuda tranca
el juego de la organización de la temporada taurina de este año en la capital
del Táchira.
LA PLAZA DE PUEBLO NUEVO PROMOTORA DEL TOREO EN VENEZUELA |
El Táchira en la historia de
Venezuela ha sido el pivote sobre el que se proyectaron las grandes
transformaciones de la República. Los tachirenses en sus gestas ha nutrido de
argumentos los distintos episodios de la vida nacional. Son sus hijos los
protagonistas de los más diversos proyectos, que llenan de venezolanismos nuestra
historia.
En conversaciones con el
doctor Ramón Jota Velásquez, aquellos días cuando en su casa, la quinta Regina de Altamira, el
historiador se revestía de paciencia franciscana cuando conocimos en su voz la
verdad de la formación de una Venezuela celosa de su independencia. Nación forjadora
de libertad y muy consiente de su soberanía.
Don Ramón echó mano a su paciencia
de andino para crear en nuestra imaginación los teatros donde se desarrollaron
ideológicamente militares, curas y políticos, los que por decenios socavaron
los conceptos del liberalismo que sembraron como flores orgullosas en terrenos
del centralismo caraqueño en una Venezuela orgullosa de su autenticidad.
Entre lo mucho que le
escuchamos, y que siempre llenó de interés la tertulia, estuvieron los detalles
de la Fiesta de los Toros en la serranía
andina.
Nos habló Ramón Jota de las
ferias más antiguas de Venezuela, que son la de Lobatera (1774), San Cristóbal (1835) Táriba (1842) y la
emeritense de Tovar que data de 1866.
En la actualidad las más
famosas, que integran la columna vertebral de lo que se conocía como “temporada
invernal”, es decir el período cuando a Venezuela se organizaban grandes
temporadas internacionales, en la que grandes figuras del toreo interrumpían su
campaña española a causa del frío invierno europeo. La más famosa de todas es La feria de San
Sebastián de San Cristóbal, la que se celebra en enero y consta su programación
taurina en un abono de siete u ocho espectáculos, incluyéndose novilladas, la
Corrida de la Beneficencia y el tradicional festival de la Escuela Taurina de
San Cristóbal, además de cinco o seis corridas de toros con destacadas figuras
de la fiesta.
Aunque los festejos taurinos
en San Cristóbal se realizan a partir de 1835, la partida de nacimiento de la
Feria de San Sebastián, a la que nos referimos, es de 1962, cuando por primera
vez se celebraron en “La Ciudad de la Cordialidad” corridas con picadores y
matadores de alternativa en el marco de la 127ª Ferias y Fiestas de San
Cristóbal fue en 1965, los días 23 y 24 de enero arrancó lo que hasta hoy es la
feria más importante y la que marcó el rumbo de la ferias en Venezuela: La
Feria Internacional de “San Sebastián”.
Una temporada de toros esta
de San Cristóbal que, lamentablemente, está a punto de desaparecer. Todo,
porque el gobernador del Táchira, Capitán Vielma Mora contagiado con la fiebre
de los taurinos primerizos, ofreció villas y castillos para echar adelante la
Feria de San Sebastián hace tres años. Vielma Mora sólo quería con Pan y Circo
apagar el fuego de la ira de la sociedad del Táchira que había encendido la
ciudad de San Cristóbal con Guarimbas, paros del transporte, rebelión de los
estudiantes, en fin protestas similares a aquellas que quemaban Venezuela por
los cuatro costados.
El capitán gobernador hizo militante
su afición taurina: iba a la plaza a
aprender el uso de capa y de la muleta, como consta en fotografías, integró
tertulias diversas de aficionados y desde el poder ofreció y prometió ayudas a
las empresas, como es el caso que nos ocupa, para comprar ganado español y contratar a los
mejores toreros ibéricos y rescatar para el pueblo del Táchira la más famosa de
las ferias nacionales.
Famosa e importante, ya que
gracias a San Cristóbal, gracias a sus hijos los aficionados tachirenses
Venezuela creció en el toreo siguiendo el ejemplo que San Cristóbal dio. Nacieron
por doquier las plazas de toros monumentales y las ferias más importante de
América. Crecieron las oportunidades laborales para el pueblo. Se fundaron
ganaderías dándole trabajo al deprimido campesino de nuestra sierra.
Hoy la Feria de San Cristóbal
depende de los pagos que respaldaría el cambio de los 600 mil dólares que un
conocido ex gorbernador de Caracas le prestó a la empresa tachirense, dólares que esperan ser cambiados por flácidos
bolívares.
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