jueves, 1 de septiembre de 2016

LA OFERTA QUEBRANTADA POR VIELMA TIENE EN MORA A LOS ORGANIZADORES

LA FERIA DE SAN CRISTÓBAL
DEPENDE
DE UNA PROMESA INCUMPLIDA

La Monumental de Pueblo Nuevo en su fundación


EL VITO

Con la calentura de la fiebre de un principiante, paladeando el poder casi absoluto que le da la investidura de gobernador, el capitán Vielma Mora con la mejor de las intenciones al momento que le trancaba una partida de dominó a sus rivales, muy emocionado, se atrevió  ofrecer “¡Yo les ayudo!”.

Y le metió el hombro a la Empresa Grisolía, la empresa que organizó las pasadas temporadas de las ferias de San Sebastián que este año conmemora medio siglo de vida. Es decir, conmemora sus primeros 50 años, aunque vemos difícil los celebre.

Sucede que, Vielma  Mora, como consta en una aviso de prensa publicado en medios sancristobalenses, ayudó  con una muy importante suma de dólares en los gastos para la importación de ganado de lidia español y la contratación de importantes figuras del toreo. Se habla de un aporte de 600mil dólares, suma que es la misma como deuda tranca el juego de la organización de la temporada taurina de este año en la capital del Táchira.

LA PLAZA DE PUEBLO NUEVO PROMOTORA DEL TOREO EN VENEZUELA

El Táchira en la historia de Venezuela ha sido el pivote sobre el que se proyectaron las grandes transformaciones de la República. Los tachirenses en sus gestas ha nutrido de argumentos los distintos episodios de la vida nacional. Son sus hijos los protagonistas de los más diversos proyectos, que llenan de venezolanismos nuestra historia.

En conversaciones con el doctor Ramón Jota Velásquez, aquellos días cuando en  su casa, la quinta Regina de Altamira, el historiador se revestía de paciencia franciscana cuando conocimos en su voz la verdad de la formación de una Venezuela celosa de su independencia. Nación forjadora de libertad y muy consiente de su soberanía.

Don Ramón echó mano a su paciencia de andino para crear en nuestra imaginación los teatros donde se desarrollaron ideológicamente militares, curas y políticos, los que por decenios socavaron los conceptos del liberalismo que sembraron como flores orgullosas en terrenos del centralismo caraqueño en una Venezuela orgullosa de su autenticidad.

Entre lo mucho que le escuchamos, y que siempre llenó de interés la tertulia, estuvieron los detalles de la Fiesta de los Toros en  la serranía andina.

Nos habló Ramón Jota de las ferias más antiguas de Venezuela, que son la de Lobatera (1774),  San Cristóbal (1835) Táriba (1842) y la emeritense de Tovar que data de 1866.

En la actualidad las más famosas, que integran la columna vertebral de lo que se conocía como “temporada invernal”, es decir el período cuando a Venezuela se organizaban grandes temporadas internacionales, en la que grandes figuras del toreo interrumpían su campaña española a causa del frío invierno europeo.  La más famosa de todas es La feria de San Sebastián de San Cristóbal, la que se celebra en enero y consta su programación taurina en un abono de siete u ocho espectáculos, incluyéndose novilladas, la Corrida de la Beneficencia y el tradicional festival de la Escuela Taurina de San Cristóbal, además de cinco o seis corridas de toros con destacadas figuras de la fiesta.

Aunque los festejos taurinos en San Cristóbal se realizan a partir de 1835, la partida de nacimiento de la Feria de San Sebastián, a la que nos referimos, es de 1962, cuando por primera vez se celebraron en “La Ciudad de la Cordialidad” corridas con picadores y matadores de alternativa en el marco de la 127ª Ferias y Fiestas de San Cristóbal fue en 1965, los días 23 y 24 de enero arrancó lo que hasta hoy es la feria más importante y la que marcó el rumbo de la ferias en Venezuela: La Feria Internacional de “San Sebastián”.

Una temporada de toros esta de San Cristóbal que, lamentablemente, está a punto de desaparecer. Todo, porque el gobernador del Táchira, Capitán Vielma Mora contagiado con la fiebre de los taurinos primerizos, ofreció villas y castillos para echar adelante la Feria de San Sebastián hace tres años. Vielma Mora sólo quería con Pan y Circo apagar el fuego de la ira de la sociedad del Táchira que había encendido la ciudad de San Cristóbal con Guarimbas, paros del transporte, rebelión de los estudiantes, en fin protestas similares a aquellas que quemaban Venezuela por los cuatro costados.  

El capitán gobernador hizo militante su afición taurina:  iba a la plaza a aprender el uso de capa y de la muleta, como consta en fotografías, integró tertulias diversas de aficionados y desde el poder ofreció y prometió ayudas a las empresas, como es el caso que nos ocupa,  para comprar ganado español y contratar a los mejores toreros ibéricos y rescatar para el pueblo del Táchira la más famosa de las ferias nacionales.

Famosa e importante, ya que gracias a San Cristóbal, gracias a sus hijos los aficionados tachirenses Venezuela creció en el toreo siguiendo el ejemplo que San Cristóbal dio. Nacieron por doquier las plazas de toros monumentales y las ferias más importante de América. Crecieron las oportunidades laborales para el pueblo. Se fundaron ganaderías dándole trabajo al deprimido campesino de nuestra sierra.  

Hoy la Feria de San Cristóbal depende de los pagos que respaldaría el cambio de los 600 mil dólares que un conocido ex gorbernador de Caracas le prestó a la empresa tachirense,  dólares que esperan ser cambiados por flácidos bolívares.  
  


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