CARLOS ANDRÉS TOMÓ EN SERIO
LA SIEMBRA DEL TORO DE LIDIA
Curro Girón, siempre triunfador en la gran San Cristóbal |
EL VITO
El país era
una fiesta, celebrando la elección de Carlos Andrés Pérez como Presidente de la
República en 1974. Conmemoración con características y expresiones de fiesta
patria. La euforia alcanzó cotas de emoción nunca antes vividas en la etapa
democrática.
Las noticias
que llegaban con los voceros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de
Petróleo) auguraban tiempos de bonanza. Fueron mensajes que provocaron
fantasiosos paisajes de riqueza y de bienestar.
Carlos
Andrés fue muy influyente en la importación del ganado de lidia de España y de
Portugal. Hubo continuidad con el proyecto llevado a cabo durante el gobierno
del doctor Rafael Caldera que dio facilidades para ocupar la Estación
Cuarentenaria de Los Taques, en el estado Falcón, y le ordenó al doctor Miguel
Rodríguez Viso, Ministro de Agricultura y Cría, que las instalaciones
estuvieran a disposición de los ganaderos de lidia y los médicos veterinarios
ministeriales. Igualmente dio facilidades con la línea aérea internacional
venezolana Viasa, para traer a tierras falconianas vacas y sementales.
Sería
mezquino quitarle los méritos al presidente Pérez, que siempre manifestó su
afecto, apoyo e interés por la fiesta de los toros considerando su expresión como
una respuesta de agradecimiento al pueblo andino, y a las tradiciones
venezolanas que él como político entendía y como venezolano comprendió.
Los ganaderos le rindieron muchos homenajes y
fiestas en las ganaderías de "Tarapío", "Los Aranguez" y
"Tierra Blanca" reconociéndole al hombre de Rubio una acción poco
común, en los administradores de la política nacional en la historia de los
presidentes venezolanos: la continuidad de los proyectos.. Se llegó a decir que
la ganadería de "Tierra Blanca", cuando el ganado pastaba en los
potreros de Villa de Cura que esta ganadería era propiedad del primer
mandatario, en sociedad con Paco González Regalado, hermano de Sebastián González.
En realidad Sebastián era el propietario
de “Tierra Blanca”, lo fue en sociedad con el histórico empresario donostiarra Manolo
Chopera y más tarde cuando se trasladó el ganado a Mirimire, Falcón, con Oscar
Aguerrevere Vegas, aficionado y personaje muy apreciado en la sociedad
venezolana.
Aquella madrugada
del 28 de enero de 1974, concluida la Feria de San Cristóbal, un grupo de
periodistas, apoderados de toreros, empresarios y curiosos a las cinco de la
mañana, casi clandestinamente, nos congregamos en la plaza de Pueblo Nuevo de
para ver a Curro Girón, Paco Camino y Dámaso González tentar unos toros
propiedad de la Asociación de Criadores de Toros de Lidia. Se trataba de toros procedentes
de Portugal y que llegaron a Venezuela en lo que se conoció como "un
pool", propiedad de todos los inversores en la importación de vacas y
toros desde Portugal. Estos ganaderos que se atrevieron cruzar aquel Rubicón de
la importación de ganado europeo, de Portugal y España. Se trataba de dos reses
portuguesas, procedentes de la ganadería de Coímbra. Toros jóvenes, toros
portugueses que no aprobaron el tentadero. Sí recibió la mejor nota un toro
mexicano de San Martín, propiedad de Pepe Chafik que vino con una corrida de
toros a Valencia, cuando la Monumental fue administrada por el tándem Chopera –
González.
Si en 1933
los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez hicieron el primer intento
serio, ambicioso y ordenado por fundar una ganadería de lidia, no fue hasta
1968 que se encaminaron los esfuerzos hacia este propósito. La intención de los
hijos del General Juan Vicente Gómez se vio frustrada por los acontecimientos
políticos ocurridos a raíz de la muerte del general Gómez, que obligaron a los
señores Gómez Núñez a salir del país.
A todas
éstas surgió en el seno del gobierno nacional, avivado por intereses extra
nacionales, una especie de cruzada inquisidora en contra del ganado criollo y
en pro de las distintas razas cebuínas que invadieron todo el territorio
ganadero venezolano. Fue cruel y dura, casi total, el exterminio del ganado
vacuno criollo, que durante siglos había sido orgulloso sostén de un pueblo, en
su alimentación y tradiciones.
No fue sino
a partir de 1968 que se hizo un esfuerzo serio y mancomunado por crear la
cabaña brava venezolana... Gracias a los esfuerzos de un grupo de hombres que
fundó la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, estando a la cabeza de la
agrupación los señores Marcos Esteban Branger, Maribel Llorens de Branger,
Alberto Ramírez Avendaño, Manuel Martínez Flamerique, Sebastián González
Regalado, Luis Morales Ballestrassi, Elías Acosta Hermoso, y Carmelo Polanco y con la colaboración directa y decidida del doctor Miguel
Rodríguez Viso, Ministro de Agricultura de la administración del doctor Rafael
Caldera.
Se hizo la
primera importación de ganado de lidia de España y de Portugal, que sembraría
las bases de lo que es hoy la ganadería de lidia venezolana. Bases que
reforzaron ganaderos muy importantes como Hugo Domingo Molina, Orlando
Echenagucia, Juan Campolargo y Ricardo Ramírez convertidos hoy en sostén de la
fiesta de los toros en Venezuela.
Fue la
última feria de San Cristóbal que organizaron los socios Manolo Chopera y
Sebastián González. Como si lo presintieran, echaron la casa por la ventana.
Contrataron a Paco Camino, Eloy Cavazos, Manolo Martínez, Niño de la Capea,
Dámaso González, Antonio José Galán, Ruiz Miguel, y los venezolanos Curro
Girón, siempre triunfador, su hermano Rafael Girón que se incorporaba a las
filas de los matadores de toros tras renunciar a su investidura de banderillero
y al muy joven Carlos Rodríguez "El Mito", autor de una brillante
faena a un toro mexicano de Soltepec.
Carlos
Andrés asistió a todas las corridas en compañía de su paisano tachirense doctor
Ramón J. Velásquez. El triunfador de la feria fue Eloy Cavazos, como antes de
un mes se erigiría triunfador de la Corrida de la Prensa en su décima edición.
El maestro de Monterrey fue a Valencia junto a Paco Camino y la gran figura
americana en ese momento, Curro Girón, con toros de Valparaíso.
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