Francisco Montes “Paquiro” la añadió al terno torero
Por ADIEL ARMANDO BOLIO
Uno de los implementos más bonitos del singular atuendo del torero es, sin duda, la montera, tocado, sombrero o gorro que los espadas lucen en el paseíllo, durante el primero y segundo tercio, y hasta a veces en el tercero, pero que igualmente dejan en prenda a algún personaje querido o público por la faena que realizarán en la última parte de su labor en el ruedo.
De la misma manera, con carácter simbólico, montera en mano, el espada brinda el quehacer a toda la concurrencia a la plaza de toros y es aquí donde ese implemento tan bello, tan querido y tan torero sufre de maltrato por sus propios poseedores al lanzar o aventar de manera brusca y grosera a la arena dicho tocado, descomponiendo así el trabajo de auténticos artesanos que se dedican por horas a hacer la montera y que la verdad sea dicha no es nada barata por la forma, la medida y todo el material que se utiliza para crearla.
Bien pues esta, la montera, en este 2016 está cumpliendo, con todas sus variaciones, 181 años desde que el célebre diestro gaditano Francisco Montes “Paquiro” realizara diversas modificaciones al traje de luces, añadiéndola a la indumentaria del torero, es decir, en el año 1835, durante el siglo XIX, sustituyendo así al bicornio de alguaciles y de otros oficiales autorizados a ejecutar muertes, además de la redecilla que se utilizaba en el cabello.
Existen muchos materiales con los que se confecciona una montera, entre ellos la morilla y el hilo, pero habitualmente era hecha de astracán con una cubierta interior de tafetán, de ahí precisamente la diferencia que pueda haber en el costo de su manufactura.
¿Quién era Francisco Montes “Paquiro?
Al respecto de la montera, recordemos quien ha sido en la historia del toreo el famoso diestro Francisco Montes “Paquiro” gracias a los libros. Fue un torero chiclanero, de Chiclana de la Frontera (Cádiz), España, nacido el 13 de enero de 1805. Innovador en su momento, además de que algunos entendidos lo consideran un puntal sobre el que se ha apoyado el toreo en su evolución a lo largo de las décadas. Llegó a escribir un libro en 1836 sobre la tauromaquia y estableció algunos aspectos estéticos que se mantienen desde entonces.
Se dice de “Paquiro” que toreando en Bilbao en una ocasión echó el resto para aprovechar lo poco que tenía aprovechable un toro que le tocó en suerte. Al finalizar la faena los subalternos le animaron diciendo que se había pasado de honrado, que allí nadie sabía de toros y que bastante había hecho. “Paquiro” contestó que entre tanta gente seguro que en la plaza de Bilbao aquella tarde había algún entendido, a lo que los otros no tuvieron más remedio que contestar: “Sí, alguno habrá”. Y entonces el maestro apuntilló, “para ese he toreado yo”, dijo convencido.
Capaz de lo mejor y de lo peor, volvió a los ruedos para conseguir dinero tras pasar un tiempo retirado, como ha ocurrido con otras muchas figuras del toreo, aunque ya no estaba en las condiciones óptimas. Y así, en 1850, un toro de nombre “Rumbón” le corneó en una pierna y acabó con su carrera y meses después con su vida a causa de los problemas derivados de aquella herida.
“Paquiro” en realidad se llamaba Francisco y uno de sus apellidos era Montes. Y en honor a él y a su apellido Montes, se llama así la montera que se ponen los toreros en la cabeza. “Paquiro” entonces quería dotar de belleza y elegancia a los toreros y por ello abogó por el uso de un gorro especial para torear, abandonando así la redecilla en el cabello que se usaba hasta entonces.
Las primeras monteras no eran como las actuales, eran más grandes y altas y con borlas en los laterales y listones para sujetarla, pero fueron su origen. También fue “Paquiro” el que introdujo el traje de luces con lentejuelas y alamares para buscar esa vistosidad, prestancia y elegancia que él pretendía en la indumentaria de un torero de verdad.
La montera en la poesía
Finalmente, el gran poeta guanajuatense y añorado don Abraham Domínguez Vargas (q.e.p.d.) así se expresaba del tocado torero en su creación llamada “Mi Montera”:
“Para ti, cristiana blanca, mi montera/ Tu, rosa blanca encendida, te brindo el toro o mi vida ¡paralelas!/ En un volapié la suerte, pitón o espada en la muerte que se aferra en los olés de eufonía o revuelos de alegría sin querencia/ Levantarán ovaciones las puntas de los pitones que se encelan para encontrar procelosos en un sembrado de rosas, mi montera”.
Es así como hemos querido rendir un homenaje más que cariñoso y lleno de respeto a la montera en sus ya 181 años de haberse creado y gracias a esa innovadoras ideas del célebre Francisco Montes “Paquiro”, esperando que quienes actualmente tienen la fortuna de ser toreros la cuiden y la respeten más, sabiendo que en ella, inmersa en un brindis, va empeñada su labor en el ruedo. ¡Va por ustedes señores!
Regresó de España el diestro sevillano y triunfando
Lama de Góngora corta dos orejas en Ulapa
Por ADIEL ARMANDO BOLIO
Tras una corta estancia en su país, el espada sevillano Francisco Lama de Góngora regresó a México para realizar una más que atractiva e interesante campaña en ruedos nacionales, misma que contendrá una veintena de festejos ya debidamente escriturados, siendo el primero de ellos el de este sábado 4 de junio, fecha de su reaparición mexicana, en el coso hidalguense de Ulapa de Melchor Ocampo (perteneciente al municipio de Tetepango), en festejo mixto, donde logró cortar dos orejas y por ello salir en hombros junto con la matadora Paola Sanromán.
Para esta etapa de su carrera taurina en ruedos de la República Mexicana, Lama de Góngora contará ya con nuevo apoderamiento aquí luego de haber oficializado la conclusión de su anterior administración, la que le manejaba el diestro andaluz Luis de Pauloba pero con quien conserva una buena amistad.
Sobre sus renovados planes, Lama de Góngora apuntó que está más que ilusionado y aunque sabe que es volver a empezar, está cierto igualmente que la que vive será motivante de verdad, incluyendo la certidumbre de tener nuevos apoderados en México, como lo son Alfonso Tapia y Paco Olvera, reconocidos taurinos bien relacionados tanto en la Europa taurina como en nuestro país.
Por ello Lama de Góngora confía en ellos y les está infinitamente agradecido, siendo una muestra de ello que ya les respondió con el apuntado triunfo que tuvo en la mencionada población hidalguense para seguir así demostrando lo que lleva dentro como torero a la afición española y mexicana.
Es importante señalar, de acuerdo a lo informado por el espada hispalense que dentro de esa veintena de corridas está, por supuesto, buscar al final de este año su confirmación de alternativa en la Monumental Plaza México dentro del serial mayor 2016-2017, lo que le significaría un cierre de una gran temporada y, claro, cumplir un sueño y una meta que se había fijado desde que se hizo torero. ¡Suerte matador!
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