Incongruencias y
desvergüenzas
Con toros con esta presencia, las supuestas figuras del toreo bordaron el toreo en la Feria del Sol, gracias a la Comisión Taurina de Mérida… |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvilafraz
Desde hace varias semanas en los corrillos taurinos
emeritense se conoce de las multas y sanciones que la “vitalicia” Comisión
Taurina del municipio Libertador de Mérida hizo a cuatro toros del encierro de
La Cruz de Hierro y uno de Los Aranguez, todos por incongruencias de edad al
momento del examen post morten realizado y avalado por los veterinarios de
plaza, los MV Nicanor Méndez y Eugenio Salas respectivamente. Además de esto,
en el programa taurino de Eduardo Ravell, el propio Presidente de la mencionada
CTM, Jorge Bustamante, señala de la multa por irrespeto a la autoridad también
al diestro sevillano Esaú Fernández, precisamente la última tarde de la edición
de este año del ciclo ferial merideño.
El detalle del asunto es que dicha sanciones
monetarias, bien o mal son un irrespeto a la ingenuidad de la afición que tarde
tras tarde plenó los escaños de la otrora primera plaza de toros de Mérida, a
razón de no ser solamente estos nombres de ganaderías y torero lo único viciado
en la pasada edición ferial, pues en específico otros toros, de menor peso y
menor trapío, están pasando de “rositas” por bajo peso y nulo trapío el rasero
de lo que debe de imperar y exigen los pocos aficionados taurinos que nos
hacemos presentes en una de las ferias que no hace mucho era ejemplo y orgullo,
y hoy en día es un muestrario de pena y vergüenza. Así de claro señores.
Porque si vamos al caso, toros lidiados en las tardes
del viernes, sábado y sobre todo el lunes de feria, fueron un muestrario de lo
que no debe de ser, y que aún más vergonzoso fue motivo de burla y desprestigio
a nivel mundial, ante las conocidas condiciones de trapío que se obviaron y se
pasaron por el forro de la entrepierna estos señores, “honorables” incluso como
algunos les tildan por los grupos whasapt. Vaya despropósito.
Primero que nada, para no caernos a mentiras, ni mucho
menos en el mentado informe que se le entregaría al famélico alcalde de la
ciudad del municipio Libertador de Mérida, es que nunca esos toros debieron
pasar el reconocimiento veterinario que al recibirlos en los corrales de la
plaza aprobaron los señores de la mentada CTM. Segundo, es un hecho claro que
estos vicios no son de ahora, vienen desde hace varias temporadas, que hacen
que lo visto y presentado en ruedos como la Plaza de Toros Monumental de Mérida
sea una mera parodia del toreo, como muy bien ha sido catalogado lo que unos
cuantos panegiristas y palmeros de oficio niegan o no quieren reconocer.
Esperemos que estos hechos no sean más que una
“tomadura de pelo” extemporánea de quienes se han encargado con el pasar de los
últimos años en desvirtuar un espectáculo al que se le rendía respeto y honor.
Hoy en día, solo es una caricatura, de la que necesariamente tiene remedio con
una renovación absoluta de quienes se han convertido en canceres metastasicos
con una profunda convicción: acabar con la integridad de lo que una vez fue
FIESTA BRAVA.
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