¡YA CHOLE CON
PEPE TOMY!
Seguir hablando del Pepe
Tomy y dedicarle espacios, lengua y
tinta, nos llevara a parte del aburrimiento, a seguirle el juego, o lo que es lo mismo
hacerle el caldo gordo a un hombre enfundado en mercadólogo, que como aquí se ha repetido, no es más que ningún otro torero,
eso sí, con inteligencia, audacia, engaños, uso de la inocencia, hambre de
exhibicionismo y muchísimo de esnobismo de la gente en la que ha encontrado un
caldo de cultivo para inventarse, él mismo, un mito que de flama de pábilo ahora
es erupción volcánica, a la que su histrionismo, lo ha llevado hasta la descortesía
de no darle las gracias a través de un brindis, a una multitud que le metió en
la talega, una estratosférica cantidad de millones, más agregar que si el día 28 de febrero regresa
por la revancha, la cual ya le ofreció la empresa, lo tendría que hacer en
otras condiciones distintas y de las que no hay que ser sabio para adivinar
cuales serían estas; Una encerrona, pues no tendría caso montarle un mano a
mano artificial porque además ¿con quién?, lo otro que tendría que venir con toros
rebosantes de trapío y solvencia en la
garantía de la bravura hasta donde esto es predecible, y para quienes no lo
vieron decirles que en el ejercicio meramente torerístico tendrá que mejorar
muchísimo en aspectos tan fundamentales como lo son descifrar el tipo de lidia
que hay que darle a cada animal, aplicarse en materia de temple, pues como nunca
lo ha tenido ya se le olvido que esto no es de trompicones a la sarga y si de
la belleza natural del arte, esa que brota una vez que se ha dominado a un espécimen,
para él casi desconocido, que es el toro con trapío, edad y bravura.
SE VA EL BRECO
Se llama Miguel Cepeda y sin
duda es uno de los sobrevivientes a ese clasicismo casi en extinción llamado
‘Toreros de la legua’, los que por escapulario traen tatuado aquello de que ‘La
vida no vale nada’ y por eso se la ha jugado hasta muralearse en carne propia
el mapa de la verdad torera, que es el de las cornadas, las que en este hombre
han de haber comenzado hace unos cincuenta años y que a decir de su propia voz
terminara en todo lo alto en unos meses, mas durante la Feria Texcocana del
Caballo en la que insiste El Breco en informar a usted que una tarde se medirá
en mano a mano con ‘El Pana’ y cuando la concluya hará sonar ‘Las Golondrinas’
para serrucharse la coleta y echar el cerrojo a una vida que sin duda ira a
parar en las letras de algún libro que es donde merece concluir su torería,
esta leyenda irrepetible, que como legado dejara a la fiesta un hijo torero que
desde ahora tiene el valor de saber nítidamente que se llama Rodrigo y se
apellida Cepeda, pero que en el ruedo tendrá la misión de respetar el apellido
y de escribir su propia historia, en tiempo real y por eso se le aplaude no
montarse en la despedida de su padre para alternativarse.
EL GALLO CANTO
RECIO
El más mexicano de los
rejoneadores, que por ende lo hace el
más espectacular, Joaquín Gallo, llegó hasta las tierras del Mayab donde se
asienta el paraíso de Valladolid, con ese su espectáculo de monta a la alta
escuela de palmas y oles, que siempre
son el marco que acompaña a éste temerario prototipo del charro tricolor que anda rebosante de bravura y con esa, a
tope se montó en silla charra y luego a
pelo rematando con la vestimenta de gala que arrancó envidias y suspiros al son
de la emoción que produjo el ser testigo de cómo le dio el pecho de sus
caballos a dos impresionantes bureles de Campo Hermoso y Valparaíso, el que con
imponente trapío cubierto de pelos castaños se brindó al corte de una peluda,
la que en breve será refrendada en el sureste, por este Joaquín Gallo, al que
no hay que perderle la huella, porque está dejando huella.
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