Primera corrida de la Feria de San Sebastián
El diestro
francés Jalabert y el tachirense Castañeda se han trabajado una Puerta Grande
baratas, ante la deriva de un palco presidencial el cual ha demostrado un grado
superlativo de ignorancia taurina.
@rubenvillafraz
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| Juan Bautista Jalabert pulcro, de exquisitas maneras. (Foto Archivo EFE) |
SAN CRISTÓBAL
(Enviado Especial).- Por Pueblo Nuevo se pasearon tres toreros y se lidiaron seis toros.
Y pregúnteme usted amable lector, si hemos visto algo de destacar la tarde de
ayer en el marco de la primera corrida de la Feria de San Sebastián.
Un palco presidencial con la excesiva
generosidad de quien desconoce la trascendencia de un ruedo como el de Pueblo
Nuevo, fue lo que fuimos testigos, lo que hace mucho más daño que los ataques
animalistas de los antitaurinos.
Confirmamos que los peores enemigos de la
fiesta brava no son aquellos que salen enarbolando las banderas del
antitaurinismo. Viendo el proceder del Dr. José Neira Celis para que comentar
demás. Veamos.
Juan Bautista Jalabert abrió plaza, ante
las nobles y endebles condiciones del ejemplar, el cual supo dosificar fuerzas,
en especial por la mano diestra, pulseándole en series cortas, templándole para
así alargar el “carbón” de sus embestidas. El certero espadazo, ligeramente
desprendido, dio pie a la concesión de la primera oreja en su haber.
Ante el cuarto de la jornada, nuevamente
hemos observado un Jalabert pulcro, de exquisitas maneras, que en su largo bagaje
supo entender las condiciones del noblote animal de Campolargo, sacándole
partido en los terrenos que marcó tendencia, como fueron los bajos de sol.
Variado repertorio muletero, que tuvo, nuevamente en la mano diestra algunos de
los momentos de mayor trascendencia, sin llegar a lo excelso. Se fue tras la
espada, nuevamente dejando un espadazo, una pizca desprendida, contundente,
tumbando sin puntilla a la res. El singular Usía en su afán protagónico
asomaría el primer pañuelo blanco sin aun haberse sido finiquitado el toro, lo
que generó que la pañolada incrementara, viéndose obligado asomar el segundo,
cuando la faena no lo merecía. Vaya este personajillo de marras, quien antes,
durante y después de esta feria se ha hecho protagonista con su errático proceder.
Escribano se presentaba en el ruedo de
Pueblo Nuevo, y lo ha hecho ante un astado de limitadas condiciones, remolonas
embestidas, ayuno de emoción, la que el propio torero tuvo que colocar desde el
tercio de rehiletes que se prodigó, variado en su ejecución, en especial el
cerrado par en tablas con la que remató intervención. Con la muleta, voluntad y
decisión del espada sevillano, quien no permitió mayores florituras tras su
rajada condiciones y escaso recorrido. Al segundo viaje con el acero, finiquitó
labor.
Nuevamente las banderillas fueron el fuerte
de Escribano ante el quinto, animal de mayor alegría en sus embestidas, aliviando
por alto el animal, ante su escasa fortaleza, además de su vergonzosa cornamenta,
producto del exceso de “serrucho” en los corrales. Faena de enorme voluntad
nuevamente, pero de escaso eco para el tendido, musicalizada bochornosamente
por un palco más proclive a pachanga de pueblo que otra cosa como se espera de una
plaza de toros de primera categoría. El espadazo, ligeramente desprendido, dio
pie a la concesión de un vergonzoso apéndice auricular. Vaya criterio del Sr. Neira
Celis. Que dios nos agarre confesados para lo que nos espera de feria con este
señor.
El tercero del cartel fue el tachirense Fabio
Castañeda, el cual ante el cobijo de sus paisanos, precisamente ante uno de los
toros de menos posibilidades del lote enviado por Don Juan Campolargo. Tras el mínimo
castigo en varas (como para tomar una muestra hematológica), el mencionado
burel se apencaría en tablas, donde Castañeda con maneras pulcras, un poco frías,
intentó sacar partido. Poco más pudo hacer siendo silenciado tras agradecérsele
su brevedad.
Deseos de agradar, viéndose que se iba de vacío
salió ante el que cerró plaza Castañeda, animal el cual adornaría con floritura
en banderillas. Luego, rodillas en los medios, inició faena, ofreciéndole
distancia, temple y terrenos, hasta que el astado, como el resto de sus
hermanos de camada, buscó tablas. Porfía para un Castañeda que hizo todo más de
lo que se podía. La heterodoxa forma de entrar a matar, sin muleta, dejando un
espadazo trasero y desprendido fulminante, para la concesión de las dos orejas,
en tarde donde lo acontecido era una tómbola, en el proceder de quien ejerce
autoridad en la plaza. Una verdadera pena, por la feria y por la seriedad del
espectáculo.
FICHA DEL FESTEJO
Feria de San Sebastián 2016. Miércoles 27 de enero. I corrida de abono.
Con poco menos de un tercio de plaza (aproximadamente
6000 personas), en tarde soleada y calurosa, se han lidiado toros de CAMPOLARGO
(Juan Campolargo), en su conjunto dispares de presencia, descaradamente muy mal
afeitados, que en su conjunto se han rajado en distinto grado.
Pesos: 456, 460, 460, 435, 460 y 445 kilos.
JUAN BAUTISTA (Grosella y oro con cabos blancos):
Oreja y dos orejas
MANUEL ESCRIBANO (Azul marino y oro con cabos blancos)
Palmas tras aviso y oreja.
FABIO CASTAÑEDA (Sangre de toro y oro con cabos
blancos) Silencio y
INCIDENCIAS: Destacaron en la brega
Gerson Guerrero y en banderillas Alí Trejo y Carlos Pizuto. *** Presidió
festejo el Abogado José Neira, quien incólume e intransigente no permitió el
acceso de reporteros gráficos al callejón de la plaza, además de dirigir con
total incongruencia, concediendo música en momentos de faena no acordes. *** El
relato de la corrida lo puedes escuchar a través de www.imaginacion961.com y por Corandes
101.3 FM en el relato de Don Rodrigo
Rivas Viloria, los comentarios del Dr. Ruben Darío Villafraz, el matador en
retiro Jesús Colombo y Lic. Darwin Rosales Devia. *** El cartel de esta tarde,
con toros del hierro de Santa Fe, para los diestros Diego Urdiales, Rafael
Orellana y Daniel Luque.

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