Histórico Ponce30/12/2015 08:40
Sublime obra del maestro de Chiva
Vídeo resumen del festejo I YOUTUBE
ALBERTO LOPERA > Cali
Una cátedra de bien torear ha dictado Enrique Ponce a doce mil aficionados que con emoción vibraron en los tendidos de Cañaveralejo. Una faena de marca mayor, de las que solo los elegidos son capaces de bordar cuando por delante tienen el elemento fundamental: el toro noble, bravo y con calidad en la pelea.
Desde la salida el toro de Ernesto González dejó ver las buenas condiciones aprovechadas en hermosos lances de capa que con fuerza se ovacionaron. Ponce muy dispuesto brindó en el centro antes de dar inicio a la más completa lección de torería. No en vano el Maestro lleva veinticinco años en primerísima figura. La lentitud de los pases por bajo, arrastrando el engaño, ligando uno a uno, en series interminables y cadenciosas convirtieron prontamente la plaza en el sagrado templo del toreo bueno, el de siempre: artístico y valeroso. La difícil facilidad fue aclamada en esos muletazos de figura vertical y movimiento desmayado de una muleta planchada, sin una arruga.
Faena sublime rematada con cuatro Poncinas que vistieron de blanco la plaza sin aún entrar a matar. Lamentablemente un extraño impidió vaciar el acero en su sitio, pero obró efectivamente la estocada.
Mucho mérito tuvo el colombiano Paco Perlaza quien a pesar que solo una vez ha vestido en el año el traje de luces, tuvo una dignísima actuación. Su primer toro blandeó el pitón izquierdo y fue devuelto. Le correspondió el sobrero con el hierro triunfador de Ernesto Gutiérrez, al que toreó muy bien por ambos lados sabiendo aprovechar la humillación de sus embestidas. Intentó matar recibiendo pero la espada quedó contraria y necesitó usar tres veces el descabello. A su segundo le faltó fuerza y además se quedó corto todo el tiempo. La faena fue muy digna y la estocada muy efectiva.
Sebastián Castella reafirmó su sitial de gran torero en ambos oponentes y con hierros de diferentes Ernestos: González y Gutiérrez. Y diferentes comportamientos: su primero con toreabilidad, el segundo falto de raza. Cierto es que el francés tiene por bandera la entrega total y el valor sin límites. Por ello las palmas y las ovaciones que le avalaron su actuación a pesar de irse vacío de trofeos. Acaso habrá mejor trofeo que el cariño y el reconocimiento de la afición?
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