martes, 28 de abril de 2015

VÍCTOR RAMÍREZ ·VITICO" : ¿Qué hacen los toreros venezolanos por defender la fiesta?




Quisiera pensar que los primeros interesados en defender la fiesta, deben ser los toreros, pues ellos  padecen  la delicada situación actual de la tauromaquia en nuestro país, sobre todo los que más torean, aunque algunos, curiosamente que no están en activo, están dando la cara por defender este acto cultural, tan profundo y hermoso. Seguramente más de uno pensará  porqué se apunta a los toreros, y es que son ellos los principales protagonistas de la fiesta, los que se juegan la vida delante del toro, y los dardos envenenados de los antitaurinos van dirigidos a los que visten de luces, por aquello del maltrato animal, tan manoseado por los opositores a la tauromaquia.

Tras el primer congreso de fortalecimiento de la tauromaquia en Tovar y la reunión celebrada en Valencia, se ve con tristeza, como pareciera que los toreros, repito, algunos de los que están en las ferias, no mueven un dedo para defender su “trabajo”. Bastaría solo con dejarse ver, para por lo menos dar a entender que hay la intención (aunque sólo sea eso) de ayudar en una lucha, que llevan a brazo partido algunos matadores y aficionados. Los toreros de plata, tampoco se han hecho sentir con fuerza.

Se pueden justificar aquellos espadas que están fuera del país, aunque nada les costaría enviar unas palabras de aliento a los taurinos venezolanos, cosa que salvo honrosas excepciones, no ocurre. Ser figura del toreo, no es sólo triunfar en el ruedo, un torero importante asume su rol dentro y fuera de la plaza, y tristemente, los matadores más representativos de nuestro escalafón,  están en silencio, esperando a “verlas venir”. Por supuesto, no son todos, muchos luchan con denuedo por el toreo, pero son menos de los que quisiéramos,  para hacer realidad lo que  dice el refrán de  “todos para uno y uno para todos”.

Da pena ajena leer a compañeros como Víctor José López “El Vito” y Giovanni Cegarra, reclaman con tristeza e indignación que nuestras figuras se muestran pasivas, calladas, sin un ápice de voluntad para ayudar a Rafael Escalona, a los aficionados y  algunos profesionales.
Las figuras de otros países dan el ejemplo, como César Rincón en Bogotá, que apoyó de forma incondicional a  los novilleros que hicieron huelga de hambre y los toreros españoles que viajaron expresamente a Colombia a una multitudinaria concentración para dar ánimo a los valientes jóvenes que mostraron lo que es la raza de los toreros, en esa bella plaza que es la Santamaría.

Por supuesto, muchos toreros y rejoneadores venezolanos están en pie de lucha, pero  se echa en falta que esa anhelada unión de los profesionales sea efectiva, para que de verdad se consigan cosas importantes, porque si no, llegarán como dice la Biblia el “lloro y el crujir de dientes”. Si eso llega a pasar, de  nada valdrá el arrepentimiento, por omisión y desidia. Y el llamado de unión para salvar la fiesta es para todos, sólo unidos podremos salvar gallardamente las corridas de toros.






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