Hace años cuando llegaba Carlos Andrés Pérez a la plaza de
Pueblo Nuevo comenzamos a ver la incidencia del tendido en la política, a 5
minutos de comenzar la corrida los brazos del hombre movidos como molinos
recibían el aplauso sonoro de la plaza llena, también le dieron pitas
ensordecedoras e inolvidables, convirtiendo casi como un termómetro de
aceptación o rechazo popular pasearse por la plaza, eso llevó a figuras
políticas a saber que para calibrar su aprobación había que asistir a una tarde de toros.
En la corrida del 28 mientras Francisco Javier Rodríguez se
bajaba del caballo para caminar cojeando (viene saliendo de una lesión muy
fuerte en su pierna) y tratar de
descabellar al toro una pancarta apareció en el tendido de sol, la misma pedía
con una leyenda la renuncia del presidente de la república, al llegar la
policía a quererla quitar la gente la tiro a los de abajo, cuando arribaba la
policía la subían, en ese subir y bajar, el joven rejoneador sentía que el toro
no estaba en el ruedo, si no que estaba en el tendido. En el futbol venezolano
suspenden los partidos si aparece una pancarta, cosa de verdad risible. Lo que
se me vino a la mente fue una vez que al presidente Pérez le sacaron un cartel
que tenía una leyenda que decía “PEÑA TAURINA EL SIERRA NEVADA” por los días
del barco aquel que tanto hizo zozobrar al mandatario, el hombre miró la
corrida y leyó la pancarta toda la tarde entendiendo que el rechazo ya era inevitable.
Lo más curioso es que hace rato los políticos no van a los toros, debe ser por
esas “vainas “que tienen los tendidos.
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