lunes, 11 de agosto de 2014

ENRIQUE CALVO "EL CALI" Desde El Palco, 10 de agosto 2014

                     
40 AÑOS DE SUEÑOS TRUNCADOS



ENRIQUE CALVO “EL CALI”

ENRIQUE CALVO "EL CALI"

Con la resaca de la celebración  por parte de la prensa y los aficionados de mi pueblo  a  mis primeros  cuarenta años de profesional de los Toros, no me queda más que agradecer  a todos el detalle de reconocimiento a  una trayectoria la cual he intentado sea lo mas honesta posible.  En un momento en donde  nuestra ilusión y afición a la mas grande de las manifestaciones  artísticas se ve a cada paso lesionada por personas desconocedoras y  maltratadoras de derechos que nos permite  la Constitución y  la Ley, especialmente, el derecho  al libre desarrollo de la personalidad, a la libertad de conciencia, a la libertad de profesión u oficio, el derecho al trabajo y no terminaría de mencionar derechos  que solo  no admiten aquellos que alardean de demócratas y que son ciegos ante la verdad de la vida o de la muerte  que campea en la arena  mas demócrata del planeta.
 Hace cuarenta años  no pasaba por mi mente ni la del resto de aficionados y profesionales de la Fiesta de los Toros  éste momento  complejo por el que transitamos, ya digo, en gran medida por los anti demócratas y en otra importante  medida, por la forma en como todos, todos  los de nuestra  “cofradía” hemos manejado  los destinos con  nula inversión  o reinversión que atrajese a  nuevos aficionados.  Con todo lo anterior, en nuestra cultura americana  se une  la mala suerte de estar frente a los destinos de la Fiesta, personajes  que es posible que en su vida privada y particular sean  prohombres  a seguir sus pasos, pero los que caminan  en el discurrir  de la Fiesta han sido nefastos. Cuanto hecho de menos aquellos años de chiquillo  en que el manejo de nuestra Fiesta americana estaba en manos de profesionales como Chopera, los Lozano, Camará y los que  abrieron el camino como los Dominguín, los Bienvenida y otros cuantos románticos que recalaron a principios del siglo pasado por la América,  poniendo a mis antepasados a disfrutar y soñar  de los intríngulis de éste Patrimonio Cultural. No podemos  olvidar que fueron los artífices de  que un puñado de toreros colombianos y americanos  desde Joselillo hasta Rincón produjera admiración y rentabilidad  en los públicos de la época. 
A mi padrino Sebastián y mi testigo que se anunciaba  el “Niño de la Capea”,  mis respetos y el recuerdo en el tiempo  y distancia de aquel día maravilloso de Aranjuez  en que me entregaron  los trastos de torear que me daban el derecho a soñar y a luchar por mis convicciones que son los mismos de montones de chicos como los de Bogotá que el “anti demócrata”  de Petro  a truncado, relegando la Plaza mas bella de mi país al ostracismo de la Cultura Taurina.
Dada la situación actual nos  preguntamos muchos profesionales y aficionados si  la solución a un mejor futuro de la Fiesta  no estaría mejor  en manos de verdaderos Profesionales, parecidos  a aquellos Domiguín  y compañía,  que antes que nada eran ROMANTICOS y respetuosos de todo lo que oliera a Toro. Y la otra pregunta que cabe    ¿no es una obligación de los profesionales españoles, padres de la criatura, estar al frente de lo que fecundaron en su día?  No sobra recordarles  que la Fiesta de los Toros es una sola y la paternidad es una responsabilidad ineludible.




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