40 AÑOS DE SUEÑOS TRUNCADOS
ENRIQUE CALVO “EL CALI”
ENRIQUE CALVO "EL CALI" |
Con la resaca de la celebración por parte de la prensa y los aficionados de
mi pueblo a mis primeros
cuarenta años de profesional de los Toros, no me queda más que
agradecer a todos el detalle de
reconocimiento a una trayectoria la cual
he intentado sea lo mas honesta posible.
En un momento en donde nuestra
ilusión y afición a la mas grande de las manifestaciones artísticas se ve a cada paso lesionada por
personas desconocedoras y maltratadoras
de derechos que nos permite la
Constitución y la Ley, especialmente, el
derecho al libre desarrollo de la
personalidad, a la libertad de conciencia, a la libertad de profesión u oficio,
el derecho al trabajo y no terminaría de mencionar derechos que solo no admiten aquellos que alardean de demócratas
y que son ciegos ante la verdad de la vida o de la muerte que campea en la arena mas demócrata del planeta.
Hace cuarenta
años no pasaba por mi mente ni la del
resto de aficionados y profesionales de la Fiesta de los Toros éste momento
complejo por el que transitamos, ya digo, en gran medida por los anti
demócratas y en otra importante medida, por
la forma en como todos, todos los de
nuestra “cofradía” hemos manejado los destinos con nula inversión
o reinversión que atrajese a nuevos aficionados. Con todo lo anterior, en nuestra cultura
americana se une la mala suerte de estar frente a los destinos de
la Fiesta, personajes que es posible que
en su vida privada y particular sean prohombres
a seguir sus pasos, pero los que caminan en el discurrir de la Fiesta han sido nefastos. Cuanto hecho
de menos aquellos años de chiquillo en
que el manejo de nuestra Fiesta americana estaba en manos de profesionales como
Chopera, los Lozano, Camará y los que
abrieron el camino como los Dominguín, los Bienvenida y otros cuantos
románticos que recalaron a principios del siglo pasado por la América, poniendo a mis antepasados a disfrutar y
soñar de los intríngulis de éste
Patrimonio Cultural. No podemos olvidar
que fueron los artífices de que un
puñado de toreros colombianos y americanos desde Joselillo hasta Rincón produjera
admiración y rentabilidad en los
públicos de la época.
A mi padrino Sebastián y mi testigo que se anunciaba el “Niño de la Capea”, mis respetos y el recuerdo en el tiempo y distancia de aquel día maravilloso de
Aranjuez en que me entregaron los trastos de torear que me daban el derecho
a soñar y a luchar por mis convicciones que son los mismos de montones de
chicos como los de Bogotá que el “anti demócrata” de Petro a truncado, relegando la Plaza mas bella de mi
país al ostracismo de la Cultura Taurina.
Dada la situación actual nos
preguntamos muchos profesionales y aficionados si la solución a un mejor futuro de la Fiesta no estaría mejor en manos de verdaderos Profesionales,
parecidos a aquellos Domiguín y compañía, que antes que nada eran ROMANTICOS y
respetuosos de todo lo que oliera a Toro. Y la otra pregunta que cabe ¿no es una obligación de los profesionales
españoles, padres de la criatura, estar al frente de lo que fecundaron en su
día? No sobra recordarles que la Fiesta de los Toros es una sola y la
paternidad es una responsabilidad ineludible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario