DE HARO PROVOCÓ GRITOS
DE
"¡BRAVO GANADERO!"
EN LA PLAZA MÉXICO
Luis HernándezDE
"¡BRAVO GANADERO!"
EN LA PLAZA MÉXICO
TORO ES TORO.COM
México
El toro de la ilusión se lo llevó Karla de los Angeles.
Ahora ya ha despertado a la realidad, pero a partir de darle suelta al segundo de la tarde, la novillera poblana entró en la profundidad del sueño, ese acariciado por principiante alguno, al encontrarse con Referente de la ganadería de De Haro: bravo, noble, claro y con gran poder de trasmisión.
Traía la referencia de casa, desde la lámina como tres más de sus hermanos, hasta el mejor juego.
Bastó rematar con el envés en media Rebolera hacia los adentros para ganarse la admiración de unos dos mil espectadores que acudieron a la tercera del serial novilleril en la plaza México. Así con billete de la suerte en las manos, Karla inició la faena bajo una caracterísca, a muleta puesta.
Sí, nunca recurrió al toque, si enfrente tenía una humillada carretilla que embestía de dulce al paño cuantas veces se la colocaran como espejo. Y aun sobre el viento le llevó largo por bajo, toreando. Ya con la figura erguida se dedicó a conducir el viaje una y otra vez en tandas de tres.
Hubo los de Pecho, Molinete y de Costado en remates para darle aire a la mano baja mientras la Bamba surcaba la arena. "¡Bravo Ganadero!" se escuchaba en los tendidos al mantener la comunicación. La entera delanterilla aguantando fue suficiente para recibir la única oreja del festejo.
El homenaje del público estuvo por encima de la valoración del juez, que de paso, inventó un par más de banderillas por daltonismo.
Y se dio turnó a la brava pelea del toro en varas. La inició Luis Miguel González frente al quinto en el orden. Dos puyazos ante la acometida riñonuda. Brindis de Karla al empresario de Cinco Villas, Luis Marco Sirvent. En pleno vendaval se desató la lidia; muletazos de destronque para aportar más castigo, pero "Ermitaño se fue pa´rriba.
Continuamente el viento la descubría, hasta que rodó su femenil cuerpo sobre el lomo del Harense; por ahí se producía un buen muletazo por serie. Y como el ánimo del público jamás decayó, la obligaron a saludar desde el tercio, tras cinco viajes y un aviso. (Hasta ahora sucedió lo extraordinario, Gilberto Ruíz decretó arrastre lento).
Algo similar, la pelea picador bravura hubo con el cierra plaza. Ricardo Morales jamás aflojó el brazo, mucho menos Chilango que perteneció al debutante. Sergio Garza anduvo a la deriva hasta llevarse un golpe en el hombro derecho, pues sólo a él se le ocurrió abrirse de capa en la querencia, toriles.
Tres viajes de batalla entre el silencio ante el duro. Frente el tercero, intentó de todo y no produjo nada durante su silenciada faena.
La desconfianza hizo presa en Miguel de Pablo ante el lote que marcó fin a su etapa novilleril. El abreplaza se adueñó del campo abierto y ahí, en los medios, dictó las condiciones, incomprendidas. Contraria perpendicular y cuatro descabellos decretaron el aviso, mientras la ovación en el arrastre era para "Cellisco".
Ah que bello es ver a un toro arrancar de largo, lo asomó Etcétera, cuarto en la tarjeta de sorteo, por eso estalló en volcán el quite por Zapopinas a cargo de Miguel, sin embargo esa embestida no la pudo conservar con la muleta y la faena se cayó. Una tanda por Naturales destacó antes de emprender el viaje a su natal España para tomar la alternativa. Silencio por la espada y ovación al arrastre.
Ahora ya ha despertado a la realidad, pero a partir de darle suelta al segundo de la tarde, la novillera poblana entró en la profundidad del sueño, ese acariciado por principiante alguno, al encontrarse con Referente de la ganadería de De Haro: bravo, noble, claro y con gran poder de trasmisión.
Traía la referencia de casa, desde la lámina como tres más de sus hermanos, hasta el mejor juego.
Bastó rematar con el envés en media Rebolera hacia los adentros para ganarse la admiración de unos dos mil espectadores que acudieron a la tercera del serial novilleril en la plaza México. Así con billete de la suerte en las manos, Karla inició la faena bajo una caracterísca, a muleta puesta.
Sí, nunca recurrió al toque, si enfrente tenía una humillada carretilla que embestía de dulce al paño cuantas veces se la colocaran como espejo. Y aun sobre el viento le llevó largo por bajo, toreando. Ya con la figura erguida se dedicó a conducir el viaje una y otra vez en tandas de tres.
Hubo los de Pecho, Molinete y de Costado en remates para darle aire a la mano baja mientras la Bamba surcaba la arena. "¡Bravo Ganadero!" se escuchaba en los tendidos al mantener la comunicación. La entera delanterilla aguantando fue suficiente para recibir la única oreja del festejo.
El homenaje del público estuvo por encima de la valoración del juez, que de paso, inventó un par más de banderillas por daltonismo.
Continuamente el viento la descubría, hasta que rodó su femenil cuerpo sobre el lomo del Harense; por ahí se producía un buen muletazo por serie. Y como el ánimo del público jamás decayó, la obligaron a saludar desde el tercio, tras cinco viajes y un aviso. (Hasta ahora sucedió lo extraordinario, Gilberto Ruíz decretó arrastre lento).
Algo similar, la pelea picador bravura hubo con el cierra plaza. Ricardo Morales jamás aflojó el brazo, mucho menos Chilango que perteneció al debutante. Sergio Garza anduvo a la deriva hasta llevarse un golpe en el hombro derecho, pues sólo a él se le ocurrió abrirse de capa en la querencia, toriles.
Tres viajes de batalla entre el silencio ante el duro. Frente el tercero, intentó de todo y no produjo nada durante su silenciada faena.
La desconfianza hizo presa en Miguel de Pablo ante el lote que marcó fin a su etapa novilleril. El abreplaza se adueñó del campo abierto y ahí, en los medios, dictó las condiciones, incomprendidas. Contraria perpendicular y cuatro descabellos decretaron el aviso, mientras la ovación en el arrastre era para "Cellisco".
Ah que bello es ver a un toro arrancar de largo, lo asomó Etcétera, cuarto en la tarjeta de sorteo, por eso estalló en volcán el quite por Zapopinas a cargo de Miguel, sin embargo esa embestida no la pudo conservar con la muleta y la faena se cayó. Una tanda por Naturales destacó antes de emprender el viaje a su natal España para tomar la alternativa. Silencio por la espada y ovación al arrastre.
Sentido epílogo al descargarse la emoción de los aficionados en los hermanos De Haro, Antonio y Vicente, por el excelente juego de su encierro. Sin tocar, alcanzó el cielo Karla, la de los Angeles.
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