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Antonio Mendoza
dejó escapar
el duende en La México
Relato de Luis Hernández
Toroestoro.com
MÉXICO
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| ANTONIO MENDOZA Y JAIME ÁLVAREZ, REPRESENTATE DE LA GANADERÍA DE XAJAY, A HOMBROS POR LA PUERTA DEL ENCIERRO EN LA MÉXICO |
[Luis Hernández, Ciudad de México]
Una notable transformación sufrió Antonio Mendoza de un toro a otro. De
aquel tenso, impactado por el gran escenario, pasó al encanto misterioso,
dejando escapar al duende que le ha llevado a indultar un novillo de Xajay en
su tarde de presentación.
Y es que era tanto lo que acumulaba su
imaginación que solamente requería del escape que da la sangre brava y noble a
la vez con ese poder de trasmisión para crear la obra que ahora mismo, con esa
torería, lo ha puesto en los cuernos de la luna. Inspiración, quiebre de
cintura y capacidad de desdoblamiento.
Todo un pasional desborde ha delirado entre
unos tres mil espectadores que al unísono parecía coro de entonadas gargantes
que no dejaban de cantar el Olé en la monumental plaza México al ponerse en
marcha la Temporada Novilleril, sobre las bases de Juan Pablo Llaguno,
oreja y salida al tercio, y la estructura del buen toreo a cargo de Diego
Emilio, ovación y saludo desde el tercio, tras dos avisos.
Xajay, bajo la administración de Jaime
Alvarez envió un encierro cómodo de cornamentas, pero que también requiere
atención hacia el menor descuido y lo que ha mostrado Mendoza, formar un ruedo
entre las tablas y su cuerpo para no dejar escapar a ese invisible personaje
entre la arena y el tendido.
Fue el cierraplaza, herrado a fuego con el
número 46, "Bandolero" en 395 kilos de romana que se asomaba a otro
torero, no el que lidió al que hizo tercero en el orden. El nuevo Antonio se
envolvió en la Chicuelina al rematar cinco lánguidas Verónicas; firma y gancho
conjuntados.
Aquel Recorte, tras andantes Chicuelinas
para llevarlo al caballo de Juan Pablo González fue un poema. Y qué decir del
quite por Faroles invertidos de señorial Recorte. Y de pronto que de la
imaginación se escapa El Duende al ir acortando territorio para iniciar la
faena.
Recorrido de los medios hasta el tercio,
insistente y además valiente. Cambiados y de Pecho alternados estrujaron la
plaza y vino el aleanamiento en el prodigioso toreo en redondo; viento y sol
peleaban el panorama, que a partir de ahí tuvo el sello Mendoza.
Tandas sobre enraizadas zapatillas no
requirieron del palmo de terreno, unicamente la expresión corporal a ritmo
impuesto entre la dupla, lo mismo hacia la profundidad que en recta línea.
Cambios de mano, Vitolinas bajo albeantes pañuelos solicitando el perdón.
Jorge Ramos valoró el concierto decretando
el indulto.
Llaguno
toreó a placer a "Coleador", básicamente a pie juntillas y cuando se
agotaba la embestida a medios pases, alternando los lados; vamos hasta siete
Naturales ligados dio la nobleza del segundo en el orden. Entera delanterilla
le dio la oreja.
Durante el quinto de la tarde,
"Mexicano", se sucitaron varias cosas: al tomar dos varas, intervino
Mendoza en quites, asomando arte por Saltilleras; Angel González, de tercero,
cuajó el par del festejo en su geométrico cuarteo. Y en un descuido, Llaguno
salió por los aires, llevándose algunas contusiones al caer al piso.
Parecía haberse conmocionado, sin embargo
se les escapó a las asistencias y por su actitud lo llamarona saludar desde el
tercio al dejar pinchazo hondo y par de descabellos.
También extraño resultó el espontáneo al
salirle al abreplaza entregándose a la toreria antes de intentar alguna suerte.
Diego Emilio estuvo dubitativo; la rechifla no se hizo esperar y fue
gracias a una estocada como escuchó la ovación.
Mucho tuvo que ver Mauro Prado al picar al
cuarto, dejando al descubierto un extraordinario lado derecho, por el que tomó
rumbo la faena. Hubo un pase en redondo de grandeza que no encontró eco con la
espada hasta escuchar dos avisos.
Tal parece que el duende es exclusivo de
los artistas, de esos que atesoran en sus sueños, emocional sensibilidad en busca
del despertar. Buenos días Antonio Mendoza. Haz compartido la salida a hombros
con Jaime Alvarez de Xajay.
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