lunes, 23 de septiembre de 2013

LUIS CUESTA Morante superestar


MORANTE Y EL JULI, DÍGALO USTED...

“El camino más corto para encontrarse uno a sí mismo da la vuelta al mundo” Keyserling.

  Luis Cuesta para De SOL y SOMBRA

Algunos toreros tardan toda una vida en definir su concepto, otros, muy pocos por cierto, simplemente lo traen en la sangre, lo llevan el corazón y en las muñecas como es el caso de Morante de la Puebla.

Morante es un paradigma en el toreo actual, una mezcla de torero clásico con toques contemporáneos, anti y a la vez comercial, con aires de estrella de rock o de cine de los que ya quedan pocos.

Después de la pasada obra monumental de Logroño me da la impresión de que parece haber encontrado en su carrera la satisfacción y la realización que no había encontrado en el pasado.

Morante es un personaje sencillo que camina dentro y fuera de las plazas con una legión de fieles que lo siguen en cada paso que da, ante el asombro de extraños, que quizás no se expliquen como un torero en estos agitados tiempos pueda despertar tanta admiración y respeto, en un ambiente en donde eso pasa cada vez menos.

Torero para el conocedor, torero para el principiante y torero para toreros, Morante es la libertad e intensidad que todo profesional exitoso quisiera alcanzar en su vida.

Tras un periodo oscuro en la década pasada se ha revitalizado en la presente hasta alcanzar el estado de icono de la cultura popular, algo imposible para muchas figuras actuales. Ademas de ser el redentor de aquella generación que pensaba que el toreo había perdido el alma con sus excesivos tecnicismos, poses y se había convertido en una expresión barroca y anti natural (consustancial).

“El gran hogar del alma es el camino abierto” escribió Jack Kerouac y por esa vía parecen transitar muchos genios, como Morante, que acumula en su tauromaquia una variedad de épocas y estilos clásicos.

Sin miedo a las criticas rompe moldes, no se encasilla y de vez en cuando le saca uno que otro susto a los mas puristas.

La carta a Laodicea, que aparece en Apocalipsis 3 dice: “¿No es verdad que comienzas la vida, creyendo en todo, como un dulce niño bajo el techo de tu padre? Luego viene el día de los laodiceanos, cuando conoces que eres vil, miserable, pobre, ciego y desnudo” (vv.15, 17). Así  suele ser a veces el camino de los aficionados conforme se adentran en el mundo taurino, pero afortunadamente existe la magia del toreo verdad que purifica y calma la sed.

Morante esta rompiendo los moldes tradicionales de parte de un pseudomovimiento renovador de algunas figuras actuales y a la vez con su obra logra desterrarnos de la desolación y el dilema ético que asfixian al actual aficionado taurino.

Es un rebelde que se resiste a ser el líder de una fiesta aderezada por la farsa política de sus redentores, que salva su honor sin mancharse y que da señales en su proceder de que podría perder todo lo que tiene defendiendo su concepto.

“La pureza es la esencia del toreo” por eso el matador Emilio Muñoz entendía que una plaza había que ponerla boca abajo con tan sólo 20 ó 25 muletazos, pero muy buenos, muy profundos, muy de verdad.

Y verdad es lo que destila Morante en su capote y muleta, pero no por ser un guerrero, si no por ser un artista que no sabe torear con trampas, engaños o ventajas, porque su toreo no admite desahogos y ademas de que no sabe torear de otra manera.

Hoy en día a partir del primer muletazo los toreros esconden la pierna de salida. Esa forma de torear les permite alargar los muletazos, pero es menos pura. Y la pureza es la esencia del toreo. Es ahi donde radica el misterio del toreo verdad y es precisamente lo que diferencia a pocos de muchos. Dos ejemplos actuales de esa pureza que uno podría pensar opuestos pero que no lo son tanto en el fondo son: José Tomás y Morante.

“Dar pases no es torear”, decía Domingo Ortega y el pasado viernes en Logroño pudimos ver torear de verdad en el quinto toro de la tarde de la ganadería de Vellosino con el que José Antonio ilumino a toda la urbe taurina con su arte y naturalidad.

Al terminar el festejo mientras escribía estas lineas pensaba que es un verdadero lujo poder coexistir en el mismo tiempo que Morante y poder apreciar mediante su toreo las mismas fuentes de las que el se alimenta como son; Belmonte, El Gallo, Pepin Martin Vazquez y De Paula entre algunos otros y con ello se reivindica aquella frase de Camilo José Cela cuando dijo que “El toreo es un arte misterioso, mitad vicio y mitad ballet”.

Larga vida al arte del toreo y a Morante.


Twitter @LuisCuesta_

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