martes, 23 de abril de 2013

NOTAS MEXICANAS Adiel Armando Bolio


Luego de 24 años de ausencia, en Aguascalientes  reaparece la dehesa de Claudio Huerta

TRES GENERACIONES

 La afamada ganadería de Claudio Huerta, fundada en 1972 por don Claudio Huerta de la Torre en el municipio jalisciense de Mezquitic y que desde 1993 se ubica en el rancho La Escondida, dentro de las latitudes de Ojuelos, en el mismo estado de Jalisco, con los colores de la divisa en tabaco, naranja y rojo, bajo la conducción ya de don Claudio Huerta Guerra, habrá de reaparecer en suelo aguascalentense este miércoles en la primera de las dos novilladas de la CLXXXV edición de la Feria Nacional de San Marcos, luego de 24 años de ausencia.
Fue precisamente aquel 29 de abril de 1989 cuando en el serial mayor sanmarqueño “jugara” su más reciente encierro en corrida de toros que lidiaron el siempre bien recordado David Silveti, César Pastor y el madrileño José Miguel Arroyo “Joselito”, en histórico festejo y, ahora, vuelve este miércoles con una novillada bien presentada, en 420 kilos de promedio, para que sea toreada, a partir de las 18:00 horas, por los chavales aquicalidenses Ricardo Frausto, Nicolás Gutiérrez y Diego Emilio, los dos últimos por cierto cerraron su preparación este mismo lunes en la dehesa de San Isidro tentando un astado cada uno.
Este hato que marcará el regreso de la ganadería de Claudio Huerta, embarcado desde el pasado sábado y que ya está en los corrales del coso Monumental, tiene las siguientes características: Se trata del ejemplar marcado con el número 19, de nombre “Coquetón”, de pelaje cárdeno claro, bragado y paliabierto, con 400 kilos; el 18, “Guantero”, negro entrepelado, listón, delantero de cuerna y tocado de un pitón, con 421 y el 20, “Cominito”, negro entrepelado, listón y abierto de astas, con 381, éstos tres son sangre pura de San Mateo. Y los siguientes son garfeños puros, el 825, “Martinista”, negro zaino y delantero de pitones, con 426; el 849, “Como Tú”, negro mulato, listón y bien puesto de cabeza, con 382 y el 807, “Académico”, negro entrepelado, listón y corniapretado, con 423. Los ejemplares que podrían quedar como reservas, a solicitud y sugerencia del ganadero, serían el 842, “Fundador”, negro entrepelado y bien armado, con 393 y el burel herrado con el número 836, llamado “Perlito”, de pinta castaño, ojalado y bien puesto de arboladura.
La ganadería de Claudio Huerta, que de manera reciente lidió con rotundo éxito el pasado 2 de febrero en la plaza de Tecolotlán, Jalisco, cortándosele al encierro cinco orejas y un rabo, además de otros máximos trofeos simbólicos por el indulto del toro “Cumplido”, número 821 y la vuelta al ruedo de otro astado, al que se le “tumbó” el rabo, tarde en la que actuaron Alfredo Ríos “El Conde”, quien cortó una oreja y logró el indulto, el venezolano Otto Rodríguez, quien obtuvo dos apéndices y Antonio García “El Chihuahua”, quien se hizo de dos orejas y rabo, sigue en plan ascendente y con estupendas perspectivas, pues para fin de año ya prepara un encierro para corrida de toros, sin tener todavía destino, además de que a lo que ya se tiene de San Mateo, San Martín, Garfias y Vaca Hermanos, ya se le ha agregado ganado de Bernaldo de Quirós, mismo que ha cuadrado muy bien en este hato.
Así que ¡enhorabuena! de verdad a los ganaderos Claudio Huerta de la Torre y Claudio Huerta Guerra, pues esa combinación de experiencia y juventud está resultando más que benéfica y productiva para la cabaña brava mexicana y, sobre todo, que este miércoles haya mucha suerte.
Juan Luis Silis se alistó en la ganadería de Claudio Huerta
EL FUTURO

 Muy temprano nos desplazamos este lunes, por carretera, de la ciudad de Aguascalientes, en la ruta a San Luis Potosí,  al municipio de Ojuelos, Jalisco, donde se encuentra el rancho La Escondida, sitio en el que está enclavada la ganadería de Claudio Huerta, con divisa en tabaco, naranja y rojo, propiedad de los señores Claudio Huerta de la Torre y Claudio Huerta Guerra.
Y ahí nos recibieron, como siempre, las gentiles y amables esposas de cada uno de ellos, respectivamente, doña María del Carmen y doña Claudia, además de los pequeños Claudio III, quien pinta para seguir los pasos del abuelo y del padre y, Pablito, quien ya gusta de largar tela con capote y muleta.
Todo con el propósito de llevar a cabo labores de campo bajo un candente sol en la prácticamente nueva placita de tienta que lleva los nombres del licenciado Joaquín Guerra González y de don Francisco Guerra Robles, suegro y padre respectivamente de don Claudio Huerta de la Torre.
Fueron un par de vacas de sangre Garfias, San Martín y de la casa. Para tentar a caballo estuvo presente el prometedor aspirante a picador de toros Guillermo Cobos y, auxiliando a pie, el sobresaliente subalterno Jonathan Prado, ambos integrantes de afamadas familias taurinas de Aguascalientes, siempre profesionales.
Como tentador invitado estuvo el matador de toros defeño Juan Luis Silis, quien se hizo acompañar del que fuera novillero de la capital del país, Miguel Ángel Bolio, quien volvía a torear después de 11 años.
Ambas becerras se dejaron torear pero la primera de ellas fue estupenda y resultó la única que aprobaron los cuidadosos ganaderos. Sin embargo, con las dos Juan Luis Silis se dio gusto toreando por ambos perfiles y afinando también detalles de cara al importante compromiso que tiene el próximo martes en la corrida de la Oreja de Oro, dentro de la CLXXXV edición de la Feria Nacional de San Marcos y para la que dice estar más que mentalizado, motivado, ilusionado y preparado, pues advierte que saldrá al ruedo del coso Monumental a dar lo mejor de sí ya que se trata de su presentación en este ruedo y en esta feria a la que respeta y considera como la mejor de todo el Continente Americano. Este martes, por lo pronto, seguirá su preparación en la ganadería tlaxcalteca de García Méndez.
En tanto Miguel Ángel Bolio, quien fuera novillero de 1988 a 1997 y tras 11 años de no agarrar un avío y mucho menos enfrentarse a una res brava, se “echó al agua” demostrando que lo bien aprendido nunca se olvida.
En fin, que fue una mañana inolvidable y totalmente agradable, por lo que les estamos más que agradecidos a todos los integrantes de la familia propietaria de la dehesa de Claudio Huerta por su invaluable y apreciable cobijo y hospitalidad.

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